EL MUNDO › LO QUE SE ESPERA DEL DISCURSO DE OBAMA
› Por David Usborne *
El presidente de Estados Unidos usará el discurso del Estado de la Unión para delinear los planes de ayuda a los estadounidenses pobres y de clase media. Con una elección en 2016 y su estrella a punto de eclipsarse, es una última oportunidad para establecer su legado a largo plazo. Un Barack Obama golpeado espera usar el discurso anual del Estado de la Unión para persuadir a un Estados Unidos cansado de que todavía tiene lo que se necesita para realizar su agenda social y económica y alejar toda idea de que prematuramente se convierta en un presidente sin poder.
Aun así, éste no será el Obama que hace un año se paró delante de los miembros del Congreso energizado por su victoria de la reelección y blandiendo un amplio programa de iniciativas, de las que casi ninguna fue puesta en acción, como la reforma migratoria, la acción sobre el cambio climático, la reforma del código impositivo y las nuevas leyes sobre armas.
El discurso, que tradicionalmente es visto por millones de estadounidenses en sus hogares, mostrará esta vez a un presidente maltratado por 12 meses de desgracias políticas y baja en las encuestas. Se ha visto obstaculizado tanto por el Congreso donde los republicanos controlan la Cámara de Representantes, como por errores propios, ninguno tan espectacular como el despliegue fallido en octubre pasado del nuevo programa de salud.
Por supuesto será con todos los requisitos y pompa, incluyendo cantidad de aplausos de los demócratas y elogios del mandatario para los invitados especiales sentados en la galería con la primera dama, Michelle Obama, y se espera que incluya a dos sobrevivientes de las bombas del año pasado de Boston así como a Jason Collins, un basquetbolista célebre que el año pasado se convirtió en el primer atleta masculino de un importante equipo de deportes de Estados Unidos que se declarara gay.
Puede ser la última oportunidad del presidente para establecer los contornos de su legado a largo plazo antes de que su estrella inevitablemente se eclipse por la carrera al 2016 para la Casa Blanca. Al mismo tiempo, un grado de moderación retórica será necesario porque las elecciones legislativas de noviembre están a la vuelta de la esquina y las perspectivas de su partido, particularmente cuando se trata de mantener una mayoría en el Senado de Estados Unidos, son inciertas.
Los asesores insinúan que el presidente Obama dedicará largos pasajes a un único mensaje que debiera ser bueno para los demócratas: achicar la brecha entre los muy ricos y todos los demás y darles los medios a los pobres y a la clase media para que vuelvan a ver la luz. Específicamente esto incluirá una renovación de beneficios para los desempleados de hace tiempo. que ha sido bloqueada por los republicanos, y un aumento en el salario mínimo federal.
También se esperan llamados de acción sobre la política energética, ayudar a los estudiantes a pagar los honorarios de las facultades y nuevas inversiones federales en la avejentada estructura del país. Pero, por sobre todo, el discurso será sobre la clase media. Lo que se va a escuchar del presidente mañana a la noche es una serie de propuestas concretas, específicas y prácticas sobre cómo restablecer las oportunidades.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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