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› LA AVIACION COLOMBIANA BOMBARDEO 85 BLANCOS GUERRILLEROS
Con el nombre del dios de la muerte
Tánatos, que en la mitología griega es el dios de la muerte, fue el nombre elegido por el presidente Andrés Pastrana para lanzar su reconquista de la zona bajo control de las FARC, tras la ruptura de todas las negociaciones.
“Que San Miguel Arcángel nos proteja.” Las palabras del presidente Andrés Pastrana a todo el país el miércoles por la noche, refiriéndose al ángel que peleó con Satanás después de su expulsión del Cielo, fueron suficientemente dramáticas. Ayer se terminaron los tres años y medio de proceso de paz del gobierno colombiano con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más importante del país. Después de una escalada de ataques guerrilleros urbanos y rurales que culminó en el secuestro del senador liberal Jorge Gechem en un avión de pasajeros el miércoles, Pastrana lanzó la “Operación Tánatos”, en que aviones y helicópteros de combate lanzaron 200 salidas aéreas que bombardearon 85 puntos estratégicos sobre la ex zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados que el gobierno había cedido a las FARC. Cinco mil soldados se preparan para entrar hoy por tierra al área. Estados Unidos y la Unión Europea, que financian el Plan Colombia, apoyaron la decisión de Pastrana de terminar formalmente con el proceso de paz. Los países limítrofes de Colombia oscilaron entre el silencio y el tibio apoyo, y Panamá ordenó el cierre de sus fronteras.
El discurso de Pastrana sonó a las palabras de despedida como presidente. El 7 de agosto finaliza su mandato y el gran favorito de las presidenciales de mayo es Alvaro Uribe, liberal disidente con un discurso duro frente a la guerrilla. Las palabras de Pastrana suenan a despedida en varios sentidos, más allá de la mera cuestión temporal, ya que toda su presidencia estuvo marcada por un sólo objetivo y un sólo programa que ayer se evaporó: iniciar conversaciones serias de paz con las FARC. Para que fueran serias, Pastrana se jugó algunas cartas fuertes, como pasar por alto la posibilidad de una tregua, acordar una agenda de negociaciones con las FARC que incluían “escándalos” como la reforma agraria y, sobre todo, darle a la guerrilla una zona para su control. Esa zona se transformó en la piedra que impedía todo avance, y desde hace dos años, Pastrana decidió armarse para negociar a través del Plan Colombia. Pero el presidente insistió en su discurso en que él cedió todo lo que pudo, y por eso personalizó la cuestión con el líder de las FARC. “Manuel Marulanda. Yo le di mi palabra, siempre la cumplí, pero usted me ha asaltado en mi buena fe, y no sólo a mí sino a todos los colombianos. Desde el primer momento usted dejó vacía la silla del diálogo cuando yo estuve ahí, custodiado por sus propios hombres, listo para hablar”, declaró en referencia a la primera cita oficial de las negociaciones, en la zona desmilitarizada, en enero de 1999, a la que Tirofijo (tal su sobrenombre) faltó alegando “razones de seguridad”. “Usted ha convertido la zona de distensión en una guarida de secuestradores, en un laboratorio de drogas ilícitas, en un depósito de armas, dinamita y carros robados”, le espetó. “Se dijo que fui ingenuo, que estaba sordo, ciego, mudo ante la violencia. Pero no. Todo lo que hice fue con el único propósito de evitar que se siguiera derramando sangre”.
En el medio de su discurso, Pastrana mostró un video con ataques de las FARC: una iglesia en ruinas, un cuerpo destrozado, un guerrillero lanzando un mortero y fotografías aéreas de la zona desmilitarizada, donde se mostraba cómo la guerrilla usó la zona para rearmarse y lanzar desde allí varias ofensivas. “Vienen tiempos difíciles sin ninguna duda, en los que se requerirá toda la unión de todo el país en torno de sus instituciones democráticas. Que lo sepan las FARC, que lo sepan todos los grupos que insisten en sembrar violencia y muerte a su alrededor: un ejército de 40 millones de colombianos es invencible”. Las FARC respondieron que “con esta ruptura el gobierno ratifica una vez más su compromiso con la guerra”.
La nueva fase del conflicto colombiano ya comenzó. Después de la medianoche del miércoles, Pastrana se reunió con la cúpula militar, canceló el estatuto político a las FARC y reactivó las órdenes de captura emitidas por la Justicia contra los jefes rebeldes. Tres horas después, los aviones OV-10, dotados con miras infrarrojas, comenzaron a sobrevolarla zona de distensión buscando blancos para los raíds aéreos. Luego, la “Operación Tánatos” siguió con bombardeos de aviones AT-37, Kafir y helicópteros Black Hawk, procedentes de la base de Tres Esquinas, cerca de la zona de distensión, que es uno de los puntos fuertes donde comenzó a implementarse el Plan Colombia. Los blancos fueron campamentos guerrilleros y pistas de aviación clandestinas. El general Euclides Sánchez, segundo comandante del Ejército, señaló que las operaciones aéreas fueron la primera parte de una estrategia que busca que los soldados de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra) lleguen hoy por tierra a San Vicente del Caguán, corazón de la ex zona desmilitarizada.
Por ahora, los que deben ser protegidos por San Miguel Arcángel son los pobladores de la zona de distensión. Las localidades de esta zona tienen en total 100.000 habitantes que temen por las represalias de los nuevos ocupantes, sobre todo teniendo en cuenta el vínculo entre las Fuerzas Armadas colombianas y las fuerzas paramilitares de derecha. El general Sánchez aclaró que la seguridad de los pobladores será garantizada y que serán combatidos los paramilitares que se atrevan a entrar en la zona de distensión. Por su parte, las FARC dijeron que se retirarán de las cabeceras municipales de la región, pero que permanecerán en los campos, montes y selvas porque han sido siempre sus lugares de combate.
Es difícil saber qué ocurrirá en los próximos días, pero el horizonte seguro es la intensificación de la guerra en todos los frentes que ya se vivía desde antes de la ruptura. Y con un gobierno que agoniza.
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