EL MUNDO › EL PRESIDENTE DE EGIPTO RECHAZó LOS PEDIDOS DE RENUNCIA Y EL ULTIMáTUM DADO POR LOS MILITARES, QUE VENCE HOY
Presionado por las protestas callejeras, Mursi le ofreció a la oposición formar un gobierno de unidad y celebrar elecciones parlamentarias en seis meses. El ejército había amenazado con disolver el Parlamento y derogar la nueva Constitución.
Los opositores del presidente egipcio Mohamed Mursi salieron ayer nuevamente a las calles de El Cairo para exigir su dimisión. Las protestas se reanudaron después de que el mandatario rechazara un ultimátum del ejército en el que se le instaba a atender las reivindicaciones ciudadanas. Sin embargo, Mursi propuso a la oposición formar un gobierno de unidad nacional y celebrar elecciones parlamentarias en seis meses, en un discurso televisado dirigido a la nación en vísperas de cumplirse el plazo dado por el ejército para intervenir en la crisis del país. El mandatario pidió a la cúpula militar que retirase el ultimátum.
“La legitimidad es la única garantía contra la violencia. El antiguo régimen de Hosni Mubarak no regresará. Si esta iniciativa no se acepta, el país recorrerá un camino oscuro y volveremos al casillero uno”, agregó el mandatario islamista, citado por la página web del diario egipcio Al Ahram. En repetidas ocasiones a lo largo de su discurso, Mursi reiteró que la legitimidad constitucional está con él y que, por ello, no piensa dimitir. El mandatario destacó que el pueblo egipcio lo eligió en unas elecciones limpias y democráticas y que, aunque “no ansía el poder”, está comprometido con su misión.
Por su parte, los partidarios del mandatario también protagonizaron una manifestación para apoyar al gobierno y se enfrentaron con los manifestantes anti Mursi, dejando como saldo siete muertos y decenas de heridos. Decenas de miles de personas se dirigieron ayer hacia la emblemática plaza Tahrir en El Cairo para exigir la renuncia del presidente, electo hace apenas un año. La policía fue desplegada en la capital, en donde la mayoría de los comercios permanecieron cerrados y las calles contrastaban con la actividad habitual de la ciudad. Además, helicópteros del ejército sobrevolaban la ciudad.
Miles de partidarios del presidente estuvieron reunidos en el barrio de Nasr City, así como frente a la Universidad de El Cairo, para defender la legitimidad de Mursi, quien ganó la primera elección presidencial libre de la historia del país. Uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista en el gobierno, pidió a los egipcios estar dispuestos a sacrificar sus vidas para prevenir un golpe de Estado, e hizo referencia a la sangre derramada para obtener la caída de Mubarak en 2011. El ejército amenazó con disolver el Parlamento y derogar la nueva Constitución si Mursi no responde a las demandas ciudadanas. Al cierre de esta edición no se había pronunciado acerca del discurso del mandatario.
La televisión estatal señaló que siete personas murieron y otras 15 fueron heridas en los enfrentamientos registrados en la plaza de Kit Kat. Fuentes de seguridad explicaron que en esa plaza, ubicada en la ribera oeste del río Nilo, una marcha de opositores fue atacada por seguidores del mandatario, lo que derivó en una batalla campal con armas blancas, bastones y piedras.
Decenas de heridos más se registraron en las localidades de Kafr al Dauar y Kafr el Sheij, en el delta del Nilo, agregó MENA. En la localidad de Banha, al norte de El Cairo, los opositores irrumpieron en una sede del Partido Libertad y Justicia, el brazo político de los Hermanos Musulmanes, tras enfrentarse a los seguidores del presidente.
Las manifestaciones se desataron luego de que Mursi, quien se reunió ayer con el jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Sisi, para hablar de la crisis que sacude al país, rechazara el ultimátum. “Egipto no permitiría ninguna vuelta atrás, independientemente de las circunstancias”, había declarado el presidente el lunes. Esa respuesta obligó al ejército a desmentir cualquier plan de golpe y aclarar que el ultimátum pretendía llevar a todos los sectores políticos a hallar una salida rápida a la crisis. Desde la oposición se anunció la designación de Mohamed El Baradei, ex director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, como su representante con vistas a una transición política.
A todo esto, el gobierno de Barack Obama instó a Mursi a que convoque a elecciones y a la vez advirtió a las fuerzas armadas acerca de los riesgos de un golpe militar, según altos funcionarios. “Le estamos diciendo (a Mursi) ‘encuentre una forma de ir a nuevas elecciones’. Esa puede ser la única manera en que esta confrontación se resuelva”, explicó un alto funcionario de gobierno a la cadena norteamericana CNN. Washington también está tratando de que Mursi nombre a un nuevo primer ministro y a un nuevo gabinete, para demostrar a la oposición que está gobernando para todos los egipcios, de acuerdo con la fuente.
“La democracia es algo más que elecciones. Es también asegurar que las voces de todos los egipcios son escuchadas y representadas por su gobierno, incluidas las de los muchos egipcios que protestan en todo el país”, le expresó Obama a Mursi, según funcionarios de la Casa Blanca. Las autoridades estadounidenses también advirtieron a las fuerzas armadas egipcias que un golpe militar llevaría a cortar toda la ayuda que Washington proporciona al país y que asciende a cerca de 1500 millones de dólares anuales.
El muftí de Egipto, la máxima autoridad religiosa musulmana del país, jeque Shauqi Alam, pidió la colaboración de los ciudadanos y las fuerzas de seguridad para garantizar el desarrollo pacífico de las manifestaciones. Al menos 23 personas murieron en todo el país en el marco de las manifestaciones. Enfrentamientos similares habían causado ya la muerte de ocho personas, entre ellas un estadounidense, la semana pasada.
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