El presidente electo de Irán, el clérigo moderado y ex negociador nuclear Hasan Rohani recibió contundentes gestos de apoyo. Sectores políticos y militares claves en el entramado de poder de la República Islámica se manifestaron a su favor luego de triunfar en los comicios presidenciales. Tras años de tensiones con el Ejecutivo del gobernante saliente del Mahmud Ahmadinejad, los jefes de los poderes Legislativo y Judicial de Irán, los hermanos Ali y Sadeq Amoli Lariyani, felicitaron a Rohani y le ofrecieron su ayuda.

El presidente del Parlamento, Ali Lariyani, visitó ayer al reformista Rohani, quien se alzó con la presidencia en las elecciones que tuvieron lugar el viernes y señaló que, “en estos momentos delicados para el país”, la Asamblea Consultiva mantendrá “una colaboración amistosa con el nuevo mandatario y su gobierno”, según un comunicado de su oficina. Ser una persona sagaz y elegir un gabinete eficaz, que garantice y respete las leyes son, en opinión del líder parlamentario, las condiciones para un buen gobierno y para responder al apoyo del pueblo iraní expresado en las urnas, agrega el texto.

Su hermano, el ayatolá Sadeq Amoli Lariyani, jefe del Poder Judicial, también felicitó a Rohani por su elección popular, que calificó como “gran epopeya” y que, en su opinión, se produjo en “sana competencia” y servirá al nuevo presidente para defender los valores de la Revolución Islámica. “Sé que los tres poderes que están bajo la supervisión del poder religioso (del líder supremo, ayatolá Ali Jamenei) podrán dar pasos para abrir caminos ocultos y acabar con los problemas”, dijo el responsable del Poder Judicial. Los hermanos Lariyani, que están entre los principales dirigentes de los ultraconservadores radicales, mantuvieron un fuerte enfrentamiento con Ahmadinejad y su entorno casi desde el inicio de su segundo mandato, en el año 2009. Mientras el legislativo bloqueó diversos proyectos del gobierno, sobre todo en relación con la economía y presupuestos, decenas de colaboradores y personas cercanas a Ahmadinejad fueron procesadas y encarceladas por causas diversas.

Las declaraciones de los poderosos hermanos Lariyani, por otra parte, constituyen un fuerte espaldarazo al nuevo líder de la República Islámica, y coinciden con otro gesto similar del Cuerpo de Guardianes de la Revolución, que manifestaron su disposición a colaborar con el gobierno que forme el nuevo presidente electo. En un comunicado publicado en las últimas horas, este cuerpo de elite señaló que está todo listo para colaborar con la próxima administración en el marco de las responsabilidades y misiones asignadas legalmente. En la nota, los Guardianes felicitan a la “noble nación iraní como auténtica ganadora” de las elecciones, al líder supremo Jamenei, y al presidente electo, “por su grande y trascendental victoria”. También el Ministerio de Defensa como el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas felicitaron a Rohani y evidenciaron en sendos comunicados su disposición a cooperar con el flamante mandatario.

En el plano internacional, siempre un frente ríspido para Teherán, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, anunció que Washington ve el resultado de los comicios como una “señal potencialmente esperanzadora” de que Irán hará los cambios necesarios para trabajar con la comunidad internacional. La Unión Europea, en tanto, a través de la alta representante para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, reconoció la victoria del reformista y confió en trabajar con él para lograr una “rápida solución diplomática” a la cuestión del programa nuclear. “Sigo firmemente comprometida en trabajar con el nuevo liderazgo iraní hacia una rápida solución diplomática al asunto nuclear”, declaró en un comunicado Ashton. El presidente ruso, Vladimir Putin, por su parte, felicitó a Rohani por su triunfo y expresó su esperanza de que la gestión del nuevo mandatario iraní fortalezca las relaciones entre Moscú y Teherán. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en cambio, dijo que su país “no espera cambios” luego del triunfo del clérigo reformista y pidió “mantener la presión” sobre Teherán.