El gobierno y la oposición de Venezuela se reunieron ayer para dialogar y terminar con la violencia en el país. El presidente Nicolás Maduro recibió en el Palacio de Miraflores a dirigentes de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a las 20 (hora local, 21.30 en Argentina), en un encuentro transmitido en cadena nacional y que continuaba al cierre de esta edición. “Hemos buscado que en Venezuela tengan expresión todas las corrientes de pensamiento”, dijo el mandatario. “Que el modelo sea de convivencia, de tolerancia mutua”, añadió. Y llamó a todo el arco político a repudiar la violencia. La reunión fue auspiciada por los cancilleres de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo; de Colombia, María Angela Holguín, y de Ecuador, Ricardo Patiño, que oficiaron como “testigos de buena fe”. Ambas partes buscan poner fin a casi dos meses de protestas, que dejaron 40 muertos y 650 heridos. Voluntad Popular, el partido liderado por el dirigente encarcelado Leopoldo López –y que forma parte de la MUD–, se negó a participar del encuentro.

La primera reunión entre Maduro y la MUD contó con 11 participantes de cada lado, entre los que se destacaron las figuras del propio mandatario –quien abrió el encuentro con un discurso extenso–; el canciller Elías Jaua; el gobernador del estado de Miranda y ex presidenciable, Henrique Capriles, y el secretario general de la alianza opositora, Ramón Guillermo Aveledo. Congregados en el Salón Ayacucho del palacio presidencial, cada uno tenía diez minutos para expresar su visión acerca de temas como la criminalidad, la situación económica y el rol de la oposición en la llamada Conferencia de Paz, convocada en febrero por el gobierno. “Quiero saludar la presencia de la MUD”, expresó Maduro, quien en un tono más conciliador destacó “la voluntad política manifiesta por parte de las distintas fuerzas”. El mandatario invitó a la oposición a incorporarse a la Comisión de la Verdad. También aprovechó la ocasión para repudiar la violencia y las llamadas guatimbas –barricadas–.“Una cosa es protestar de forma pacífica y otra es la violencia”, apuntó.

Enseguida hizo uso de la palabra el nuncio apostólico de Caracas, Aldo Giordano, quien leyó una carta del secretario de Estado del papa Francisco, Pietro Parolin, en la que éste expresó su preocupación por la “polarización” entre las partes. El gobierno invitó formalmente el miércoles a la Santa Sede a participar del diálogo y pidió especialmente la presencia del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Parolin, que hasta asumir ese cargo, en octubre pasado, ocupó durante cuatro años el cargo que ahora desempeña Aldo Giordano. Sin embargo, el Vaticano respondió ayer, a través de su vocero oficial, Federico Lombardi, que “normalmente” es el nuncio apostólico quien sigue la situación en cada país. A su turno, Patiño habló en nombre de la comisión de tres cancilleres que propiciaron el encuentro. “Este diálogo de paz era impostergable. Lo grave era que las personas seguían falleciendo. Queremos que sepan que cuentan con nosotros y con el cariño y el acompañamiento de todos los presidentes” de la región, aseguró el canciller ecuatoriano.

En ese marco, el primer orador de la oposición fue Ramón Guillermeo Aveledo, quien destacó que el diálogo no debiera ser la excepción. “En una democracia, el diálogo debe ser la regla. El pluralismo no puede ser ignorado.” Tras lo cual, coincidió con Maduro en que la televisación de la reunión ayudaba a la transparencia del proceso, para “vencer la desconfianza”. El secretario general de la alianza antichavista aseguró tener propuestas sobre varios asuntos, entre ellos, la Comisión de la Verdad, a fin de poder determinar el origen de las muertes de los últimos dos meses, en medio de acusaciones mutuas.

Horas antes se supo que un oficial de la Guardia Nacional –policía militar– de Venezuela que había recibido un balazo el miércoles en Barquisimeto, capital del estado de Lara, murió ayer y se convirtió en la víctima fatal número 40 registrada en el contexto de las protestas cotidianas que vive el país desde el 6 de febrero pasado. José Darma, de 27 años, fue baleado mientras tropas de la Guardia Nacional intentaban dispersar una manifestación de protesta y fue llevado a un hospital de Barquisimeto, donde falleció. El Ministerio Público instó a la fiscal Nohelia Hernández a que investigue el caso, junto a efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.