La presidenta del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) de México, Rosario Robles, dimitió ayer, ante los malos resultados obtenidos en las elecciones legislativas de julio, informó la propia dirigente. Robles señaló que también renunciaba debido a los ataques lanzados contra ella “desde el interior del PRD”, la tercera fuerza parlamentaria del país, cuyo fundador y líder moral es el ex candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas.
“Presento mi renuncia irrevocable a la presidencia del PRD, porque he sido víctima de la ‘guerra sucia’ y del ‘fuego amigo’ y porque debo ser coherente con lo que anuncié en la campaña para las elecciones legislativas del 6 de julio”, dijo Robles ante decenas de copartidarios. La líder política había dicho que renunciaría en caso de que el partido no obtuviera más del 20 por ciento de la votación a nivel nacional. El PRD conquistó el 17 por ciento de los sufragios, lo que equivale a 95 escaños en la Cámara de Diputados, frente a las 224 bancas del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI, 71 años en el poder hasta 2000) y 153 del oficialista Partido de Acción Nacional (PAN).
No obstante, el PRD triunfó ampliamente en esa ocasión en Ciudad de México y la zona conurbana –donde viven más de 22 millones de personas–, aprovechando en parte la popularidad del jefe del gobierno capitalino, Andrés López Obrador, una de las figuras prominentes de ese partido y mencionado como posible candidato presidencial con miras a los comicios generales de 2006. Robles dijo ayer que le era necesario dar un paso al costado “para demostrar a los ciudadanos que sí es posible tener honor y practicar una nueva política en México”.