Lun 16.06.2003

EL MUNDO  › EE.UU. BUSCA DESARMAR A LOS IRAQUIES REBELDES

Los okupas no tienen paz

Las fuerzas ocupantes de Irak patrullan las calles en todo el país rastreando las armas que tienen prohibido poseer y las de destrucción masiva que no aparecen. Y la sospecha de que Saddam vive.

A la operación “Ataque a la Península” le sigue la nueva “Escorpión del Desierto”. Unos 1300 soldados estadounidenses en Irak comenzaron ayer con registros en la ciudad de Faluja, pocas horas después que terminara el plazo de la amnistía general decretada por el jefe de la administración civil para Irak, Paul Bremer, para que los iraquíes entreguen sus armas. El objetivo: aislar y doblegar a los focos de resistencia en suelo iraquí. En Basora (sur), miles de iraquíes protestaron contra las fuerzas ocupantes. Por otra parte, el Congreso estadounidense revisa los informes de inteligencia sobre las armas de destrucción masiva que no se han encontrado. A todo esto, la hija mayor de Saddam dijo que cree que su padre está vivo.
En un punto de control en la carretera entre Bagdad y Faluja, soldados estadounidenses detuvieron a diez hombres. “Buscamos armas de fuego. Automóviles sospechosos son detenidos, y todos sus ocupantes deben descender”, señaló un oficial norteamericano. Según fuentes estadounidenses, unas 1100 patrullas recorren las calles de Bagdad desde este fin de semana para controlar las armas entre la población. Además, unos 8000 policías iraquíes regresaron a sus funciones en la capital. Tanques estadounidenses establecieron puntos de control en las carreteras alrededor de Bagdad. Bremer había anunciado un período de amnistía entre el 1º y el 14 de junio para que se entreguen las armas.
Los habitantes de Basora se manifestaron pidiendo un gobierno iraquí en la segunda ciudad del país. Unos 10.000 iraquíes manifestaron en el centro de Basora para exigir el derecho a autoadministrarse. Encabezados por dignatarios religiosos chiítas, los manifestantes se reunieron frente a la sede del mando de las fuerzas británicas, responsables del sur del país. Por otra parte, el Centcom desmintió un ataque con mortero ayer contra el cuartel general de las fuerzas norteamericanas en la ciudad de Al Raadi (100 kilómetros al oeste de Bagdad), como lo había anunciado el canal de televisión por satélite qatarí Al Jazeera. El Centcom reconoció además que había fracasado en su intento de recuperar los cerca de 5 millones de armas que todavía se encuentran en manos de la población civil.
Por otra parte, Raghdad, hija del derrocado dictador iraquí, dijo en una entrevista publicada ayer en Sunday Times de Londres que cree que Saddam Hussein y sus hijos Uday yQusay están vivos.
Raghad, de 36 años, describe cómo ella, una de sus hermanas y sus hijos escaparon de ser muertas por los misiles en una granja familiar en la primera noche de la guerra. “La última vez que hablé con mi padre fue cinco días antes de la guerra. Estaba de buen ánimo. Sé que sobrevivió a la guerra. Pero tras la caída de Bagdad todo ocurrió rápidamente y toda la familia se dispersó. No estoy en contacto con ninguno de ellos. Pero creo que están vivos”, dijo en la entrevista.
Con todo, los congresistas estadounidenses se enfrentaron ayer con el incómodo fracaso de sus fuerzas para encontrar armas de destrucción masiva en Irak, mientras comienzan a revisar los informes de inteligencia utilizada para justificar la guerra que derrocó a Saddam. Miembros del Congreso declararon ayer en programas televisivos que recibieron material secreto de las agencias de inteligencia que revisarán a puertas cerradas.

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