Desde Santiago

Aznar aprovechó su visita a La Moneda para promocionar su biografía junto a Piñera.
Imagen: EFE.

Cerca de las 9 de la mañana llegó el ex jefe del gobierno de España, José María Aznar, a La Moneda. Su anfitrión, el presidente Sebastián Piñera, lo esperaba desde temprano en honor a la amistad que ambos han reconocido tener.

La cita se extendió por una hora. Según trascendió, la conversación se movió entre la situación económica mundial –tema incómodo, tomando en cuenta la recesión que afecta a España– y el panorama local, dadas las saludables tasas de crecimiento que experimenta Chile, pero que no se han traducido en un apoyo ciudadano concreto a la labor del gobierno y menos han levantado la alicaída popularidad del mandatario que fue dueño de Lan Chile y otras grandes empresas.

“Es una gran satisfacción empezar mis actividades con una entrevista con el presidente Sebastián Piñera, que como ustedes saben es muy buen y antiguo amigo, y al que yo valoro su actuación presidencial de una manera específicamente positiva”, dijo Aznar tras la reunión.

El ex gobernante hispano aprovechó a hacer campaña por el sector que representa su amigo al asegurar que “creo, sinceramente, que cuando se acercan los momentos, porque todavía queda tiempo –en política un año es muchísimo–, pero cuando se empiezan a hacer balances de lo que significan las acciones políticas, hay una pregunta determinante en todos los países y para todos los presidentes y para todos los ciudadanos: ¿La situación que se encamina en un país es igual, es mejor o es peor que la que se recibió?”.

Y las loas del político español no pararon: “Cuando uno ve los datos de crecimiento de Chile en más de un 6 por ciento, cuando los ve en términos de una inflación controlada, cuando los ve en términos de creación de empleo comparativamente con los demás, y cuando ve la sólida situación internacional de Chile mirada en su profunda y orgullosa y eficaz institucionalidad, con profunda envidia y atención de muchos sitios del mundo, pues ve que efectivamente hay una tarea sólida con efectos sólidamente positivos sobre el país”.

Como buena visita, concluyó sus elogios a la conducción de Piñera sosteniendo que “esto no quiere decir que no haya muchas cosas que hacer, quiere decir que se han tomado decisiones correctas”.

También hubo tiempo para la propaganda personal. “He tenido oportunidad también para entregarle al presidente Sebastián Piñera el primer volumen de las memorias que acabo de publicar en España, y que pronto espero que lleguen a Chile, y que les recomiendo porque es un muy buen libro”, dijo.

Tras la cita con Piñera, Aznar se reunirá con los dos candidatos presidenciales del oficialismo, Laurence Golborne y Andrés Allamand, con quienes espera analizar el futuro de la centroderecha en Chile y el complejo escenario que se viene en las presidenciales, toda vez que ambas cartas están muy por debajo de lo que representa la figura de la ex presidenta Michelle Bachelet en las encuestas para ponerse la banda presidencial a fin de año.

En el último sondeo del Centro de Estudios Públicos (CEP), el barómetro político chileno, Bachelet gana en primera vuelta a ambos presidenciables de la derecha. Por ejemplo, en preguntas cerradas sobre por quién votarían los encuestados si la elección presidencial fuera el próximo domingo, la doctora socialista tiene mayoría absoluta en ambos casos: un 62 por ciento medida con Allamand (12 por ciento) y un 59 por ciento con Golborne (18 por ciento).

El liderazgo de la ex mandataria también se ve reflejado en el voto duro, donde sube ocho puntos, y en la evaluación de personajes, donde se mantiene cómodamente encabezando el listado, con un 75 por ciento.

De mantenerse esta tendencia, se repetiría el escenario de la elección presidencial de 1993, que fue la última vez en que un candidato (Eduardo Frei, de la Concertación) se impuso holgadamente en primera vuelta.