EL MUNDO › LA PRESIDENTA DE BRASIL EXIGIó EXPLICACIONES AL TITULAR ESPAñOL DEL SANTANDER POR SU INJERENCIA EN LA CAMPAñA
En una nota enviada a sus clientes vip, el banco ibérico los asustó sobre las consecuencias de un segundo gobierno de Rousseff. La mandataria-candidata dejó abierta ayer la posibilidad de apoyar una demanda judicial.
› Por Darío Pignotti
Con el botín a otra parte. La presidenta y candidata a la reelección Dilma Rousseff perdió la paciencia con el titular del español Banco Santander, Emilio Botín, de quien demandó explicaciones por su injerencia en la campaña hacia las elecciones del 5 de octubre. “Es inadmisible para cualquier país aceptar cualquier nivel de interferencia de este tipo. Esto es lamentable, inadmisible para cualquier candidato, tanto para mí como para otro”, sostuvo Rousseff durante una entrevista televisiva concedida ayer en el Palacio de Alvorada, residencia oficial en Brasilia.
Cuando le preguntaron por Botín, a quien evitó referir con nombre y apellido, la mandataria reaccionó con el mismo gesto de hastío exhibido hace un mes y medio al ser consultada sobre las maniobras turbias y la prepotencia de Joseph Blatter, jefe de la FIFA, ahora investigada por su participación en la mafia de las entradas sobrefacturadas durante la Copa.
“Soy la presidenta de la República y tengo que tener una actitud prudente... yo conozco bastante bien al presidente del banco (Santander) yo pretendo conversar (con él) al respecto ... las disculpas que recibimos son demasiado protocolares”.
Del contenido y el tono de las declaraciones de Rousseff surge que el gobierno no pretende dejar en el olvido la insolencia del banquero amigo del abdicado rey Juan Carlos, a quien acompañó en su último viaje a Brasilia en 2012. Dilma dejó abierta ayer la posibilidad de apoyar una demanda judicial mientras desde el Partido de los Trabajadores, su titular Rui Falcao, además miembro del comité de reelección, sostuvo que el Santander incurrió en una violación de la legislación al hacer “terrorismo electoral”.
Ajeno a las sutilezas diplomáticas, el banco ibérico irrumpió en la política interna de otro país, en este caso Brasil, de una forma más que rústica demostrando su interés en la derrota de Dilma, en los comicios del 5 de octubre y la apenas disimulada simpatía por el conservador Aecio Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña.
En una nota enviada a sus clientes con movimientos superiores a los 10.000 reales mensuales (unos 40.000 pesos), Santander los asustó sobre las consecuencias de un segundo gobierno de Dilma, o cuarto consecutivo del PT, si se llevan en cuenta los dos de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Santander opinó, en el extracto bancario distribuido a miles de ahorristas, que el cuadro económico es de los peores posibles debido al “bajo crecimiento, la inflación alta y el déficit de cuenta corriente”, y señaló que puede agravarse si Dilma se afirma como la favorita en las encuestas, la última de las cuales publicada hace una semana le da el 38 por ciento de intenciones de voto contra el 22 por ciento de Neves, apadrinado por el ex mandatario Fernando Henrique Cardoso.
“Si ella (Rousseff) vuelve a subir en los sondeos puede resurgir un escenario económico adverso. El cambio volvería a devaluarse, las tasas de interés retomarían el alza y el índice Bovespa (Bolsa de San Pablo) caería”, presagió con lenguaje proselitista el partido, no reconocido como tal, del Santander en la nota del escándalo.
En Río de Janeiro, Botín ensayó una disculpa poco convincente, bajo el argumento de que el boletín distribuido a su clientela “no es del banco, sino de un analista” de éste y se van a tomar medidas para subsanar las consecuencias, entre ellas el despido de los empleados responsables de la redacción. “Santander Brasil se dirige al público para esclarecer que el referido texto ... que ha repercutido en los medios no refleja de ninguna forma la posición de la institución. El texto viola una directriz interna que establece que todo análisis económico enviado a los clientes se refiera a variables económicas sin ningún sesgo partidario”, refuerza otra nota.
Pero al parecer la retórica conciliadora de Botín y sus asesores de imagen fracasó en la tarea de reparar el daño causado a la relación con el Palacio del Planalto, ya que en la tarde de ayer seguía en pie la decisión de que ningún alto funcionario participe en un encuentro de rectores universitarios patrocinado por el banco en Río de Janeiro.
Para el gobierno y el PT, Botín pisó en falso al sumarse con arrogancia a la task force de los banqueros locales embarcados en la misión de impedir que la presidenta venza en la primera vuelta apostando en un segundo turno, el 26 de octubre, con un escenario económico que imaginan estresado por la incertidumbre de los mercados.
Ese sería el plan piromaníaco que están urdiendo Pedro Malán, actual ejecutivo del Banco Itaú y ministro de Hacienda de Cardoso entre 1995 y 2003, y Arminio Fraga, coordinador del programa económico del candidato del PSDB, Aecio Neves.
En ese sentido, algunos recuerdan que en la campaña presidencial de 2002 el ex jefe de Arminio Fraga, el especulador George Soros, ante el “riesgo” de una victoria de Lula, se embanderó con el PSDB y proclamó la consigna “José Serra (candidato socialdemócrata) o el caos”.
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