Vie 28.09.2012

EL MUNDO  › MAS DE CUARENTA MARCHAS EN UN AÑO POR EDUCACION PUBLICA, GRATUITA Y DE CALIDAD

Palos de carabineros a los estudiantes

Una nueva marcha masiva por la educación en Chile terminó con al menos veinte detenidos y dos carabineros lesionados, como consecuencia de los enfrentamientos con la policía militarizada. Participaron unas setenta mil personas.

Motivados por la próxima discusión del proyecto de ley del Presupuesto 2013, decenas de miles de estudiantes volvieron a marchar ayer en Santiago por una educación gratuita y de calidad. La marcha terminó con al menos veinte detenidos y dos carabineros lesionados, como consecuencia de los enfrentamientos con la policía militarizada.

A más de un año de la reactivación de las protestas estudiantiles, con más de 40 marchas a lo largo de 2011 y la sexta en lo que va de este año, los estudiantes chilenos mantienen firme su lucha por una educación pública, gratuita y de calidad, pese a una serie de reformas que ya están en marcha. Según la universitaria Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), la movilización de ayer contó con 70 mil manifestantes –aunque Carabineros haya dado cuenta únicamente de cinco mil personas–, que se desplazaron por el recorrido autorizado por la Intendencia Metropolitana hasta la calle Blanco Encalada, donde hablaron los líderes estudiantiles. Convocados por los secundarios –quienes lideran este año las protestas– y respaldada por la Confech, los estudiantes marcharon, en medio de un frío y gris día de primavera y, a poco de arrancar, registraron enfrentamientos con la policía. El choque se produjo cuando un grupo se separó del recorrido y se enfrentó con piedras y palos a los agentes de fuerzas especiales, que respondieron con abundantes chorros de agua, gas lacrimógeno y disparos de balas de pintura. La protesta fue acompañada por observadores de derechos humanos y el personal del estatal Instituto Nacional de Derechos Humanos, que fue facultado el miércoles por la Contraloría General de la República para subir a los autobuses policiales y constatar el estado de los detenidos, dadas las denuncias de represión y abuso, incluso sexual, por parte de la policía contra los estudiantes durante las marchas y desalojos de establecimientos educacionales. El grueso del grupo, sin embargo, siguió el recorrido, realizando actos artísticos, como batucadas y bailes, como en otras ocasiones.

En busca de más recursos, los estudiantes intentan ahora presionar por un incremento del presupuesto para la educación en 2013, que alcanzará los 12 mil millones de dólares –un 3,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) chileno– y que debe ser debatido en el Parlamento. “Aquí hay algo que nos afecta directamente, que es el Presupuesto. No podemos entender cómo la supuesta oposición ya está negociando, si aún no se presenta el Presupuesto”, dijo el vocero de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Cones), Cristofer Sarabia. Los estudiantes también rechazaron la aprobación de una reciente reforma tributaria que otorgará mil millones de dólares anuales a educación. Tanto ellos como rectores de universidades e incluso algunos senadores oficialistas consideran que es necesario un incremento de fondos por cinco mil millones de dólares anuales para mejorar el sistema educativo. La líder de los alumnos de colegios secundarios, Eloísa González, subrayó que los jóvenes desean cambiar el modelo educativo chileno porque “no basta con inyectar más recursos”.

Según advierten todos los sectores, el nudo del problema es la desigual calidad de educación que perciben los jóvenes, debido a que en Chile la mayor parte del sistema educativo, tanto a nivel secundario como universitario, es pago. El gobierno propone subsidiar la demanda manteniendo la matriz privada del sistema, pero los estudiantes y amplios sectores de la oposición abogan por una presencia más activa del Estado en la educación y solicitan que sea gratuita. “En nuestro país alguna vez tuvimos 78 por ciento de matrícula de educación pública. Hoy día solamente tenemos un 40 por ciento, y si seguimos así el próximo año vamos a ser uno de los pocos países en el mundo con un sistema de provisión privado de educación, con un pequeño complemento público solamente”, indicó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Noam Titelma.

El reclamo se inició en 2006, bajo el gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet, cuando los secundarios protagonizaron la llamada Revolución de los Pingüinos –por su atuendo de chaqueta azul y camisa blanca– para exigir la derogación de una de las última leyes de la dictadura de Augusto Pinochet, que traspasó la administración de las escuelas públicas desde el Estado central a los municipios. La revuelta se extendió por 40 días y finalizó con una comisión destinada a debatir una nueva ley, que finalmente no acogió las demandas de los estudiantes. Estas protestas se consideran el precedente de las manifestaciones que volvieron a estallar en abril del año pasado. En respuesta, el gobierno del actual presidente Sebastián Piñera impulsó una serie de proyectos de ley junto a un incremento de los recursos al sector que benefician sobre todo a los universitarios. En este contexto, Piñera promulgó el miércoles una ley que rebaja desde un seis a un dos por ciento los intereses de un crédito al que los estudiantes recurren para financiar sus estudios universitarios. La normativa rebaja en un 40 por ciento el monto de la cuota mensual de los créditos, lo que es considerado insuficiente por los estudiantes que aspiran a la gratuidad en las instituciones públicas, que en Chile funcionan como entes privados.

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