El Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy apoyó ayer en el Parlamento español, con voto secreto en urna, dar continuidad a la restrictiva reforma del aborto, a pesar de las voces críticas surgidas en los últimos días dentro de la formación.

Fueron 178 diputados del PP los que rechazaron aparentemente en bloque la proposición de ley presentada por el Partido Socialista (PSOE), que pedía la retirada del polémico anteproyecto de ley: 183 parlamentarios votaron en contra (todos del PP y de Unión del Pueblo Navarro –UPN–), 151 a favor y 6 se abstuvieron. El oficialismo tiene en el Parlamento 185 diputados, de los 350 totales. “Entiendo el resultado como el reflejo de la voluntad popular de la mayoría”, decía minutos después de conocer el resultado el principal impulsor de la futura norma, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.

El PSOE había solicitado una votación secreta y a través de papeletas individuales para “dar libertad” a los diputados del PP críticos con el texto preliminar de la ley que pretende sustituir la legislación vigente. Pero de la votación se deduce que los diputados cumplieron la disciplina de voto. Frente a una ley de plazos que permite el aborto libre hasta la semana número 14, la reforma impulsada por el gobierno de Rajoy tipifica esta práctica como delito y la despenaliza sólo en dos supuestos: violación y riesgo físico o psíquico para la gestante.

Ruiz-Gallardón insistió ayer en que la reforma defiende los derechos de la mujer y del “no nacido”. El PSOE critica que el partido gobernante responda a las directrices de su “ala dura” y que posponga la tramitación parlamentaria de la futura ley hasta después de las elecciones europeas.

Presentado en diciembre, el texto de la reforma provocó polémica y gran malestar en España, hasta el punto de que algunos cargos del propio PP se mostraron públicamente en contra. El pasado 1º de febrero miles de personas salieron a la calle en Madrid para mostrar su rechazo a la propuesta y reclamar el derecho de la mujer a decidir.

El desconcierto por haber abierto este debate afecta a ministros y dirigentes del PP, conscientes de que les ha cambiado la agenda de la venta de la recuperación económica y los alejará de sus potenciales votantes de centro. Ni siquiera creen que los aproxime a los de su derecha más conservadora, partidarios de eliminar cualquier resquicio legal para el aborto.

En cualquier caso, algo más del 52 por ciento de la Cámara baja se ha manifestado a favor de que el actual anteproyecto de ley de Protección del Concebido y de la Mujer embarazada continúe en período de consultas para que, tal y como han confirmado desde el PP en alguna ocasión, la normativa llegue al Congreso de los Diputados e inicie su tramitación parlamentaria a la entrada del verano en España, es decir, tras las elecciones europeas de este próximo mes de mayo.