Vie 22.02.2002

EL MUNDO • SUBNOTA

“Vamos a ver más terrorismo, más polarización y más extrema derecha”

El fin del proceso de paz tuvo como contexto el ascenso del candidato antiguerrilla Alvaro Uribe. Armando Borrero, analista militar, y Antonio Navarro Wolff, ex líder guerrillero, explican aquí qué pasó y puede pasar.

”Lo que viene es una guerra de baja intensidad. No puede haber una guerra civil en Colombia, porque supondría una sociedad dividida y la guerrilla no tiene detrás un grupo social que la apoye”, dice Armando Borrero, analista militar colombiano, en diálogo con Página/12.
–¿Cuál es su análisis de los bombardeos a la ex zona de despeje?
–Sabemos que las operaciones son fundamentalmente aéreas, las tropas no han intentado penetrar por tierra e imagino que esperan hacer todo un ablandamiento desde el aire, que en principio es lo más efectivo.
–Se está hablando también de que el ejército va a entrar en la zona selvática para reprimir la guerrilla.
–Las tropas están listas en la periferia, pero al parecer no han penetrado todavía, algo razonable, porque debe haber campos minados y zonas dispuestas para hacer una resistencia de contención para permitir el movimiento de otras fuerzas.
–¿Cree que el ejército tiene suficiente capacidad?
–Entrar en la zona no es problemático, porque la zona es muy grande y la guerrilla no tiene una fuerza que pueda hacer defensa de posiciones; lo más que pueden hacer es replegarse al pie del monte de la cordillera oriental. Imagino que la guerrilla se replegará a lo que siempre fue su hábitat y las fuerzas militares ocuparán las cabeceras municipales de los cinco municipios, y algunas de las zonas rurales aledañas. Volvemos a la situación del año 1998.
–Dentro de la represión, ¿entrarían los paramilitares?
–A corto plazo no es probable que lo intenten. Pero más adelante seguramente harán presencia, porque están en algunas zonas vecinas y podrían utilizar fuerzas para penetrar. Pero ahora serían un obstáculo para el Ejército, no creo que les convenga ni política ni militarmente.
–¿Qué quisieron hacer las FARC con el secuestro de Eduardo Gechen?
–Me parece que las FARC están reuniendo un número importante de congresistas secuestrados y de altos funcionarios del Estado para forzar una vieja aspiración que tienen, de canjear prisioneros. El gobierno siempre alega que jurídicamente no puede hacer un canje como si fueran prisioneros de guerra. Pero las FARC están jugando a tener muchas personas importantes, por ejemplo al conservar a los oficiales de alto rango y a cinco senadores como fichas de negociación y seguro que van por más.
–¿Cómo podría incidir esta ruptura de las negociaciones y ofensiva militar en las elecciones presidenciales de mayo?
–Muy fuertemente, porque la opinión nacional está volcada totalmente contra la guerrilla, la gente ya no les cree nada del proceso de paz a las FARC, que por otra parte nunca tuvieron calado político ni grupos sociales que los sigan. Ahora vamos a ver más terrorismo, y el país se va a polarizar mucho, lo cual preocupa, pues significa extremos y la tendencia es buscar solución en la extrema derecha.
–¿Usted cree que va a reforzarse el liderazgo de Alvaro Uribe Vélez?
–Sí: de hecho, si las elecciones fueran en este momento, seguro que gana en la primera vuelta. Esto lo que hace es reforzarlo, porque aparece como el candidato que decía lo que iba a pasar y que tenía razón.
–¿Cómo interpreta que las FARC defendieran a Hugo Chávez?
–El gobierno venezolano hace mucha retórica sobre el proceso de paz colombiano pero tiene muy pocas probabilidades de actuar de manera efectiva; Chávez tiene muchos problemas como para ocuparse de la situación colombiana. Y sabe que una ayuda desembolsada, abierta a la guerrilla colombiana, lo pondría en problemas muy serios en el plano internacional.
–¿Las FARC tratarían de lograr una guerra civil en Venezuela?
–No creo, primero porque el área de mayor concentración de la guerrilla está muy alejado de la frontera –tienen las fuerzas principales más hacia el occidente del país y no en la frontera con Venezuela–; en la frontera con Venezuela se concentra el ELN, pero está disminuido. Además, las FARCnunca tuvieron muchos contactos internacionales, siempre fueron una fuerza autónoma, autodeterminada, con poca ayuda externa.
–¿Qué posibilidades hay de una intervención militar extranjera?
–No le veo sentido, no quiero que haya ningún país interesado en intervenir directamente en el conflicto. Podría haber ayuda norteamericana, de hecho ya la hay en armas, municiones, entrenamientos, inteligencia electrónica. Pero no creo que tengan intención de intervenir con tropas.
–¿Qué horizonte prevé, una guerra civil, una guerra de baja intensidad?
–Una guerra de baja intensidad. No puede haber una guerra civil en Colombia, porque supondría una sociedad dividida y la guerrilla no tiene detrás un grupo social que lo apoye; además es un aparato armado que tiene una financiación muy buena y eso le permite sostenerse. Pienso que la guerrilla no va a crecer más y va a tener muy serios problemas de ahora en adelante, porque va a enfrentarse a una fuerza militar muy potenciada en cuatro años y a una opinión pública totalmente adversa.

Reportaje: Mercedes López San Miguel.

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