Sáb 11.10.2003

EL MUNDO

De guerrillero a petista, verde y ahora renunciado

El Partido de los Trabajadores de Lula sufrió ayer su primera baja con la renuncia del legendario diputado Fernando Gabeira, símbolo de la guerrilla contra la dictadura. Se fue por desacuerdos ecológicos.

Por Francesc Relea *
Enviado especial a Brasilia

El diputado federal brasileño Fernando Gabeira, de 62 años, símbolo de la lucha armada contra la dictadura militar e integrante del comando que secuestró en 1969 al embajador estadounidense Charles Elbrick en una acción espectacular que dio pie a un libro y una película, abandona el Partido de los Trabajadores (PT). Considera que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva incumple los compromisos electorales. La defección de Gabeira, primera que se produce desde que el partido ganó las elecciones presidenciales, es una señal clara de las disensiones internas en las filas gubernamentales por algunas medidas seriamente cuestionadas.
Gabeira sabe que su decisión puede hacer estragos en el PT y que otros compañeros de partido tal vez sigan sus pasos. “Tengo que hacerlo. De lo contrario, habrá escasas posibilidades de cambio en el futuro –dijo ayer a este diario–. Sólo el anuncio de que me voy ha provocado una fuerte sacudida en el interior del partido y una crisis en el gobierno, desde el punto de vista de quiénes somos, adónde vamos, de dónde venimos.” El martes próximo, el diputado elegido por Río de Janeiro anunciará en el Parlamento su partida. Ayer se proponía comunicársela al fefe de gabinete José Dirceu pero no pudo hacerlo porque éste llegó una hora tarde a la cita.
La renuncia tiene que ver, esencialmente, con dos decisiones del gobierno que han levantado gran polvareda. La primera es la reciente autorización, por un año, del cultivo de soja genéticamente modificada (transgénica), contraviniendo la postura oficial del PT y su compromiso durante la campaña electoral. “Brasil ha dado luz verde a una medida provisional ante el hecho consumado de la plantación clandestina de semillas transgénicas en el sur del país”, señaló Gabeira, que acusó al gobierno de haber cedido “a presiones de los productores de Rio Grande do Sul y de empresas multinacionales como Monsanto”.
La impopular decisión en un país que es el primer exportador de soja natural del mundo ha provocado un amplio rechazo. Están en curso tres recursos de inconstitucionalidad contra la medida, iniciadas por el fiscal general de la república, el Partido Verde y la Confederación Nacional de Trabajadores de la Agricultura. La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, abierta detractora de la soja transgénica, se muerde la lengua. Silva inició sus actividades medioambientalistas de la mano de Fernando Gabeira. Ambos trabajaron juntamente con Chico Mendes, el gran defensor de la selva que murió asesinado, “cuando la ecología todavía no era reconocida como un problema en Brasil”, según recuerda el diputado disidente.
La segunda razón de la marcha de Gabeira tiene que ver con el anuncio del gobierno de que está en condiciones de producir y exportar uranio enriquecido. “El programa electoral del PT dejó en claro que de llegar al gobierno no continuaría con el programa nuclear antes de examinar y auditar lo que fue hecho por los gobiernos anteriores. No han respetado el compromiso”, denuncia el diputado, que no oculta sus temores de que esta decisión allane el camino para construir una tercera central nuclear, Angra III, sobre la que el gobierno no se ha pronunciado de una manera definitiva. Gabeira recibe estos días incesantes muestras de apoyo. En Brasilia, 67 diputados y senadores del PT (de los 93 que tiene el grupo parlamentario) han firmado un manifiesto para que no abandone el partido y dé la batalla por sus convicciones. La alcaldesa de San Pablo, Marta Suplicy, varios ministros, el presidente de Petrobras y otros nombres significativos del entorno petista han pedido a Gabeira que se quede. El presidente Lula da Silva ha hecho saber, a través de su portavoz oficial, su posición favorable a un diálogo entre Gabeira y José Genoino, presidente del PT, para dirimir las divergencias. El partido mantiene un frente abierto con el llamado sector radical, que disiente de la posturagubernamental en las reformas tributaria y de la Seguridad Social, que están a debate en el Parlamento.
Gabeira se va del PT, pero no quiere que la ministra de Medio Ambiente, amiga y compañera, siga sus pasos. Le ha pedido que siga en el gobierno y así lo hizo saber en la reunión que mantuvo el jueves con la ministra y varios miembros del gabinete. Gabeira dice adiós a Lula porque su personalidad no se adapta fácilmente a la estructura de un partido político. “Cada vez que hay una votación y siento que la disciplina está subordinando mi inteligencia, sufro mucho. No soy un hombre muy disciplinado y de partido.” Periodista de formación, Gabeira militó en el Movimiento Revolucionario 8 de Octubre, y pasó 10 años en el exilio en Cuba, Chile y Suecia.

* De El País de Madrid, especial para Página/12.

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