Sábado, 15 de junio de 2013 | Hoy
EL MUNDO › ALIADOS DESCONFIAN DE LA ACUSACION DE EE.UU. A SIRIA
Las potencias se han mostrado cautelosas ante la decisión estadounidense de apoyar militarmente a la oposición siria, tras acusar a Damasco de usar armas químicas contra los rebeldes, y han pedido que la ONU investigue las denuncias.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo ayer que armar a cualquiera de las partes en Siria “no ayuda” a encontrar una solución pacífica al conflicto. Después de que Estados Unidos anunció que prestará ayuda militar a los rebeldes que luchan para derrocar al presidente Bashar Al Assad, el funcionario declaró que “armar a cualquiera de las partes en Siria no ayuda”. “Dije de forma consistente que no hay una solución militar, el conflicto en Siria sólo se resolverá a través de una solución política”, subrayó en una rueda de prensa.
Previamente, las potencias se habían mostrado en su mayoría cautelosas ante la decisión estadounidense de apoyar militarmente a la oposición siria, tras acusar a Damasco de usar armas químicas contra los rebeldes y habían pedido que la ONU investigara la veracidad de las denuncias de la Casa Blanca. Los tradicionales aliados de Estados Unidos están tratando de no reiterar el error cometido con Irak, cuando el ex presidente George W. Bush lanzó la invasión alegando que Bagdad tenía armas de destrucción masiva, denuncia que luego se comprobó que era falsa, según manifestaron analistas.
Su tradicional aliado, el Reino Unido, respaldó la evaluación de Estados Unidos sobre el uso de armas químicas en Siria, pero ratificó que su país todavía no tomó una decisión sobre el envío de armamento a la oposición.
El primer ministro inglés, David Cameron, explicó que “hay evidencias de múltiples ataques con armas químicas en Siria, incluyendo el uso del aborrecible gas sarín”, al encabezar una conferencia en Downing Street.
Cameron manifestó su “cálido apoyo” a Washington, pero dejó claro que un eventual envío de armas será un motivo de discusión en la cumbre que el G-8 (los países más industrializados: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón más Rusia) realizará el 17 y 18 de junio próximos en Irlanda del Norte.
El cuestionamiento más directo de la posición estadounidense provino, como era de esperarse, de Moscú. La información ofrecida por Estados Unidos a Rusia sobre el uso de armas químicas por el presidente sirio, Bashar Al Assad, no es convincente, aseguró Yuri Ushakov, asesor del presidente ruso, Vladimir Putin. “Quiero confirmar el encuentro de nuestros representantes con los estadounidenses, en el que los norteamericanos intentaron presentarnos información sobre el uso de armas químicas por el gobierno de Al Assad, pero yo digo que lo presentado no nos parece convincente”, declaró Ushakov. No obstante, Rusia aseguró que no planeaba acelerar la planeada entrega de misiles antiaéreos S-300 a Damasco. “No estamos compitiendo con Estados Unidos en Siria. Al contrario, intentamos encontrar de manera constructiva una solución para este importante problema”, señaló Ushakov.
Desde Bruselas, la Unión Europea (UE) pidió el despliegue de una misión de la ONU en Siria para investigar el supuesto uso de armas químicas, pero recalcó que la negociación es la única solución posible ante la guerra.
La UE recibió con “gran preocupación” la supuesta confirmación de Estados Unidos del uso de ese tipo de armas, y considera que eso hace “aún más importante” que la ONU pueda verificar las acusaciones sobre el terreno, explicó el vocero comunitario de Relaciones Exteriores, Michael Mann. “Estos acontecimientos refuerzan la importancia de una solución política a la crisis en Siria y deberían acelerar los esfuerzos de la comunidad internacional para lograr una solución política definitiva”, agregó.
Ante la decisión estadounidense de dar ayuda militar a los rebeldes, Mann aseguró que la postura de la UE “no cambia” y se basa en la necesidad de conseguir una solución política al conflicto. En este marco, la UE reiteró su apoyo a la convocatoria de la conferencia de paz impulsada por Estados Unidos y Rusia. Hasta la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pidió también la intervención de la ONU, pese a celebrar, como dijo su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, la “clara decisión” de la Casa Blanca. “Es urgente que el régimen de Siria permita investigar todas las informaciones sobre el uso de armas químicas”, señaló. “La comunidad internacional ya dejó claro que cualquier uso de armas químicas es totalmente inaceptable”, subrayó.
Por su lado, Beijing demandó que se investigue si el gobierno o la oposición siria usaron armas químicas en el conflicto que en poco más de dos años costó la vida a unas 93 mil personas, según cifras de la ONU.
“Estamos totalmente en contra del uso de armas químicas, quien sea quien las use”, indicó la portavoz de la Cancillería, Hua Chunying, quien reiteró que la negociación es “la única vía realista y correcta” para solucionar el conflicto y pidió que se evite “cualquier movimiento militar” que pueda incrementar la crisis del país. China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, se opusieron en varias ocasiones al endurecimiento de las sanciones contra el gobierno sirio, controlado desde hace 50 años por el mismo partido, en las votaciones celebradas en el seno de ese organismo.
Como era de esperar, el gobierno sirio y los insurgentes manifestaron posiciones contrapuestas. Mientras los primeros dijeron que Washington recurría a “métodos banales” para justificar su decisión de armar a los rebeldes, los segundos recibieron con júbilo la decisión de Estados Unidos.
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