El líder del nacionalista Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, fue reelecto ayer presidente del gobierno regional de Cataluña. Lo logró con los votos de su partido y de los independentistas de izquierda de la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

Tras el pacto de gobernabilidad alcanzado entre CiU y ERC, Mas recibió el aval de ambas formaciones. En total, ambos partido sumaron 71 votos, tres por encima de la mayoría absoluta, en el pleno de investidura celebrado en el Parlamento catalán. El resto de las formaciones, 63, votaron en contra. El acuerdo alcanzado entre las dos formaciones, que permitirá gobernar a Mas, incluye la celebración en el plazo de dos años –en el 2014– de una consulta soberanista y la vigencia de nueve impuestos nuevos, incluido uno sobre los depósitos bancarios, recurrido ayer por el gobierno español ante el Tribunal Constitucional. Mas tomará posesión del cargo el lunes y se prevé que formará el nuevo gobierno el 27 de diciembre.

El gobierno español recordó a las autoridades regionales catalanas que una consulta como la que pretende llevar a cabo no está contemplada en la Constitución, por lo que sería ilegal. En este contexto, la vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó ayer que la Constitución española “se cumplirá y se hará cumplir”.

Los nacionalistas de centroderecha que lidera Mas ganaron las elecciones del pasado 25 de noviembre, aunque perdieron doce escaños y quedaron lejos de la mayoría absoluta que buscaban al adelantar dos años los comicios. Esto los obligó a pactar con ERC, que es un partido de izquierda.

La comunidad autónoma de Cataluña aporta el 18 por ciento al Producto Bruto Interno (PBI) español, y es una de las más ricas de España. Por eso, los nacionalistas catalanes reclaman un trato fiscal diferenciado.