EL MUNDO › COMO GESTO DE REPUDIO ANTE LAS DENUNCIAS DEL ESPIONAJE DE ESTADOS UNIDOS A BRASIL
Los tres diarios más influyentes, O Globo, Folha y O Estado de São Paulo afirmaron que Rousseff prácticamente resolvió cancelar el viaje a Estados Unidos. Folha reveló que un grupo de agentes de la CIA actúa libremente en suelo brasileño.
La presidenta Dilma Rousseff podría anunciar esta semana la suspensión del encuentro con su colega Barack Obama, previsto para el 23 de octubre en Washington, como gesto de repudio ante las denuncias del espionaje de Estados Unidos a Brasil. Para seguir la historia que comenzó el ex agente de la CIA, Edward Snowden, al revelar que Washington invadió correos y llamadas en Brasil, el diario Folha de Sao Paulo publicó ayer que un grupo de inteligencia norteamericano actúa libremente en el país, en colaboración con efectivos de la Policía Federal.
Por un acuerdo antidrogas firmado hace trece años con el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y orientado a la política antiterrorista luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, un grupo de agentes de la CIA, disfrazados de diplomáticos, están distribuidos en el territorio brasileño en busca de información. Pautan líneas de acción en determinadas investigaciones y apuntan quién debe ser vigilado o rastreado por la policía nacional, señala un informe publicado por Folha.
La existencia del acuerdo antidrogas fue confirmada por policías federales, efectivos de inteligencia del Ejército y funcionarios del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) de la Presidencia de Brasil citados por el periódico paulista, que afirmó que el convenio es una formalidad para disfrazar el espionaje. “Opiné (en 2000) por la no oficialización del convenio en relación con las drogas porque era una cobertura para el espionaje desenfrenado, sin límites”, dijo el ex secretario nacional antidrogas Walter Maierovitch. Según el informe, oficinas, computadoras y otros equipamientos, así como el propio edificio en el que trabajan en Brasilia unos 40 agentes brasileños de la División Antiterrorismo (DAT) de la Policía Federal fueron financiados con ayuda de la CIA en los años ’90.
Los agentes brasileños relataron que realizan cursos en Estados Unidos, en los cuales sus alojamientos e incluso el alquiler de autos durante su estadía son financiados por el gobierno norteamericano. Asimismo, los agentes estadounidenses poseen oficinas propias en Río de Janeiro, lo que se justifica por la realización del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, y en la localidad São Gabriel da Cachoeira, en el estado de Amazonas, para vigilar la actuación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en la frontera.
Los estadounidenses también están presentes en las bases que la Policía Federal posee en todo el país para el combate al terrorismo, ubicadas en Río de Janeiro, San Pablo, Foz de Iguazú –en la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay– y São Grabriel da Cachoeira. Todas esas bases, afirmó el matutino brasileño, tienen equipamiento y tecnología de la CIA para llevar adelante las misiones, y los agentes brasileños trabajan en equipo con los norteamericanos. “Lo que más hay es estadounidense travestido de diplomático haciendo investigaciones en Brasil”, señaló el director de la Federación Nacional de los Policías Federales (Fenapef), Alexandre Ferreira.
Por otra parte, los tres diarios brasileños más influyentes, O Globo, Folha y O Estado de São Paulo afirmaron en sus ediciones de ayer que Rousseff prácticamente resolvió cancelar el viaje a Estados Unidos luego de haberse reunido durante seis horas el viernes pasado con el ex mandatario y su consejero Lula da Silva. “La decisión de no viajar fue tomada el viernes en Brasilia. Si no hay una posición más firme del gobierno norteamericano, la presidenta no viajará”, dijo una fuente gubernamental a O Globo. A su vez, Folha señaló que Rousseff resolvió no dar más vueltas al asunto y anunciar en breve que dejará sin efecto la cumbre con Obama. Sin embargo, el vocero presidencial, Thomas Traumann, anunció que la decisión sobre la visita de Estado al país del norte “sólo será tomada después del encuentro de la presidenta Dilma con el ministro Figueireido”. El canciller Luiz Alberto Figueireido fue enviado por Dilma a la capital norteamericana, donde el miércoles fue recibido por Susan Rice, asesora de Seguridad Nacional de Obama. Según trascendió, Rice no habría enterado al ministro de las informaciones reclamadas por Brasil, lo cual profundizó el malestar en el Planalto y reforzó la posibilidad de que se cancele la reunión entre ambos mandatarios. Hasta la tarde de ayer no había trascendido la fecha en que se realizará el encuentro entre la jefa del Estado y el canciller.
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