El presidente George W. Bush dio un breve discurso anoche que fue más un llamado de auxilio: exhortó a los miembros de Naciones Unidas a aprobar una resolución que dé luz verde al envío de una fuerza multinacional a Irak. El mandatario estadounidense anunció que solicitará al Congreso 87.000 millones de dólares de presupuesto adicional para financiar la presencia militar en ese país, una cifra superior a lo que se vaticinaba. Y destacó que en la “guerra contra el terrorismo” Irak es ahora “el frente central”.
Fue la primera alocución que brindó a la nación luego que el 1º de mayo Bush proclamara el final de las principales operaciones en Irak. El presidente reconoció que la guerra generó discrepancias con otros países, que pidió olvidar –en alusión a Rusia, Francia y Alemania, naciones que se opusieron a sus ambiciones unilaterales–. “No podemos dejar que las diferencias del pasado interfieran con nuestras obligaciones del presente”, afirmó en ese sentido. Los países miembros de la ONU “ahora tienen la oportunidad y la responsabilidad de asumir un papel más amplio a la hora de garantizar que Irak se convierte en un país libre y democrático”, afirmó Bush en su mensaje televisado al país. Agregó que su jefe de cancillería, Colin Powell, presentará al Consejo de Seguridad una resolución –cuyo borrador ya se diseñó– para que se apruebe el envío de una fuerza multinacional en Irak, que sería liderada por un general norteamericano.
El mandatario elevó la cifra que solicitará al Congreso a 87.000 millones de dólares para financiar las operaciones militares y la reconstrucción en Irak y Afganistán, después de haberse citado días atrás una cifra en torno de los 60.000 millones de dólares. “Este esfuerzo es esencial para la estabilidad de esos países, y por tanto para nuestra propia seguridad”, afirmó. Precisó que los gastos militares y de inteligencia conllevarán un costo de 66.000 millones de dólares el próximo año y el resto de la extensión presupuestaria será destinada a la reconstrucción de Irak. “Este presupuesto solventará nuestro compromiso para ayudar al pueblo iraquí y afgano a reconstruir sus países luego de décadas de opresión y mala administración”, afirmó. Indicó que Powell iniciará reuniones con representantes de otros países este mes para analizar contribuciones para la reconstrucción de Afganistán y el mes próximo sostendrá una conferencia sobre financiamiento para la reconstrucción de Irak. “Europa, Japón, y los estados de Medio Oriente se beneficiarán del triunfo de la libertad en estos dos países y ellos deberían contribuir a ese éxito”, subrayó.
Sus palabras pusieron en evidencia que ni el dinero presupuestado es suficiente ni el Pentágono tiene bastantes soldados como para mantener el despliegue actual en Irak. Un informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso ya había alertado que el costo de una ocupación es mucho más complicado de lo que había vaticinado la Casa Blanca. El dinero para la guerra se acaba en marzo, que es también el momento en el que el Pentágono agota las posibilidades de rotación de soldados para cubrir los casi 150.000 puestos que mantiene en Irak.
El mensaje lo dio en momentos en que su popularidad está en baja y crece la presión con respecto a cómo completará la misión en Irak. El 50 por ciento de los estadounidenses considera que el presidente hizo poco o casi nada para relanzar el crecimiento económico del país, según una encuesta publicada ayer por la cadena CBS. Además, el 62 por ciento de los consultados opinó que en casi mil días del gobierno de Bush no hubo progresos o fueron muy escasos en cuanto a la creación de puestos de trabajo. Y la crítica transversal al titular de la Casa Blanca es que está gastando mucho dinero en Irak (según el 44 por ciento de los encuestados) respecto del compromiso en temas domésticos.