EL MUNDO › EL ALCALDE DE FLORENCIA SE ENFRENTARá AL SECRETARIO DEL PARTIDO DEMOCRáTICO
En las primarias del centroizquierda que se realizaron ayer en toda Italia, Renzi logró arrebatarle una buena cantidad de votos a Bersani como para competir en segunda vuelta. La crisis y los ajustes de la derecha, como telón de fondo.
› Por Elena Llorente
Desde Roma
El joven desafiante del Partido Democrático (PD, ex Partido Comunista) y actual alcalde de Florencia, Matteo Renzi, se salió con la suya. No fue elegido en el primer turno como candidato a primer ministro para las elecciones de 2013, pero en las primarias del centroizquierda, que se realizaron ayer en toda Italia, consiguió robarle a Pierluigi Bersani, secretario general del PD, una buena cantidad de votos como para competir con él en la segunda vuelta, que se hará el próximo domingo. Cuando se había escrutado cerca del 42 por ciento de los votos, Renzi había conseguido en torno del 36,4 por ciento y Bersani el 44,4 por ciento. El tercer candidato clasificado fue Nichi Vendola, con casi el 15 por ciento de los votos.
Bersani, 61 años, ha sido secretario del principal partido de la izquierda italiana desde 2009. Varias veces ministro y diputado, Bersani nació en Bettola, una pequeña ciudad perteneciente a la progresista región de Emilia Romagna. Estudió Filosofía en la Universidad de Bolonia. Está casado y tiene dos hijas. “Hablé con Renzi, le mando un abrazo”, comentó Bersani sobre el resultado.
Matteo Renzi, abogado, 37 años, fue presidente de la provincia de Florencia entre 2005 y 2009 y es el actual alcalde de esa ciudad del centro de Italia. Está casado y tiene tres hijos. También pertenece al Partido Democrático, pero no proviene de las filas del Partido Comunista sino de otras formaciones de centro. Renzi generó no pocas polémicas últimamente, al apuntar todos los cañones de su campaña electoral contra el “vejestorio” encaramado en la dirección de su partido y en el país desde siempre. Habló de renovación, de una Italia que después de esta crisis ha comprendido la necesidad de cambiar profundamente y de dar espacio a los jóvenes, cosa que muchos sienten como importante. Renzi es seguramente un “bicho raro” en Italia, donde los jóvenes difícilmente llegan a cargos de dirigencia antes de los 40 años y, si lo hacen, a menudo es para responder a las indicaciones y los rumbos marcados por otros dirigentes más viejos. “No sólo queremos cambiar algunas caras, también queremos cambiar al país”, dijo Renzi.
Según algunos analistas de la prensa italiana, la izquierda que no lo ha votado es aquella que en realidad no quiere que las cosas cambien demasiado. Otros, en cambio, lo acusan de ser más conservador que Bersani.
Cerca de cuatro millones de personas participaron en todo el país en estas primarias del centroizquierda, según datos de los organizadores. No es la primera vez que elecciones de esta naturaleza se realizan en la coalición de centroizquierda, una práctica que se inició en 2005.
Del frente de centroizquierda participan actualmente el PD, Izquierda, Ecología y Libertad (IEL) y Alianza por Italia (AL), que presentaron cinco candidatos , tres del PD (Bersani, Renzi y Laura Puppato), uno de IEL (Nicchi Vendola) y uno de AL (Bruno Tabacci).
El otro líder importante de esta coalición es el presidente de la región Puglia, Nichi Vendola, no sólo proveniente de la izquierda más radical sino un ecologista convencido, y además un homosexual que no oculta su condición. “Es necesario que recuperemos la política como un patrimonio de democracia. Es necesario darse cuenta de que nunca se está tan bajo como para no poder cuestionar a los que están arriba”, dijo al entrar a votar, y agregó por otro lado: “No hay palabras más modernas que las palabras igualdad, solidaridad, justicia social. La modernidad de quien vende su alma al mercado no me gusta. Me gusta la modernidad de quien da primacía a la dignidad”. Vendola consiguió cerca del 15 por ciento de los votos, lo que lo convierte de hecho en la eventual aguja de la balanza en la segunda vuelta del domingo próximo. Los otros dos candidatos, Puppato y Tabacci, consiguieron el 3 y el 1,2 por ciento respectivamente.
Distintos por sus orígenes y sus motivaciones, los candidatos debatieron en público hace algunos días, invitados por una televisión privada, demostrando que, aparte de algunas pocas diferencias, estaban decididos a recuperar el timón del país, desde hace más de un año en manos de un gobierno “técnico”, como se llama al del actual primer ministro, Mario Monti.
Haciendo un paseo ayer por las largas filas que durante todo el día se fueron acumulando frente a las sedes locales del PD para poder votar, se oyeron frases que, sin ser una estadística, dieron una idea de lo que la gente siente y quiere. “Siempre fui un ama de casa. Mi marido trabajó toda la vida para poder mandar a nuestros hijos a la universidad. ¡Si habremos hecho sacrificios..! Estamos acostumbrados. Pero los sacrificios los quiero hacer yo porque lo decido yo, no porque me los impone el gobierno”, dijo una. Y otra comentó: “Yo vine a votar porque siempre he votado, pero la verdad es que a estos políticos habría que zamarrearlos a todos. ¿Dónde estaban todos estos candidatos cuando la derecha hacía los desastres que hoy estamos pagando? ¿Dónde estaban?”.
Y una tercera agregó: “Voto porque hay que votar, aunque en este país el voto no sea obligatorio. Voto porque espero que lleguen tiempos mejores”.
En definitiva, estas primarias para muchos italianos han significado la esperanza, un pedido de ayuda, un llamado a la cordura de los políticos para conseguir una Italia nueva, en un tiempo nuevo, el que ha marcado esta crisis económica sin precedentes que todavía no termina de pasar.
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