EL MUNDO
“Hay como un remolino de oxígeno en este empobrecido continente”
Entrevista con Roy Chaderton Matos, canciller de Venezuela. El ministro reflexionó sobre la situación venezolana y los lazos con los países de la región en un momento de cambio.
› Por Mercedes López San Miguel
El canciller venezolano, Roy Chaderton Matos, estuvo de visita en Buenos Aires y conversó con Página/12 sobre los temas domésticos tras el paro petrolero de dos meses a comienzo de año, así como de la agenda exterior.
–A partir del 19 de agosto está contemplado el referéndum revocatorio del mandato de Hugo Chávez. Usted señaló que es poco probable, ¿por qué?
–Que sea remoto o cercano depende de la oposición: el gobierno no tiene por qué hacerle su trabajo. Debe quedar claro que el referéndum revocatorio es un derecho nacido de una iniciativa de nuestro gobierno que está plasmado en el texto constitucional. Corresponde a la oposición llenar los requisitos –recoger en firmas el 20 por ciento de padrón electoral, asegurar que sean verificadas por la autoridad electoral–. Si se hace, el pueblo ratificará el mandato al presidente.
–Hay dos sectores en pugna en la sociedad venezolana y da la sensación de que se trata de una olla a presión que podría desbordarse.
–Sí, una olla que tiene una espita que es el conjunto de recursos legales para enfrentar a los antidemocráticos.
–¿Qué ha cambiado a partir del efímero golpe del 11 de abril del 2002?
–La visualización es efímera, pero es un golpe continuo. Empezó desde el punto de vista formal con un paro empresarial que lo disfrazaron de nacional en diciembre de 2001 y luego se fue alimentando hasta llegar con el liderazgo mediático al golpe de abril que fue exitoso por tres días –disolvieron todas las instituciones democráticas–. Las cuestiones de un país deben resolverse por la vía democrática. En este caso el problema de fondo no es si el gobierno está haciendo la tarea o no, eso lo tiene que juzgar el pueblo.
–Respecto de los indicadores económicos (altos índices de pobreza y desempleo), ¿qué medidas se van a implementar?
–El último golpe de tipo petrolero-mediático en diciembre provocó en un país empobrecido pérdidas entre 7 y 10 mil millones de dólares. Este año va a haber un crecimiento económico negativo, pero la industria ya ha normalizado su producción y produciendo petróleo a un costo menor que antes del paro petrolero. Tras la salida de 18 mil empleados y gerentes de una empresa saturada de burocracia –la estatal petrolera Petróleos de Venezuela– nos sale más barato y estamos produciendo lo mismo que antes.
–¿Cómo generarán mayor productividad y trabajo?
–Poniendo en práctica proyectos de infraestructura hasta estimular la aparición de un sector empresarial productivo, porque una de las causas del empobrecimiento del país es la mezcla de corrupción creciente hasta la mala gerencia. Los empresarios venezolanos no arriesgan, no compiten, no producen, el que arriesga es el Estado en nombre de ellos. Por otra parte, el instrumento es la educación, sobre todo para los gobiernos de inclinación social. Según estadísticas del programa de Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD), estamos en mejores expectativas de vida, un aspecto en el que podemos competir –entre comillas– con la Argentina.
–A propósito de nuestro país, ¿cómo ve el gobierno venezolano la llegada de Néstor Kirchner al poder?
–Con esperanza, con afecto porque en primer lugar representa la voluntad mayoritaria de los argentinos; es un hombre de sensibilidad social y con cuyo ideario nos sentimos cercanos.
–Usted ha dicho que con Brasil la relación está creciendo.
–Hay como un remolino de oxígeno en este continente. Usted ve la proyección social, consecuencia de las decisiones tomadas por los pueblos de la Argentina y Brasil y tiene razones para sentirse esperanzado. Existe una reversión de la tendencia hacia la locura neoliberal en la cual estuvimos y que en nombre de la prosperidad económica hizo nuestros países más pobres. Esa reversión va a permitir el crecimiento económico y el acercamiento a la justicia social.
–Se declara a favor de vincular el Mercosur con la comunidad económica andina. ¿Dónde ubica el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas)?
–Debemos integrarnos para ser mejores interlocutores dentro de la comunidad internacional: solos estamos más expuestos. Con el ALCA tenemos que ser cautelosos para no terminar convertidos en unos anaqueles dentro de un gigantesco supermercado, y un llamado a la reflexión de algunos capitalistas latinoamericanos que enloquecen de fantasía del gran mercado norteamericano y pueden terminar devorados por empresas mucho más poderosas y subsidiadas como es el caso de las empresas agrícolas norteamericanas.
–El gobierno colombiano llamó a la comunidad internacional a involucrarse en su asunto armado, ¿Venezuela se opone?
–Nosotros hemos participado en conversaciones de paz apoyando las iniciativas del gobierno colombiano. Venezuela es uno de los países más afectados por la violencia de Colombia. Tenemos más de 50 años siendo receptores de la violencia vecina. Pusimos efectivos y posibilidades de tipo militar a lo largo de la frontera común mucho más de lo que podía hacer Colombia.
–Pero, ¿qué opina de una ayuda internacional?
–Nos oponemos. Estamos en desacuerdo con fuerzas multinacionales que puedan contribuir a aumentar el desborde de la violencia sobre nuestro país. Somos los más perjudicados después de Colombia.
–¿Qué dice el gobierno de Chávez cuando le señalan simpatía con las FARC?
–Lo tomamos como un montaje de los sectores interesados en perturbar la institucionalidad democrática en Venezuela. Con frecuencia, fuerzas irregulares colombianas han violado nuestra frontera y utilizado nuestro territorio, van y vienen. Eso no nos hace simpatizantes.
–¿Hay intromisión de Estados Unidos en los asuntos venezolanos?
–Cuando uno se considera más santo que los demás, anda propagando prédicas de santidad, y ocurre que todos los días los voceros de EE.UU. hacen evaluaciones de sus países y sus opiniones son entrometidas. Pero eso nos da derecho a opinar de los asuntos internos de Washington.