EL MUNDO › POR EL PROGRAMA NUCLEAR DE IRáN
El presidente de Irán, Hasan Rohani (foto), expresó ayer la posibilidad de reanudar las negociaciones sobre su programa nuclear, aunque aclaró que su país no renunciará a sus derechos nucleares. “Quizás en las próximas semanas se lleven a cabo en Nueva York las primeras negociaciones sobre el caso nuclear de Irán y luego las negociaciones continuarán con el G5+1 compuesto por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, EE.UU., Francia, Reino Unido y Rusia) más Alemania, en el lugar que se determine”, declaró. Además, el mandatario designó a Ali Shamjani, ex ministro de Defensa, como secretario del Consejo Supremo de la Seguridad Nacional en sustitución de Said Jalili, un ultraconservador que estaba a cargo de las negociaciones nucleares.
“Occidente debe saber que con las sanciones y presiones contra el pueblo de Irán no se logrará ni el más mínimo éxito”, sostuvo Rohani, y aseguró que el gobierno iraní hará todo lo posible para solucionar los problemas.
“Si el lenguaje de Occidente es el de la lógica, el razonamiento y los intereses en común en una postura de igualdad, el gobierno (iraní) está dispuesto a hablar con un lenguaje de la sabiduría, la prudencia y la lógica con ellos”, expresó.
Desde diciembre de 2009 en que Irán reanudó las negociaciones nucleares con el G5+1, han mantenido varias reuniones sin resultados concretos. Algunos países, con Estados Unidos a la cabeza, sospechan que el programa nuclear de Irán tiene una vertiente militar destinada a fabricar armas atómicas, mientras Teherán asegura que es exclusivamente civil y pacífico.
Washington y sus aliados en el G5+1 pretenden que Irán deje de enriquecer uranio y desmantele algunos de sus centros nucleares, en especial la planta subterránea de Fordo, mientras que Teherán asegura que precisa el combustible que producen para usos civiles. Rohani indicó que promoverá medidas de confianza con el resto del mundo en materia nuclear, con el fin de conseguir el levantamiento de las sanciones a las que está sometido su país, que tienen ahogada su economía.
El lunes, el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, consideró urgente y esencial que Irán cooperara para resolver los temas pendientes. Desde 2012, el organismo intenta alcanzar un acuerdo para verificar las sospechas sobre el posible objetivo militar del programa nuclear iraní.
La apuesta de Rohani será Zarif, quién formó parte en 2003 de su equipo dirigido, que había llevado a cabo las negociaciones nucleares con París, Londres y Berlín, y aceptado la suspensión del enriquecimiento de uranio y la aplicación del protocolo adicional al Tratado de No Proliferación (TNP), que permite un mayor control de las instalaciones nucleares del país.
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