Mar 13.05.2003

EL MUNDO

¿Quién dijo que Chechenia estaba toda bajo control?

Un camión con explosivos mató a 41 personas en una ciudad de Chechenia con gran población prorrusa. El ataque demuestra que el Kremlin sigue sin controlar a la guerrilla de la república.

Por Rodrigo Fernández *
Desde Moscú

Un ataque suicida de la guerrilla separatista mató al menos a 41 personas y dejó cerca de 300 heridos en Znamenskoie, al norte de Chechenia. A las 10 de la mañana, un camión lleno de explosivos chocó contra las barreras de la entrada de la sede del Servicio Federal de Seguridad del distrito de Nadterechnoye. Enseguida, el chofer hizo estallar el vehículo que conducía. La explosión destruyó casi todo el edificio y causó serios daños a otros nueve edificios de la cuadra. Entre los muertos hay 13 mujeres y seis niños y, entre los heridos, hay 53 personas en estado grave.
Una vez más, el atentado muestra que las fuerzas federales, que oficialmente vencieron a los separatistas hace tres años, aún no pueden controlar la situación en Chechenia. Ajmad Kadirov, que encabeza en Grozny el gobierno prorruso impuesto por el Kremlin, reconoció que ni los militares ni las fuerzas policiales locales pueden neutralizar las operaciones de la guerrilla independentista. “Debemos aumentar la vigilancia y ser más responsables para no permitir que vehículos llenos de explosivos se paseen por el territorio de la república”, dijo Kadirov. “¿De dónde salió el camión con dinamita? ¿Cómo logró llegar a Znamenskoie? Tengo muchas preguntas sin respuesta”, agregó sin esconder su estupor ante la impotencia del régimen que encabeza.
La explosión, que según el secretario del Consejo de Seguridad de Chechenia, Rudnik Dadayev, dejó un cráter de 5 metros de profundidad y 14 metros de diámetro, destruyó edificios en un radio de 500 metros. Entre las 40 personas que murieron en el ataque, hay por lo menos 10 agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB). Esta organización es la encargada de dirigir las “operaciones antiterroristas”, como el Kremlin llama a la larga guerra que mantiene contra los separatistas chechenos. La guerrilla también utilizó kamikazes en un atentado de diciembre pasado en Grozny. Por entonces, dos combatientes suicidas, uno al volante de un camión y otro a bordo de un jeep, burlaron los numerosos controles en Grozny y llegaron hasta la sede del gobierno, donde hicieron estallar sus vehículos con casi dos toneladas de explosivos. Murieron 72 personas.
El presidente ruso Vladimir Putin declaró ayer en una reunión con los principales funcionarios de su gobierno que con este tipo de atentados los separatistas pretenden hacer fracasar el proceso de normalización política que se está desarrollando en Chechenia. “No podemos permitir que eso ocurra y no lo permitiremos”, exclamó Putin. El líder ruso se refería al proceso que comenzó a fines de marzo, cuando Chechenia celebró un referendo que permitirá organizar elecciones para un Parlamento local y un presidente de la república. Y firmar un tratado de división de poderes entre el gobierno ruso y el de Grozny.
Para el atentado de ayer, la guerrilla eligió el distrito de Nadterechnoye, una región con fuerte población pro-rusa y donde los separatistas nunca han sido populares. De ese distrito proviene Doku Zavgayev, que combatió contra el líder independentista Dzhojar Dudayev y encabezó el gobierno prorruso durante la primera guerra, y muchos otros altos dirigentes leales al Kremlin. Para Kadirov, los separatistas decidieron organizar este “acto terrorista” para dar la impresión de que tienen una fuerte presencia en Nadterechnoye, hasta ahora el más estable de Chechenia.
El gobierno de Grozny acusó al presidente independentista Aslan Masjadov de estar involucrado en el atentado de ayer. “Después del referendo de marzo, la base social de los separatistas disminuyó, pero ellos quieren demostrar que todavía son fuertes y que están decididos a continuar su guerra inútil”, dice un mensaje de Kadirov difundido ayer. La Rusia post-soviética lanzó su primera guerra contra Chechenia a fines de 1994. Lo que se creía que sería un fácil paseo, terminó en septiembre de 1996 con unavergonzosa derrota de los militares del Kremlin. Tres años más tarde, Vladimir Putin, entonces primer ministro ruso, comenzó la segunda guerra, que continúa cobrándose vidas. Grozny es el único centro regional donde el viernes pasado no hubo festejos por la victoria sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Media hora antes de que comenzaran los actos, una bomba explotó en el estadio Dinamo donde iban a desfilar los militares y el festejo se suspendió.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.

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