Sáb 29.09.2012

EL MUNDO  › OPINION

Venezuela y nosotros

› Por Oscar Laborde *

En pocos días más se realizarán las elecciones presidenciales en la República Bolivariana de Venezuela y con el correr de las horas aumentan las expectativas. Contingentes de las fuerzas populares y de la derecha de Argentina (el PRO envía a Federico Pinedo y Gabriela MIchetti) participarán en calidad de observadores, donde Carlos “Chacho” Alvarez encabezará la delegación de la Unasur en la misma. Llama la atención que un proceso electoral genere tanta expectativa, partiendo de la base de que no hay una gran cantidad de venezolanos viviendo en nuestra tierra, ni que somos naciones limítrofes.

Podemos afirmar frente a esto que la incorporación de Venezuela al Mercosur ha abierto la posibilidad a nuevos niveles de relación entre los pueblos, a mercados más complementarios, al fortalecimiento de las relaciones hasta aquí construidas; por un lado, y paralelo a ello, la visualización de que el destino de cada una de ellas está ligado al proceso colectivo, a este escenario político donde confluyen Cristina, Dilma, Pepe Mujica, Evo, Correa y Chávez.

Resulta necesario rescatar que ésta es la decimoquinta elección que el primer mandatario venezolano enfrenta, siendo derrotado sólo en una por una diferencia del 0,5 por ciento, resultado que fue inmediatamente reconocido. Esta actitud y el permanente ejercicio del voto como manera de sintetizar las aspiraciones y realizaciones del pueblo es lo que ha fortalecido la perspectiva del sistema democrático no sólo allí, sino en toda Sudamérica. Los pueblos reafirman y conquistan derechos profundizando los procesos de participación social y política, lo cual ha servido para frenar intentos golpistas en numerosas situaciones y lugares.

Pero es indudable que muchas más cosas están en juego el 7 de octubre. La misma ocurre en un contexto donde los mecanismos de integración regional como la Unasur y Celac han fortalecido sus perspectivas y estrategias; adoptando decisiones autónomas y soberanas frente a los sectores y grupos de poder en el mundo. Esto se robustece ante la perspectiva de que Ecuador y Bolivia también ingresen al Mercosur entre 2012 y 2013, con lo cual las ecuaciones energéticas y comerciales se potencian frente a otras economías mundiales.

Es por estas razones que sobre Venezuela se ha desatado una campaña que tiende a deslegitimar o desconocer un triunfo de Hugo Chávez, planteando la posibilidad de fraudes, o medidas que tergiversen los resultados desde el aparato del Estado.

La mayoría de los grandes medios de comunicación viene desarrollando una táctica tendiente a presuponer estos escenarios, lo cual forma parte de una estrategia mayor, que permanentemente transmite una idea caótica del país, con falta de libertades, de respeto a los opositores; situación por otro lado que se parece bastante a la que medios de similar características implementan por ejemplo en Ecuador o Argentina.

Resulta, por lo tanto, imprescindible, desde las organizaciones sociales y políticas, redoblar el compromiso y la solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela y su proceso de transformaciones; sabiendo que en esta elección próxima también están en juego las conquistas y logros conseguidos en cada uno de los países sudamericanos.

* Presidente de la Fundación Estudios del Sur.

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