Jue 09.10.2003

EL MUNDO

Huellas de guerra y paz en tierra colombiana

El estallido de un coche-bomba en Colombia dejó seis muertos, el mismo día en que el comandante del ELN salió bajo libertad condicional.

Por Pilar Lozano *
Desde Bogotá

Seis personas murieron y 15 más resultaron heridas en un atentado en esta ciudad. A las ocho de la mañana de ayer, en un sector comercial popular, San Andresito, en el centro de la capital, estalló un coche-bomba abandonado horas antes en el lugar. El hecho desbancó a la que se preveía sería la noticia del día en este país agobiado por la violencia: la libertad del comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Felipe Torres.
Hasta ahora las autoridades no habían señalado a los culpables del ataque. Hay varias hipótesis. Unas señalan a la guerrilla FARC o ELN, pues ayer se celebraba el 38 aniversario de la muerte del Che Guevara. Se habla también de los paramilitares que vienen extorsionando a los comerciantes del sector. Entre los muertos figuran dos policías que, advertidos sobre la presencia de un coche sospechoso, se acercaron al lugar; cuando inspeccionaban el vehículo se produjo la explosión. Las otras víctimas eran transeúntes que caminaban por el lugar. Los locales comerciales, que a esa hora no habían abierto sus puertas, resultaron seriamente afectados.
Horas después se producía la excarcelación del comandante del ELN, grupo que en este momento tiene en su poder a siete extranjeros. Felipe Torres pagó una condena de 20 años por rebelión desde junio del ‘94 y un juez ordenó su libertad condicional –tendrá un período de prueba de 94 meses–, por haber cumplido tres quintas partes de la pena. A él y a su compañero de celda en la cárcel de Itagüi –el también comandante del ELN Francisco Galán–, el presidente les había ofrecido hace poco la excarcelación a cambio de convertirse en trabajadores de paz.
Ayer se conoció la respuesta. Proponen replicar, desde la libertad, el espacio que han construido en la prisión: por su celda han desfilado todo tipo de personalidades, se ha discutido de paz y se han logrado acuerdos humanitarios; Torres y Galán han hecho el papel de intermediarios entre el comando guerrillero y el gobierno. Allí, con la mediación de la Iglesia Católica, se emprendió una cruzada por la libertad de los excursionistas extranjeros retenidos el pasado 12 de septiembre cuando visitaban la Sierra Nevada de Santa Marta, en la zona Caribe. La situación, en este caso, se podría complicar porque “desde las montañas de Colombia” Pablo Beltrán, tercer hombre al mando de esta guerrilla, aseguró que investigarán a sus rehenes para determinar si algunos de estos turistas tienen propósitos “militares y de inteligencia”. Dijo también que estarían dispuestos a canjear a los extranjeros por guerrilleros en prisión. La Iglesia se opone al canje.
Tras salir de prisión, Felipe Torres declaró que “yo no voy a trabajar para el gobierno, sino para el país, soy un revolucionario muy comprometido con las causas del pueblo colombiano, muy comprometido con la paz de Colombia, y a eso me voy a dedicar”. Poco antes de que Torres fuera excarcelado, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, en declaraciones a la prensa, demandó al vocero rebelde que se convierta en un gestor de diálogos de paz entre su gobierno y esa guerrilla.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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