El diálogo entre el gobierno griego y los acreedores internacionales para un nuevo paquete de ahorro sigue estancado. Esto se debe, sobre todo, a las reformas exigidas en el mercado laboral. “El objetivo del gobierno es que se pague el próximo tramo de ayudas para mediados de noviembre”, dijo un portavoz del gobierno heleno. La luz verde de la troika –formada por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo– es condición necesaria para el pago del siguiente tramo del rescate griego, por valor de 31.500 millones de euros. Al parecer, la troika fijó algunas exigencias en el mercado de trabajo, entre ellas reducir a la mitad las indemnizaciones de los empleados despedidos y la reintroducción de la semana laboral de seis días, según dijeron fuentes gubernamentales.

Los problemas en el ámbito de las reformas en el mercado de trabajo fueron confirmados por los jefes de los dos socios menores de la coalición, los socialistas y la Izquierda Democrática. “Las negociaciones continúan. Sin embargo, la troika pide cosas que dejan los derechos laborales por el piso”, confió el jefe de la Izquierda Democrática, Fotis Kouvelis, quien afirmó en declaraciones a la televisión estatal NET que su partido no puede aprobar estas exigencias.

Previamente, los socios de la coalición de gobierno en Atenas se habían reunido durante tres horas. También el jefe de los socialistas, Evangelos Venizelos, utilizó palabras inusualmente duras: “Algunos círculos que se encuentran detrás de la troika juegan con fuego y causan retrasos en las consultas sobre el programa de recortes griego”, dijo Venizelos.

El líder de Pasok pidió al primer ministro conservador Antonis Samaras que dejara en claro a los socios europeos, durante el encuentro cumbre que mantendrá con ellos esta semana, que la cosa no puede seguir así. El ministro de Finanzas, Ioannis Stournaras, reconoció que es probable que no haya acuerdo hasta después de la cumbre de la UE, que tendrá lugar el 18 y 19 de octubre. A su vez, los sindicatos quieren elevar la presión contra los nuevos recortes, que se estiman en 13.500 millones de euros.

Hoy y mañana los médicos sólo tratarán casos de urgencia. Además no habrá noticias en radio y televisión por una huelga de periodistas. El jueves, los empleados estatales, bancarios, de correos y ferrocarriles pararán durante 24 horas. Ese día se esperan muchas dificultades en el transporte público y aéreo, así como en el de ferries.