EL MUNDO › MERKEL, FAVORITA PARA EL DOMINGO, PODRíA TENER QUE ALIARSE CON LOS SOCIALDEMóCRATAS
Si se confirman los sondeos, la actual canciller conservadora no tendrá el suficiente apoyo para seguir conduciendo Alemania con sólo formar un frente con los liberales, quienes están en caída libre. De esta forma, reeditaría el gobierno del 2005-2009.
A cinco días de los comicios en la mayor economía europea, el centroderecha, encabezado por la canciller alemana Angela Merkel, está empatado con la oposición. Una encuesta publicada por la revista Stern reveló que la agrupación conservadora de Merkel tiene el 39 por ciento de los votos, porcentaje idéntico al sondeo anterior pero muy por delante de los demás partidos. En cambio, su socio minoritario en la coalición de gobierno, el Partido Liberal Demócrata (FDP), sigue cayendo y ahora sólo capta el 5 por ciento de los votos, un punto por encima del límite para mantenerse en el Bundestag (Parlamento). En el arco opositor, los socialdemócratas (SPD) y sus aliados Verdes cuentan con el 25 y 9 por ciento, respectivamente. En tanto que el partido La Izquierda (Die Linke) reunía el apoyo del 10 por ciento de los alemanes.
Matemáticamente, la Unión Cristiano-Demócrata (CDU) de Merkel y el FDP de Rainer Brüderle empatarían frente a una hipotética coalición de izquierda conformada por el SPD, los Verdes y La Izquierda. Los socialdemócratas ya descartaron esa opción. Sin embargo, si se mantienen estas cifras en los comicios del próximo domingo, la actual canciller no tendrá el suficiente apoyo para seguir conduciendo Alemania con sólo formar un frente con el FDP, presente en 17 de los 22 gobiernos en el país desde la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto, Merkel se vería obligada a gobernar como lo hizo entre el 2005 y el 2009, cuando encabezó una gran coalición de conservadores y socialdemócratas.
En tanto, el partido ecologista Los Verdes desciende en los sondeos previos a la elección legislativa, caída libre que podría impedir la llegada de la izquierda al poder en Alemania y allanar el camino de Merkel a un tercer mandato. En el país de los supermercados de alimentos orgánicos y donde la basura se separa en más de cinco categorías, Los Verdes podrían hacer una de sus peores elecciones, a pesar de que hace dos años parecían encaminados a dirigir la principal economía europea.
Creado en 1980, Die Grünen (Los Verdes) se unieron al partido alternativo de Alemania del Este Alliance 90 luego de la reunificación alemana, y entre 1998 y 2005 participaron en los dos gobiernos del socialdemócrata Gerhard Schröder. Agrupación contestataria que en sus inicios atrajo a los jóvenes de clase media, Los Verdes encuentran hoy su base de votantes en el sector más rico del electorado alemán, una franja tradicionalmente conservadora y liberal, según un estudio del instituto de investigación económica DIW.
“Quizás estamos más maduros y adultos, más preparados y pacientes, pero no por eso vamos a desaparecer. En todo caso, Los Verdes no se aburguesaron”, sostuvo la presidenta del partido, Claudia Roth, en una reciente entrevista con el diario TAZ. En abril, las encuestas les otorgaban 16 por ciento a los ecologistas –uno de los tres partidos que cuenta con representantes en todos los parlamentos regionales– y hasta el 21 por ciento hace un año.
Junto con la debilidad crónica de los liberales, socios minoritarios de Merkel, la encuesta del instituto demoscópico Forsa, difundida ayer, destaca el ascenso del SPD, que observando esa tendencia decidió extender su campaña hasta el cierre de los colegios electorales el domingo para captar al voto indeciso. Tras una turbulenta legislatura, los liberales –que en las últimas elecciones generales obtuvieron un 14,6 por ciento de los votos– quedaron fuera de los parlamentos de varios estados federados y el domingo cosecharon un rotundo fracaso en las elecciones de Baviera, al lograr sólo un 3,2 por ciento de los votos.
El FDP, atenazado por la debacle bávara, volvió ayer a animar a los votantes cristianodemócratas a prestarle una de las dos listas que permite el sistema electoral alemán para reeditar la actual combinación en el Ejecutivo y, sobre todo, evitar un gobierno de izquierda. La CDU, sin embargo, insistió en que no le sobra ningún voto, con la mente puesta en la derrota por la mínima diferencia que sufrieron en Baja Sajonia este año por este conceder votos a los liberales.
“Dos votos, cuatro años”, afirmó con contundencia Merkel en los avances de una entrevista para el diario Rheinische Post. Según los politólogos, un gobierno tripartito de izquierda es altamente improbable por las divergencias ideológicas entre el SPD y Los Verdes, por un lado, y La Izquierda, por el otro, ya que ese partido de poscomunistas y disidentes socialdemócratas se opuso rotundamente a la política europea de Merkel, que las otras dos fuerzas ratificaron, y aboga por abandonar la OTAN.
La cuestión esencial es si el centroderecha podrá reeditar la actual coalición, ya que los votos podrían no alcanzarle, incluso aunque el FDP logre finalmente entrar en el Bundestag. De no lograrlo, el pragmatismo alemán se impondría. Y lo más probable sería una gran coalición entre la CDU y el SPD, pese a que los dos reniegan de esta opción –que funcionó, con relativo éxito y estabilidad, en la primera legislatura de Merkel–, porque prefieren, respectivamente, aliarse con los liberales y Los Verdes. “Por supuesto que hablo con los socialdemócratas y ellos conmigo”, dijo Merkel con calculada ambigüedad al Rheinische Post. Esta posibilidad implicaría una larga negociación para establecer prioridades y también el sacrificio de algún político de primera fila, entre los que Peer Steinbrück, candidato socialdemócrata, es el que cosecharía más votos.
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