Jue 06.06.2013

EL MUNDO  › OPINIóN

Lula y Dilma

› Por Emir Sader *

En su reciente viaje a la Argentina, Lula se refirió varias veces al libro Diez años de gobiernos pos-neoliberales en Brasil: Lula y Dilma. Es un libro recién publicado, que organicé con un conjunto de 21 artículos de balance de los diez años de gobiernos del PT, más una entrevista con Lula hecha especialmente para la obra. Los lectores de este diario conocen partes de esa entrevista porque Página/12 publicó varios tramos.

Los autores plasmaron reflexiones indispensables para intentar develar la naturaleza de las extraordinarias trasformaciones vividas por Brasil en la última década. El país más desigual en el continente más desigual del mundo pasa por un proceso de profunda y extensa democratización social.

Ese proceso tuvo en la capacidad concreta de conducción de Lula un instrumento fundamental. Inclusive transitando caminos distintos de los previstos inicialmente y enfrentándose a obstáculos fuertes a lo largo de su implementación, produjo un saldo muy positivo.

El libro aborda desde temas políticos generales –como los desarrollados por Lula en la entrevista– pasando por textos sobre los cambios en la política internacional en la primera década del siglo y la evolución de la política exterior de Brasil, análisis sobre los diez años de la política económica de los gobiernos de Lula y de Dilma y también trabajos sobre cuestiones de políticas sectoriales.

Igual que el resto de los presidentes progresistas en América latina, Lula recibió una pesada herencia. El gobierno de Fernando Henrique Cardoso dejó el descontrol inflacionario, una deuda pública explosiva, un Estado desarticulado y una sociedad fragmentada, con fuerte aumento de la desigualdad, la miseria y la exclusión social. Y todo ello en medio de una profunda y prolongada recesión económica.

La elección de Lula en 2002 se dio durante un reflujo del movimiento popular, duramente golpeado por las políticas y por la represión del gobierno de Cardoso. Por eso la elección no fue acompañada de grandes movilizaciones populares y tampoco logró contar con una mayoría parlamentaria.

Fue en ese marco que en los primeros años del primer gobierno el PT enfrentó grandes dificultades, incluida la gran ofensiva del 2005, que amenazó con proponer el impeachment de Lula. Sectores de la izquierda alcanzaron a decir que Lula había “traicionado” a la izquierda, se fueron del PT y fundaron un partido más de ultraizquierda en Brasil. La derecha también consideró que el gobierno de Lula se había agotado. Discutía si debía sacarlo mediante un juicio político o en las elecciones del 2006.

En mi libro El nuevo topo. Los caminos de la izquierda latinoamericana (Siglo XXI, Buenos Aires, 2009) hay un capítulo con el titulo “El enigma Lula”. Allí digo que quienes no logran descifrar ese enigma son devorados por él. Eso pasó con la derecha y con la ultraizquierda.

Porque Lula representa la forma específica que asumió el posneoliberalismo en Brasil. Trató de combinar el tema de la estabilidad monetaria –incorporado ya al consenso nacional– con la vuelta al desarrollo, pero esta vez con distribución de ingresos. El objetivo histórico del PT de imponer la centralidad de las políticas sociales fue el faro que guió y sigue guiando los gobiernos de Lula y del PT.

Al contrario de los pronósticos, el gobierno no solo mejoró a partir del 2005. Se fortaleció ampliamente. Lula triunfó en la reelección del 2006 y posteriormente el PT logró que Brasil eligiera en 2010 a Dilma como sucesora de Lula. Es que los efectos de la prioridad otorgada a las políticas sociales ya habían empezado a dar resultados, propiciando una amplia base popular de apoyo a Lula. Todo eso impidió la continuidad de la amenaza de un impeachment –por el miedo que la oposición tenía sobre la capacidad de resistencia popular en apoyo a Lula– y además permitió la reelección.

Especialmente a partir de la crisis del 2005, cuando Dilma Rousseff asumió el cargo de coordinadora general del gobierno, imponiendo el triunfo del modelo económico-social que pasó a caracterizar el gobierno de Lula, el apoyo a éste llegó a niveles record. Por eso fue posible que Lula consiguiera escoger a su sucesora y que ella ganara las elecciones.

El 1º de enero de 2013, los gobiernos del PT completaron diez años. El balance es incuestionablemente positivo. El libro permite comprender las razones de ese resultado pero, a la vez, los problemas pendientes y los dilemas para que Brasil pueda dar un nuevo salto en la vía de la construcción del posneoliberalismo en Brasil.

* Sociólogo y profesor universitario brasileño. El libro que compiló ya lleva más de 200 mil descargas gratuitas. Puede obtenerse en el link http://bit.ly/11ZRi8d.

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