EL MUNDO › ES LA CONDICIóN QUE PUSO EL GOBIERNO COLOMBIANO PARA RETOMAR LAS CONVERSACIONES DE PAZ EN LA HABANA
La delegación de la guerrilla en Cuba denunció que siguen los operativos militares en la región colombiana de Chocó y por eso no pueden liberar al general y sus dos acompañantes.
› Por Katalina Vásquez Guzmán
Página/12 En Cuba
Desde La Habana
César y Jonathan están libres. La FARC los entregó cumpliendo la primera parte del Acuerdo Humanitario Especial que se puso en marcha para salvar el proceso de paz entre esa guerrilla y el Estado colombiano. Los dos hombres, soldados profesionales, resultaron en poder de la insurgencia durante combates con el ejército la primera semana de noviembre. Ahora en libertad, será interrogados por la fiscalía colombiana para conocer mejor qué pasó durante la Operación Napoleón, en medio de la cual los jóvenes terminaron retenidos, fue asesinado un militar y otros tres quedaron heridos. Además, se les realizará una revisión habitual de salud física y mental una vez que aterricen en el aeropuerto militar de Catam en Bogotá.
Ayer una comisión integrada por representantes de Cuba, Noruega y el Comité Internacional de la Cruz Roja recibió a los soldados en las llanuras de Arauca, zona fronteriza con Venezuela, de manos de la organización insurgente que aún tiene en su poder a dos militares y una civil. La libertad de estos tres colombianos es la condición impuesta por el presidente Juan Manuel Santos para reanudar las mesas de conversaciones en La Habana, Cuba, que debió comenzar ciclo el pasado 18 de noviembre, y fue suspendida justo cuando se supo que los rebeldes tomaron como rehén al general Alzate a orillas del río Atrato, en la provincia de Chocó. En un comunicado emitido ayer desde La Habana, la guerrilla anuncia que “las FARC han cumplido los propósitos de la primera fase del Acuerdo Humanitario Especial, y a partir del momento enfocarán sus esfuerzos en la liberación del señor general Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Titán, y de sus acompañantes, el suboficial José Rodríguez Contreras y la abogada Gloria Urrego. Esperamos que los operativos dirigidos por el Ministerio de Defensa y el sitio militar contra la población civil se suspendan de inmediato, para que la liberación de las personas mencionadas transcurra sin sobresaltos y sin riesgos para ninguna de las partes”.
La Delegación de Paz de las FARC en La Habana insistió en denunciar a los medios que continúan dándose operativos de la Fuerza Pública en Chocó, lo que está dificultando el traslado y liberación de los tres ciudadanos en poder de la guerrilla. En declaraciones a Telesur, alias Pastor Alape explicó que en Arauca, para entregar a los soldados, tuvieron que cambiar el lugar de liberación por presencia del ejército. En cuanto a la liberación restante, detalló que “lo que se requiere es que efectivamente se cumplan en el Chocó las órdenes que ha dado el presidente (Santos) públicamente de que amainen las operaciones militares (...) Se siguen presentando sobrevuelos de inteligencia técnica, se han presentado además nuevos desembarcos en áreas concretas y aspiramos que lo más pronto recibamos una orientación y un parte de que se pueda iniciar el operativo por parte de nuestro comandante en jefe”.
De acuerdo con Alape, las unidades guerrilleras en Chocó precisan que disminuya la situación operativa del ejército, la fuerza aérea y la armada “para poder hacer los desplazamientos pertinentes para que se pueda desarrollar con éxito la tarea que se ha encomendado a Cuba, Noruega y el CICR para poder cumplir el compromiso y presentar al país un resultado exitoso para que se siga realizando el proceso”. En esa misma zona, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) declaró un paro armado que tiene a la población civil en medio del temor aún mayor al ya reportado con los intentos de rescate militar de los tres ciudadanos en manos de las FARC. La Defensoría del Pueblo de Colombia hizo un llamado para que destraben los obstáculos y continúe el proceso de paz, y solicitó al ELN que “en lugar de agravar la crisis de derechos humanos en el Chocó con intervenciones inoportunas de esta naturaleza, permita el tránsito de vehículos, embarcaciones y el normal aprovisionamiento de las comunidades”.
Para Santos, la liberación de los soldados es un gesto de paz que le da fortaleza al proceso para seguir adelante. “Es un paso importante que demuestra la madurez del proceso de paz”, declaró desde la frontera con Ecuador, en Putumayo, sin referirse a los reclamos de las FARC porque efectivamente se suspendan las acciones militares en Chocó, y sin precisar cómo el Estado colombiano está protegiendo a la población civil que ha quedado en medio del fuego cruzado, ahora incluso bajo amenaza del ELN. Esta guerrilla se encuentra en acercamientos previos con el gobierno colombiano para eventualmente sumarse a los diálogos de La Habana. Incluso algunos de sus comandantes viajaron recientemente a la isla y se reunieron con el número uno de las FARC, alias Timochenko, quien ayer dictó desde las montañas de Colombia que “nuestra vocación de diálogo está por encima de la inconsecuencia del gobierno, y por encima de su fanfarronería. Las conversaciones deben seguir y ojalá de mejor manera”.
El jefe de la delegación del gobierno, Humberto de la Calle, planteó la necesidad de comenzar a “desescalar el conflicto colombiano”. En un comunicado de ayer, Timochenko se suma a la solicitud de De la Calle, y agrega que “la más efectiva señal de avance (en el proceso de paz) sería sin duda, que pactemos el armisticio, el cese bilateral de fuegos y hostilidades, tal como lo reclaman las mayorías en nuestro país”.
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