Sáb 09.08.2003

EL MUNDO

De cómo Terminator se ha vuelto el nuevo terror del Partido Demócrata

Con un discurso moderado, el actor Arnold Schwarzenegger se encamina hacia la gobernación de California y se prepara para decirle “hasta la vista, baby” al actual gobernador Gray Davis.

Por Enric González *
Desde Washington

Arnold Schwarzenegger ya es oficialmente candidato a “gobernator” de California. El actor, de 56 años, sorprendió el miércoles por la noche a sus propios asesores al anunciar que aspiraba al máximo cargo ejecutivo en el estado más rico y más turbulento, de Estados Unidos. Schwarzenegger utilizó un programa de máxima audiencia para decir “hasta la vista, baby” al actual gobernador, el demócrata Gray Davis, y para revelar su “difícil decisión”: “Nada había sido tan duro desde que, en 1978, decidí depilarme las ingles”, afirmó.
El protagonista de Conan y Terminator jugó sus cartas con habilidad. Durante varios días emitió el rumor de que su decisión final era negativa y de que no participaría en la votación del 7 de octubre. Incluso insinuó que utilizaría su intervención en el programa “The Tonight Show” para expresar su deseo de que el ex alcalde republicano de Los Angeles Richard Riordan se declarara candidato. El pobre Riordan creó rápidamente un comité electoral. Llegado el momento, la gran sorpresa: “Los políticos están fallando”, dijo. “Y quien más falla a la gente es el gobernador Gray Davis. Es un fracaso terrible; por eso hace falta apartarlo del cargo, y por eso soy candidato.”
Schwarzenegger, un republicano moderado que se define como “muy liberal” en cuestiones como el derecho al aborto, no habría tenido apenas posibilidades en una elección convencional. El ala más conservadora del Partido Republicano le habría cerrado el paso en las primarias. Pero lo que está ocurriendo en California es tremendamente atípico. El gobernador Davis fue reelegido en noviembre del año pasado, pese a su inmensa impopularidad, causada por la crisis energética y el vertiginoso aumento del déficit fiscal, que suma ya 38.000 millones de dólares. Casi inmediatamente después, los republicanos pusieron en marcha un procedimiento previsto en la Constitución californiana que permite convocar un referéndum para relevar al gobernador. Reunieron las firmas necesarias y, el próximo 7 de octubre, los ciudadanos de California introducirán en las urnas una papeleta con dos secciones. En la primera tendrán que decir si quieren que Davis siga o se vaya. En la segunda deberán marcar el nombre de quien prefieran como sustituto.
En el caso de que en la primera pregunta tengan mayoría las respuestas contrarias a Davis, será automáticamente elegido quien obtenga más votos en el segundo apartado. Añadir un nombre a la lista de aspirantes sólo cuesta 3500 dólares y 65 firmas, por lo que en estos momentos ya hay más de cien candidatos formales y la lista crece cada hora. Una larga retahíla de personajes pintorescos se ha lanzado sobre la oportunidad: el pornógrafo Larry Flint, la columnista Ariana Huffington (que pasó de la extrema derecha a la izquierda cuando su ex marido, un congresista republicano, anunció que era homosexual) y el humorista Leo Gallagher ya están inscritos. Una cadena de tiendas que lo vende todo a 99 centavos ofrece financiar la candidatura de cualquier persona que haya cumplido los 99 años.
La senadora demócrata Dianne Feinstein se negó a concurrir y dijo que la votación del 7 de octubre era “un carnaval”. En ese “carnaval”, sin embargo, Schwarzenegger tiene serias posibilidades. Primero, por su gran popularidad y su experiencia en la creación de planes de ayuda a niños marginados. Segundo, porque es inteligente y tiene sentido del humor. Tercero, porque promete honestidad: “No necesito inclinarme ante nadie; tengo muchísimo dinero y no hay quién pueda sobornarme”, proclamó el miércoles. Cuarto, porque, hasta ahora, carece de rivales de auténtico peso, ya que el desbande entre los demócratas ha comenzado (con la postulación del vicegobernador Cruz Bustamante como candidato), y quinto, porque un 15 por ciento de los votos podría ser suficiente para vencer, dada la gran cantidad de opciones.
El actor, de origen austríaco, también tiene numerosos puntos flacos y deberá mostrarse tan coriáceo como Terminator. Sus aventuras extramaritales serán explotadas a fondo por Gray Davis, un político implacable con sus rivales, y sufrirá ataques desde la derecha y desde la izquierda. “Estoy preparado; sé que me criticarán los demócratas y los republicanos conservadores, sé que dirán que carezco de experiencia, que soy un mujeriego, que soy un tipo terrible”, comentó al anunciar su candidatura.
Los estadounidenses nunca han sido contrarios a poner a prueba el talento político de la gente del espectáculo. El de Ronald Reagan es el caso más conocido, pero hay muchos más: el luchador Jesse Ventura fue gobernador de Minnesota, Clint Eastwood fue alcalde de Carmel, Sonny Bono (de “Sonny and Cher”) fue alcalde de Palm Springs y congresista, y Fred Grandy (el sobrecargo de “Vacaciones en el mar”) fue durante ocho años miembro de la Cámara de Representantes por Iowa. A la inversa, el senador Fred Thompson ha dejado atrás una larga carrera política para asumir un papel protagonista en la serie “Ley y orden”, una de las más populares en Estados Unidos.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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