EL MUNDO › EL MULTIMILLONARIO REPRESENTANTE DEL TRADICIONAL PARTIDO CONSERVADOR GANó CóMODO EN PARAGUAY
El empresario tabacalero obtuvo el 45,9 por ciento de los votos contra el 36,9 por ciento del senador oficialista Efraín Alegre y el 5,8 por ciento del ex presentador de televisión Mario Ferreiro, de Avanza País. El partido de Lugo se ubicó cuarto.
El multimillonario Horacio Cartes ganó por amplio margen las elecciones presidenciales en Paraguay, marcando el regreso al poder del conservador Partido Colorado, desbancado en 2008 por Fernando Lugo, tras seis décadas de gobierno. Con el 95 por ciento de los votos escrutados, el empresario tabacalero obtenía el 45,9 por ciento, contra el 36,9 por ciento del senador oficialista Efraín Alegre y el 5,8 por ciento del ex presentador de televisión Mario Ferreiro, de Avanza País. El nuevo presidente asumirá el poder el 15 de agosto en reemplazo de Federico Franco, quien completó el período iniciado en 2008 por el ex obispo católico, destituido el 22 de junio pasado por el Congreso, que lo acusó de mal desempeño de sus funciones. Cristina Kirchner saludó al nuevo mandatario y reafirmó la intención de que Paraguay vuelva al Mercosur, organismo del que fue suspendido tras el golpe institucional (ver página 4).
Cartes es un empresario multimillonario recién llegado a la política. Fue señalado por contrabando, lavado de dinero y hasta narcotráfico, acusaciones que el ahora presidente electo negó sistemáticamente.
Enfundado en un lienzo rojo, el flamante presidente comenzó su discurso agradeciendo “al todopoderoso por esta gran fiesta cívica. Cuando me levanté hoy pedía al Señor que el ganador sea la República del Paraguay”, señaló ante la multitud que lo vivó en el centro de Asunción. “Como paraguayos debemos sentirnos muy orgullosos de lo que hemos podido demostrarle a todo el país y a todo el mundo”, dijo. Luego, manifestó que ratificaba su compromiso con todos los paraguayos. “La gente no nos pedía limosna, ni la gente más necesitada, pido a Dios que nos dé toda la sabiduría para honrar primero a quienes nos votaron, a quienes les doy todas las gracias del mundo, y decirles a los que no nos han votado que pondré todo mi esfuerzo para ganarme la confianza de ellos”, agregó.
Antes, Alegre había reconocido la victoria de su rival colorado en las elecciones nacionales. “No ha sido posible obtener el triunfo, así que el pueblo paraguayo se ha pronunciado y nosotros respetamos”, dijo el abogado que aspiraba a ser el nuevo presidente. De acuerdo con sus propios cómputos hasta ese momento, paralelos a los oficiales, el resultado electoral indicó una diferencia de entre 5 y 7 puntos porcentuales por debajo del empresario. Cartes había dicho que se iba a proclamar ganador cuando Alegre reconociera la derrota. La diferencia fue finalmente de 9 puntos.
“Hicimos un esfuerzo extraordinario. No dejamos de hacer absolutamente nada de lo comprometido con la gente y mañana seguiremos trabajando por el país”, dijo Alegre en rueda de prensa desde su centro de operaciones.
Bocinazos y el estallido de petardos colmaron las principales calles del centro asunceño, donde militantes del Partido Colorado dieron rienda suelta a los festejos. Frente a la residencia de Cartes, en el exclusivo barrio de Carmelitas, militantes vestidos de rojo desataron su euforia. El asesor técnico del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), Luis Salas, dijo que, según cifras preliminares, la participación en las urnas fue del 75 por ciento, en una jornada electoral calurosa y soleada que transcurrió con normalidad. En los últimos comicios había votado un 65 por ciento de los paraguayos llamados a las urnas. El triunfalismo desplegado por los colorados, reunidos desde las primeras horas de la mañana, se manifestó en las filas que recorrieron los principales centros de votación.
Cartes vino liderando las encuestas de intención de voto sobre Alegre hasta principios de abril, cuando los liberales y los seguidores del caudillo colorado Lino Oviedo, fallecido en un accidente de helicóptero en febrero, sellaron un pacto electoral que volvió más reñida la contienda. Multimillonario, dueño de una veintena de empresas y recién llegado a la política, Cartes logró una victoria bastante más cómoda de lo que vaticinaban los sondeos encuestas. El resultado refuerza también la vigencia del bipartidismo en Paraguay, si se tiene en cuenta que entre la Asociación Nacional Republicana (ANR, nombre oficial del coloradismo) y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) sumaron alrededor del 85 por ciento de los sufragios.
Con este triunfo, los colorados vuelven al Palacio de López, que sólo abandonaron en 2008, cuando los desalojó del poder el ex obispo Fernando Lugo, cuyo mandato terminará en agosto el ahora presidente Federico Franco. En el llano, los colorados se dividieron, atravesaron duras internas y finalmente se alinearon detrás de Cartes, que se afilió al partido recién en 2009 y en 2010 logró la modificación del estatuto interno para poder encabezar la fórmula.
Bastante antes de que se conocieran los primeros cómputos oficiales, las encuestas de boca de urna –en realidad, prohibidas– y el pulso de la calle vaticinaban el triunfo de Cartes, lo que dio paso a tempraneros festejos de sus seguidores, que detonaron petardos e iniciaron pequeñas caravanas de autos cubiertos de rojo.
Después, los primeros cómputos y la importante ventaja sacaron a la calle a los más cautelosos, que se llegaron hasta el frente de la sede de Honor Colorado –la línea interna del mandatario electo–, frente al Sheraton Hotel, con banderas paraguayas y partidarias, y bailaron al ritmo de polcas y guaranias. Otro tanto pasaba en la sede central de la ANR, en el centro asunceño.
Mientras, Cartes apareció por Radio Ñandutí, y aunque pidió esperar que se confirmaran oficialmente las cifras que manejaba, habló como presidente electo al insistir con que “si al final del mandato existe el mismo número de pobres que ahora, será un fracaso”, un concepto que ya había lanzado en su cierre de campaña. El ganador de la jornada destacó también el cambio radical que se vio en los jóvenes, desde el escepticismo inicial que dijo haber visto, a una fuerte participación posterior.
El concepto sonó a caricia para una franja que, por la distancia, se volvió mayoritariamente hacia los colorados: casi la mitad del padrón estaba comprendida entre los 18 y los 39 años. Muchos no vivieron la dictadura de Alfredo Stroessner, cuyo soporte político fue el Partido Colorado, y otros parecen haber creído la promesa de creación de empleo de Cartes.
Los números ubicaron, detrás de Cartes, a Alegre y Ferreiro, y en cuarto lugar al luguista Frente Guasú, que propuso al médico Aníbal Carrillo, con el 3,33 por ciento. El quinto fue el senador Miguel Carrizosa, con el 1,13 por ciento de los votos, Lugo aparecía con su banca en el Senado asegurada.
Sumados Avanza País y el Frente Guasú –que iban a ir juntos y se escindieron meses antes de los comicios– reunían casi un 10 por ciento de los votos, lo que permitiría al centroizquierda convertirse en la tercera fuerza y quizás hasta jugar un rol clave en el Congreso. El menú de candidatos se completó con Lilian Soto, por el movimiento feminista de izquierda Kuña Pyrendá; Roberto Ferreira Franco, por el Partido Humanista; Eduardo Arce, por el Partido de los Trabajadores; Ricardo Almada, por el Partido Blanco, y Anastasio Galeano, por Patria Libre. Ninguno superaba el 1 por ciento.
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