Silvio Berlusconi, involucrado en varios procesos judiciales, continuaba internado por un problema ocular. Por ese motivo no asistió a una nueva audiencia en el juicio en su contra por presunta incitación a la prostitución y abuso de menores. El ex primer ministro de Italia, que ingresó en el Hospital San Raffaele, de Milán, el viernes, seguirá internado hasta hoy, y se espera que mañana se presente a una nueva audiencia por el llamado “caso Ruby”, quizás el proceso más delicado entre los que involucran al magnate italiano de los medios.

En esta causa, Berlusconi está acusado de haber tenido sexo pago con una marroquí, Karima el Mahrug, alias Ruby, cuando ésta aún era menor de edad, durante fiestas organizadas en 2010 en una de las residencias del entonces premier. El político conservador también enfrenta cargos de abuso de poder por haber pedido a la policía que liberara a El Mahrug de una cárcel de Milán adonde había sido llevada detenida, acusada de robo en mayo de ese mismo año.

Berlusconi debía declarar ayer ante el tribunal de Milán que lleva el caso, pero sus abogados invocaron un legítimo impedimento por motivos de salud, informaron fuentes judiciales. El tribunal envió un equipo de médicos que constató la imposibilidad de asistir a la audiencia, tras lo cual el tribunal aceptó la solicitud de los abogados y aplazó su comparecencia hasta el miércoles, agregaron las mismas fuentes.

En declaraciones a la prensa, los propios médicos inspectores confirmaron que el ex premier sufre una descompensación de la presión arterial y consideraron que esta condición supone un absoluto impedimento para acudir al juicio.

Además, según el médico personal de Il Cavaliere, Alberto Zangrillo, Berlusconi sigue el tratamiento por la uveítis (inflamación ocular) que sufre, pero además está siendo vigilado a nivel cardiológico y la tensión, debido a los medicamentos que está tomando. Los motivos médicos alegados por la defensa de Berlusconi para justificar su ausencia en los tribunales fueron los mismos que alegaron el sábado, cuando el ex premier no asistió a la audiencia por el denominado “caso Mediaset”.

En este proceso, Berlusconi ya fue condenado en primera instancia a dos años de cárcel por fraude fiscal, a pagar una multa de diez millones de euros y a entre tres y cinco años de inhabilitación para cargos públicos y privados. Si bien los médicos aceptaron que Berlusconi no podía presentarse por impedimientos de salud, decidieron proseguir con la audiencia, aunque sin su presencia. La decisión del Tribunal de Apelación milanés levantó las críticas de algunos de los correligionarios del ex primer ministro, que se manifestaron frente al tribunal de Milán en protesta por la “persecución” que, según ellos, está llevando a cabo la Justicia contra el político italiano.