Mar 28.01.2014

EL MUNDO  › HERNáNDEZ ASUMIó EN HONDURAS

Discurso de mano dura

Juan Orlando Hernández asumió su cargo de presidente de Honduras, el segundo del derechista Partido Nacional (PN) tras la destitución de Manuel Zelaya en 2009, quien no participó de la asunción y encabezó una protesta de Libre, segunda fuerza legislativa, por considerar fraudulenta la elección del nuevo gobierno en noviembre. Después de ser juramentado en el Estadio Nacional, Hernández anunció que a la delincuencia se le terminó la fiesta, y dio a conocer su primera disposición para que comiencen a actuar la Policía Militar de Orden Público (PMPO) y las Tropas de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (Tigres). Puso énfasis en que su gobierno trabajará de la mano con el gobierno de los Estados Unidos y con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, presente en la asunción junto a otros cinco mandatarios, para hacer frente a la inseguridad de Honduras, el país sin guerra más violento del mundo, según indicadores de Naciones Unidas (86,5 asesinatos cada 100 mil habitantes).

“Prometo ser fiel a la República, su Constitución y las leyes”, dijo Hernández, elegido para sustituir a Porfirio Lobo, ambos integrantes del PN. El mandatario reconoció que Honduras vive uno de los momentos más difíciles en materia de seguridad, en donde el 80 por ciento de la droga que va para Estados Unidos pasa por el país, “dejándonos muerte, dolor y luto”. En su discurso de asunción reveló que 70 de cada 100 homicidios está relacionado con el problema del narcotráfico. También ordenó la salida a las calles de la recién creada Policía Militar y de la Policía Nacional para poner en marcha una operación de combate a la delincuencia, que se cobra la vida de 20 personas cada día en el país.

La orden del gobernante hondureño se cumplió al instante con centenares de militares y policías que salieron a patrullar las calles. “Voy a hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad dentro de la ley, claro está, y de la mano del pueblo hondureño”, dijo al inicio de su discurso oficial. “Personalmente tengo claro, muy claro, que cualquier política que establezca Honduras para combatir la inseguridad debe tener como eje fundamental el combate a la droga, el narcotráfico, el crimen organizado, el lavado de activos y en consecuencia cero tolerancia, así como lo escuchan, cero tolerancia y punto”, recalcó.

En un mensaje que duró cerca de una hora, prometió que en los próximos meses se reducirán los homicidios y los actos de violencia. Para encarar esa lucha contra el crimen y la delincuencia, Hernández adelantó que solicitará asesoramiento a la Unión Europea, Estados Unidos y otras naciones amigas de manera tal de poder articular una política integral de seguridad.

Al acto oficial no asistió la bancada del partido Libertad y Refundación (Libre-izquierda), segunda fuerza parlamentaria y primera de la oposición liderada por el derrocado ex presidente Manuel Zelaya, quien alega que Hernández los ofendió al vincular a algunos miembros de esa organización con la delincuencia. La jura del flamante mandatario coincidió con una protesta paralela organizada por Libre y el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en otro sector de la ciudad. Ambas agrupaciones denunciaron que en las elecciones del 24 de noviembre hubo fraude electoral en contra de la ex candidata presidencial Xiomara Castro, esposa de Zelaya. Centenares de hondureños encabezados por el ex presidente protestaron pacíficamente en Tegucigalpa contra la investidura de Hernández.

“Ahí en el Estadio (Nacional) se montó una nueva esclavitud en Honduras, una esclavitud que nosotros no la aceptamos, porque no vamos a dejarnos imponer un gobierno que reprime la libertad de expresión”, lanzó Zelaya en la marcha.

El 11 de enero, Hernández había dicho en el Parlamento que algunos dirigentes de Libre, a los que no identificó, protegen a delincuentes. “Les quedan muy pocos amigos a los extorsionadores, a los mareros (pandilleros), a la gente del crimen organizado. Dentro de esos pocos amigos hay algunos dirigentes del partido Libre que los apoyan”, sostuvo entonces. Zelaya indicó además que los diputados de Libre exigirán que se respete la voz del pueblo en el Congreso Nacional, formado por 128 parlamentarios de siete partidos.

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