El gobierno español y la oposición se enzarzaron ayer en un agrio debate parlamentario durante la presentación del presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, de un paquete con medidas anticorrupción. Al lanzar su nuevo plan, Rajoy se rebeló contra lo que calificó como el fantasma de la corrupción generalizada. “¡España no está corrompida! España tiene algunos corruptos que, afortunadamente, estamos sacando a la luz. El resto está sano”, exclamó. Los legisladores opositores respondieron que Rajoy no tiene legitimidad para afrontar la lucha contra la corrupción por los casos que afectan al PP. El presidente del gobierno defendió la inocencia de Ana Mato, a la que expresó su apoyo un día después de que ésta dimitiera como ministra de Sanidad al conocerse la decisión del juez de la Audiencia Nacional de considerarla partícipe a título lucrativo en el caso Gürtel.

Por otra parte, el líder del PP reconoció que el goteo de casos del pasado genera un clima que de a ratos se hace irrespirable, y afirmó que comparte la indignación de los españoles frente a esa situación, incluidos los que afectan al PP, que admitió pusieron en problemas serios a esa fuerza y por los que, según recordó, ya pidió perdón. Rajoy presentó un total de 70 medidas claves contra la corrupción, 31 de ellas que el gobierno considera nuevas y varias incluidas en los dos proyectos de ley con los que el pleno del Congreso de los Diputados decidió ayer seguir adelante. Con el voto en solitario del PP, la totalidad de las enmiendas presentadas por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Izquierda Plural, Unión Progreso y Democracia (UPyD) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) a los proyectos de ley sobre control financiero de los partidos y del alto cargo fueron rechazadas.

En materia de financiación, el paquete propone que los particulares no puedan hacer donaciones a partidos por encima de 50.000 euros (unos 62.400 dólares) y que toda donación superior a 25.000 euros se notifique al Tribunal de Cuentas. La norma prohíbe que los bancos condonen deudas a los partidos y obliga a los tesoreros a que rindan cuentas de las finanzas ante el Congreso. A partir de ahora, el delito de financiación ilegal estará tipificado en el Código Penal español y el Tribunal de Cuentas será el organismo encargado de fiscalizar la actividad económico-financiera de las fundaciones de los partidos, entre algunas de las medidas.

Rajoy abogó además por un acuerdo de buena fe de todas las fuerzas políticas para aprobar las medidas, pero el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, manifestó su rechazo mientras que en el PP no den el ejemplo y asuman responsabilidades políticas por los casos de corrupción que los salpican. “Abandone toda esperanza, no espere de nosotros ningún acuerdo global en materia de lucha contra la corrupción porque, sencillamente, no les creemos, no son de fiar”, le reprochó Sánchez a Rajoy.

Tras asegurar que la renuncia de Ana Mato apunta directamente al PP por su presunta financiación irregular, el líder socialista le enrostró al mandatario que no se encuentra capacitado ni legitimado para liderar ninguna regeneración democrática en España. La Izquierda Plural, UPyD y parte del grupo mixto le preguntaron a Rajoy quién será el funcionario que asumirá la responsabilidad del PP por la trama Gürtel. Desde el grupo mixto, la vocera del BNG, Olaia Fernández, sostuvo que, tras la salida de Mato del gobierno, Rajoy también debería dimitir y convocar a nuevas elecciones.