EL MUNDO › NIÑOS Y NIÑAS DE PALESTINA EN LA LINEA DE FUEGO DEL BOMBARDEO ISRAELI
Hay 22 menores de edad entre los 103 muertos, y no menos del 70 por ciento de los 700 heridos son niños, niñas o mujeres, de acuerdo con las autoridades médicas palestinas. Israel ataca casas de familia de líderes palestinos.
› Por Kim Sengupta *
“Ella era el centro de nuestra vida, la cosa más preciosa en el mundo para nosotros, que habíamos esperado tanto tiempo para tener. Ahora no sabemos si va a despertar de nuevo; no sabemos qué le sucedió.” Alá al Masri hundió la cabeza entre las manos –ya no podía soportar ver a su hija de nueve años, en la cama del hospital, sufriendo–.
El y su esposa, Hanan, habían deseado un bebé y Mariam llegó después de años de tratamiento de FIV. Hija única, era la niña de los ojos de sus abuelos, que constantemente le advertían que no debía alejarse mucho de casa en estos tiempos peligrosos. “Nuestra niña estaba jugando en el jardín cuando sucedió. Los israelíes bombardearon una casa en la calle: la explosión atravesó nuestra casa. Entonces vi a mi hija tirada en medio de un charco de sangre –dijo Masri–. Fue herida gravemente en la cabeza, de manera que tememos lo peor.”
Mariam es una entre el inmenso número de niños que fueron víctimas desde que el gobierno de Benjamin Netanyahu lanzó la operación de protección de la frontera: hay 22 menores de edad entre los 103 muertos, y no menos del 70 por ciento de los 700 heridos son niños, niñas o mujeres, de acuerdo con las autoridades médicas palestinas. Ashraf al -Qadri, director de información en el Hospital Al Shifa, en la ciudad de Gaza, advirtió de un “efecto catastrófico” en la vida de los jóvenes, si continúa la espiral de violencia. No existe una explicación obvia para esta tendencia en víctimas infantiles.
Muchos residentes, sin embargo, sostienen que los misiles y las bombas destinados a las casas de los militantes, consideradas blancos legítimos por los israelíes, también han afectado casas de familia vecinas. Esta afirmación sería contraria a la repetida insistencia de las autoridades israelíes de que los ataques aéreos se están llevando a cabo con precisión quirúrgica para evitar daños colaterales.
Fuentes militares israelíes sostienen que las advertencias dadas para evacuar algunos edificios fueron desconocidas por personas que se reúnen allí como “escudos humanos”. Yigal Palmor, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, acusó a Hamas de lanzar cohetes desde “dentro de los hogares y de las calles y de los barrios que están poblados por civiles, exponiendo a estos civiles a represalias”.
El doctor Nabil Sharqawi había estado tratando a muchos de los pacientes infantiles en el Hospital Al Shifa. “Son difíciles de tratar emocionalmente. Somos médicos, pero también somos humanos, y ver un trauma severo en los niños es muy angustiante. Mariam sufrió daño cerebral. Primero tenemos que desear que ella viva, entonces vamos a ver si puede hablar de nuevo, volver a caminar o ver de nuevo. Por desgracia, tendremos más casos como éste.” Mientras hablaba, hubo fuertes explosiones de la artillería no lejos de allí y, un poco más tarde, el ruido de lanzamientos de cohetes hacia Israel.
Sharqawi mostró la fotografía de un joven con heridas terribles. “Sigo pensando en él. Fue traído ayer, de 10 años. Había perdido los dos brazos y una pierna. Pero él estaba plenamente consciente, y me dijo: ‘Por favor, doctor, detenga este dolor’. Pero era muy poco que lo que podíamos hacer: murió poco después.”
La ciudad de Gaza es un lugar relativamente pequeño y los daños humanos se había extendido a través de la comunidad. Yasmeen Dawass, una estudiante de medicina de 22 años que trabaja como traductora de The Independent, estaba preocupada por un compañero de estudios que viajaba en su moto el jueves, cuando fue alcanzado en un ataque aéreo. Dawass no sabía lo que le había pasado a Musab Dahir; lo encontró en la cama junto a Mariam, le habían amputado las dos piernas y parte del brazo derecho había desaparecido. “Era un tipo normal, que no participaba en el lanzamiento de cohetes o algo por el estilo. Estaba circulando por la calle. ¿Por qué hicieron esto? Iba a ser médico, iba a ayudar a la gente “, dijo.
En una sala cercana había dos víctimas, primos, ambos de cinco años. Nuraddin había sufrido heridas en la cabeza. Perdió a sus padres cuando los misiles impactaron en su casa. Kinan había sido golpeado en el pecho y en la pierna por la metralla; su padre y su hermana murieron en el mismo ataque.
La casa, en el barrio de Beit Hanoun, fue atacada deliberadamente desde el aire, por un avión no tripulado. Había pertenecido a Hafez Hamad, quien estaba acusado por Israel de pertenecer a la Yihad Islámica. Muertos con él había otros seis miembros de su familia, incluyendo a su esposa, la madre, dos hermanos y una sobrina de 21 años.
Sentada junto a los primos, su tía Amal, de 55 años, dijo: “Nuraddin está inconsciente. Kinan sabe de su padre y su hermana –pregunta por ellos– pero no dice nada sobre el ataque. No sé qué efecto tendrá sobre ellos cuando sean mayores. ¿Van a odiar a los israelíes y querrán venganza o van a mantenerlo alejado de sus mentes y olvidarse? Personalmente desearía que se olvidaran. Tantos de nosotros queremos que se detenga este ciclo: queremos la paz, estamos todos muy cansados de la guerra”.
Pero había pocas ganas de reconciliación en la casa de la familia donde el vidrio roto y los escombros de la explosión yacían en el suelo en medio de la familia y los amigos reunidos. Con un brazo alrededor de Adem, su nieto de cuatro años, Hafeth Hamad exclamó: “Por supuesto que tenemos que luchar. Los israelíes están amenazando con enviar tropas. Que lo hagan, entonces verán cómo nuestros hombres, y, sí, nuestras mujeres, lucharán. ¿Por qué debemos dejar que ellos sigan adelante dejando huérfanos por aquí. Vienen cada dos años y matan a más, quieren exterminar a los palestinos y el mundo les permite hacer eso. Nadie nos está ayudando”.
La sensación de abandono es enorme en Gaza. El doctor Qadri, en el Hospital Al Shifa, reconoció que los suministros médicos disponibles en Ramalá, la capital administrativa palestina en Cisjordania, no han llegado. Hamas y Fatah, que controlan Cisjordania, supuestamente son un gobierno de unidad nacional, pero ha habido señales de fisuras en la alianza recientemente formada. “Estamos buscando ayuda más allá de Ramalá; hemos pedido ayuda urgente a un montón de organizaciones internacionales, pero todo lo que hemos conseguido hasta ahora han sido promesas –dijo–. Nos estamos quedando escasos de medicinas, de equipos. La mitad de las ambulancias no pueden funcionar debido a la falta de combustible.”
Una de las ambulancias se detuvo afuera del departamento de accidentes y emergencias. Otra víctima del conflicto, con heridas en el pecho, fue sacada de la ambulancia. Mohammed Abdulrahman Hatem. Once años.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita oyhambéhère.
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