En la tercera semana de protesta en Bolivia (en contra de la exportación de gas a Estados Unidos a través de Chile y Perú), la ciudad de El Alto fue ayer epicentro de choques entre manifestantes y la policía, que dejaron más de 10 heridos. El gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada fracasó en su diálogo con los campesinos de los Yungas.
“La imposibilidad de dialogar es por la división de las Federaciones de Nor y Sud Yungas”, argumentó el viceministro de Desarrollo Alternativo, Marco Antonio Oviedo, al explicar el fracaso de las negociaciones con el dirigente campesino Felipe Quispe para desbloquear varias rutas y caminos. Los cocaleros de los Yungas con el bloqueo de caminos convergieron con la Central Obrera Boliviana (COB), que exige la renuncia del presidente Sánchez de Lozada, y rechaza la exportación del gas sin industrializar a Estados Unidos.
A la huelga impulsada desde hace días por la COB se sumaron ayer la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, con un paro cívico por tiempo indefinido. Al menos 10 personas resultaron heridas por el impacto de balines y gases lacrimógenos durante la represión policial a manifestantes que bloqueaban calles en El Alto. Otras siete personas fueron detenidas durante choques entre policías y miembros de las juntas vecinales y estudiantes de la universidad pública.