Mar 05.03.2002

EL MUNDO  › AL-QAIDA DERRIBO UN HELICOPTERO DE ESTADOS UNIDOS

¿Se acuerda de los talibanes?

En el marco de una ofensiva que comenzó el fin de semana, nueve soldados de EE.UU.murieron en combate en el este afgano.

Por Julian Borger*
Desde Washington

Estados Unidos sufrió ayer su peor pérdida en la guerra en Afganistán, que lleva cinco meses, cuando un helicóptero Chinook fue derribado en las montañas en la provincia de Paktia por los combatientes de Al-Qaida y los talibanes, matando a por lo menos nueve soldados norteamericanos. La lucha continuaba ayer en medio de la fuerte nevada y el frío de las montañas de 3000 metros de altura alrededor del remoto pueblo que Shahi Kot. Esta es la mayor batalla que ha tenido Estados Unidos en el conflicto hasta la fecha, con más de 1000 soldados involucrados en combate. Están tratando de erradicar a un enemigo que parece haber utilizado una calma de tres meses en la lucha para reagruparse en las cuevas y los peñascos de las inaccesibles cumbres de Paktia. Quizá la pérdida para Estados Unidos pueda medirse en el lapsus del jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, general Richard Myers: “Lamentamos la muerte de nuestros soldados en Vietnam”.
Los funcionarios militares de Estados Unidos dijeron que habían observado a combatientes talibanes y de Al-Qaida reagruparse en el área durante las dos últimas semanas antes de atacar durante el fin de semana en una operación con el nombre en clave de “Anaconda”, como un reflejo de la intención de Estados Unidos de evitar que cualquiera se escape. “Parecen haber elegido quedarse y luchar hasta el final, y esperamos complacerlos”, dijo el general Myers. El secretario de Defensa Donald Rumsfeld estimó que las fuerzas de Al Qaida y las talibanas sumaban varios cientos y declaró que sus muertes habían sido “mayores en números” que las pérdidas de Estados Unidos.
Por lo menos nueve soldados de Estados Unidos murieron en los primeros tres días de la batalla y más de 40 resultaron heridos. Los funcionarios del Pentágono dijeron que por lo menos tres milicianos afganos, luchando junto a las fuerzas de Estados Unidos, también habían muerto. El Pentágono dijo que el helicóptero Chinook fue derribado después de que fuera alcanzado por armas de fuego. Una feroz lucha armada siguió entre los sobrevivientes y las fuerzas leales a Al-Qaida y a sus aliados talibanes. Se informó que seis o siete soldados norteamericanos resultaron muertos, pero no era claro en un principio cuántos murieron en el choque y cuántos en batalla.
Otro soldado de Estados Unidos fue muerto en la misma área cuando un misil hizo blanco contra el Chinook que lo transportaba desde el campo de batalla. El proyectil no explotó pero, según Rumsfeld, el shock del impacto arrancó al soldado del helicóptero. Un soldado de las fuerzas especiales murió el sábado en un intercambio de fuego en las montañas, llevando el número de muertos de Estados Unidos en la operación a ocho o nueve. En los cinco meses antes de la batalla de Shahi Kot, Estados Unidos había perdido sólo un soldado en combate. Fue también la primera vez que un helicóptero de Estados Unidos fue derribado por fuego enemigo.
Pequeños contingentes de Australia, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania y Noruega también tomaron parte de los combates, pero hasta anoche no había informes de perdidas de vidas en sus unidades. Se cree que los combatientes de Al Qaida y talibanes están bien metidos en las cuevas y los peñascos y complejos túneles del área de Shahi Kot, y pueden estar acompañados por sus familias. Después de que las fuerzas afganas y de Estados Unidos fueran emboscadas el sábado y llevadas nuevamente a la lucha, los aviones de Estados Unidos B-52 y F-15 saturaron el área con unas 300 bombas. En una ocasión fue usada una bomba “termobárica” (ver nota aparte).
El Pentágono dijo que había estado monitoreando la acumulación de fuerzas de los combatientes de Al-Qaida en Shahi Kot durante varias semanas, antes de decidirse a atacar esperando capturar o matar tantos como fuera posible. Sin embargo, Rumsfeld rechazó la sugerencia que estepodría ser el último foco de resistencia de Al Qaida. “Es muy fácil para ellos mezclarse con la gente en el lugar. Así que debemos desear que haya otras batallas”.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère

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