EL MUNDO › TRAS LA CONVENCION DEMOCRATA SE INFORMO QUE EL DESEMPLEO SE MANTIENE ALTO EN EE.UU.
El crecimiento del empleo “no es bastante bueno. Debemos crear más puestos de trabajo”, admitió Obama, tras divulgarse los datos oficiales sobre el empleo en el país. La economía estadounidense incorporó 96.000 empleos el último mes.
Luego de su noche triunfal en Charlotte, donde al cierre de la Convención Demócrata fue nominado para ser nuevamente candidato presidencial, Barack Obama se enfrentó ayer con la dura realidad social: la economía incorporó menos empleos de lo esperado y la desocupación no baja del 8 por ciento. Pero a pesar de estos datos desalentadores que le valieron fuertes cuestionamientos de su rival republicano, Mitt Romney, Obama aseguró que su país está “avanzando” y les advirtió a sus detractores, de cara a las elecciones presidenciales del 6 de noviembre: “No retrocederemos”.
El crecimiento del empleo “no es bastante bueno. Debemos crear más puestos de trabajo”, admitió Obama. tras divulgarse los datos oficiales sobre el empleo en el país. La economía estadounidense incorporó 96.000 empleos el último mes, mientras que la desocupación de agosto fue del 8,1 por ciento, informaron ayer fuentes del Departamento de Trabajo estadounidense. Un descenso, sí, frente al 8,3 por ciento registrado un mes antes. Pero la creación de los nuevos puestos de trabajo no llega, ni de lejos, a la cifra que se esperaba fuera anunciada, lo cual, se apresuraban a apuntar los expertos, es una clara muestra más de que la economía no se recupera tan bien como quisiera –y necesita– el gobierno de Obama.
Todo ello cuando el mandatario y los pesos pesado de su Partido Demócrata, incluida su mayor baza, el ex presidente Bill Clinton, habían gastado buena parte de su tiempo y energía en los tres días de convención en Charlotte en hacer calar el mensaje de que se ha logrado mucho y que el país está mejor que cuatro años atrás. “Si la pasada noche fue la fiesta, ayer tocó resaca”, se regodeaba el rival republicano de Obama, Mitt Romney, que ha hecho del desempleo uno de los principales caballos de batalla. Una batalla que no está teniendo ni un respiro: ambos candidatos estaban ya ayer de nuevo en carretera, dispuestos a no perder ni un día de los dos meses que les quedan de carrera electoral hasta la crucial cita en las urnas del 6 de noviembre.
Desde su mitin en Iowa, poco hubo que esperar para que Romney aludiera a la “mala noticia” del día. “Por cierto, ¿han visto los datos de desempleo de esta mañana?”, preguntó a la multitud. “Obama iba a volver a poner a la gente a trabajar. ¿Recuerdan su plan de estímulo? Decía que si le dejábamos tomar prestado 787.000 millones de dólares, volvería a poner la tasa del desempleo por debajo del 8 por ciento. Llevamos 43 meses seguidos con la cifra por encima del 8 por ciento”, reiteró Romney, quien durante su propia convención, la semana pasada en Tampa, prometió que de llegar a la Casa Blanca creará 12 millones de empleos.
Con este trago amargo de desayuno, un Obama que de la sureña sede de su convención se trasladó ayer a New Hampshire, en el norte, no tuvo más remedio que intentar presentar un vaso medio lleno que los republicanos insisten en que está medio –o totalmente– vacío. “Hoy supimos que tras perder una media de 800.000 puestos de trabajo diarios cuando asumí la presidencia, la economía volvió a aumentar el número de empleos por el trigésimo mes seguido”, dijo Obama y, sumando, recordó que la cifra total de trabajos creados durante su mandato asciende a 4,6 millones.
Una cifra, obviamente, mucho más importante que la de 96.000 de agosto que nadie se atreve a calificar de algo menos que decepcionante. Con todo, el mandatario reconoció no estar satisfecho. “No es lo suficientemente bueno. Sabemos que no lo es, tenemos que crear más trabajos y hacerlo más rápido, tenemos que llenar el agujero dejado por la recesión de forma más acelerada”, reconoció.
Tras los ataques, defensas y contraataques electorales se esconde un inquietante historial de votación estadounidense: desde la Segunda Guerra Mundial, sólo un presidente fue reelegido con una tasa de desempleo por encima del 6 por ciento. Fue Ronald Reagan en 1984, cuando logró ser confirmado en el cargo a pesar de una tasa de desocupación del 7,2 por ciento. Pero la diferencia era que el país se encontraba en esos momentos superando una crisis que había dejado el desempleo en el 10,2 por ciento apenas 18 meses antes.
Durante la presidencia de Obama, el desempleo no ha bajado del 8 por ciento. E incluso llegó al 10 por ciento en 2009, durante su primer año en la Casa Blanca, en medio de lo más profundo de la recesión. Tal como hiciera ya en su central discurso del jueves, Obama argumentó que su tarea no está acabada y que por ello necesita una reválida en noviembre.
“Adelante. Necesito cuatro años más para seguir moviéndonos adelante”, proclamó en referencia al que es su nuevo lema de campaña. The New York Times ve en esta estrategia, sin embargo, un potencial peligro: “Ese mensaje de promesas para el futuro se enfrenta a la inmediatez de un persistente alto desempleo que, como demostró el informe de ayer, no parece que vaya a descender lo suficiente antes de las elecciones como para dejar de ser un tema”.
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