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› ISRAEL LANZO ATAQUES AEREOS, CAUSANDO DIEZ MUERTOS Y CASI CIEN HERIDOS
El día de los misiles israelíes contra Gaza
Desde la mañana hasta la noche la Franja de Gaza fue blanco de los ataques aéreos que llevó adelante el ejército de Israel, en su política de antiterrorismo palestino. El saldo, una decena de muertos y numerosos heridos. Anteayer tres militares israelíes habían muerto en una emboscada.
Por Justin Huggler *
Desde Gaza
Nasser Matar estaba sosteniendo una manguera de nafta en su mano, dispuesto a llenar el tanque del auto, cuando misiles lanzados desde un helicóptero israelí hicieron blanco sobre una pick-up a pocos metros. “Estaba por encender el surtidor. Si lo hubiera hecho, o si los misiles hubiesen hecho blanco sobre los depósitos de nafta, se hubiera producido un enorme incendio”, dijo Matar, un empleado de la estación de servicio. “No quedarían ni rastros de este edificio”. Ayer fue el día de misiles en Gaza. En el período de pocas horas, el ejército israelí llevó a cabo cinco ataques sobre la Franja de Gaza, causando al menos diez muertos y 70 heridos. Aun de acuerdo con los parámetros que se han convertido en rutina en los últimos tres años de violencia, tantos ataques aéreos en un solo día son extraños. Sucedieron después de que Israel llamara a cientos de reservistas, y Saeb Erekat, miembro del gabinete palestino, acusara a Israel de planear la invasión y la reocupación de Gaza. La Autoridad Palestina llamó a la comunidad internacional para que interviniera.
En el primer ataque aéreo, que sucedió a las 8.15 de la mañana, por lo menos dos civiles, una madre y su hija adulta, resultaron heridas cuando los misiles cayeron sobre un casa a medio construir y el ejército israelí declaró que era utilizada para fabricar los misiles que los militantes disparan a través de la cerca de las ciudades israelíes. Las dos casas vecinas quedaron inhabitables –las mujeres heridas estaban en una de ellas cuando fueron alcanzadas por esquirlas, y más de 30 personas quedaron sin techo–. El segundo ocurrió en la estación de servicio donde trabaja Matar, alrededor de las 11 de la mañana. Una pick-up en la que viajaban dos militantes de Hamas fue el blanco, uno fue identificado como Khaled al-Masri. El ejército israelí declaró que lo habían cargado con armas de la casa que fue el blanco en el primer ataque. Los militantes murieron. También murió un inocente que pasaba por allí.
En el tercer ataque, una cabaña aislada en un huerto de citrus fue destruida, pero hubo informes de que otro automóvil era el blanco. No se informaron heridos.
Matar, describiendo el ataque a la estación de servicio, dijo que no escuchó nada. Hubo informes radiales de que los helicópteros israelíes estaban volando sobre Gaza, pero no oyeron el sonido de las hélices en la estación de servicio. No tenían ni idea de lo que iba a suceder. Había gente caminando por la calle, incluyendo niños de escuela camino a sus clases de la tarde. “Había una pick-up Peugeot detenida ante el semáforo rojo”, dijo Matar, describiendo el segundo ataque. El semáforo estaba a pocos metros del depósito de nafta para la estación de servicio. “Escuché una explosión. Las llamas salían del Peugeot. Tenemos tres extinguidores de fuego aquí, y los agarramos y apagamos el fuego. Hay mucho combustible aquí”, dijo Matar. “Si el fuego se extendía hasta acá, hubiéramos estado en una terrible situación.” El dueño de la estación de servicio y dos empleados resultaron heridos por las esquirlas.
Israel sostiene que los asesinatos de militantes son necesarios para evitar los ataques suicidas y otros ataques. Pero Matar dice: “Esto es terrorismo. Su intención es que entremos en pánico. Aterrorizarnos. Miren, todavía estamos temblando. Me hubieran podido matar. Tengo dos chicos, uno tiene cinco, el otro siete. Si me matan, ¿quién les dará de comer? Nunca apoyé a los terroristas suicidas. Siempre pensé que utilizar a civiles como blancos no servía. Pero ahora los apoyo”. Matar vive a 100 metros de donde murieron nueve niños palestinos el año pasado, cuando la fuerza aérea israelí lanzó una bomba de diez toneladas sobre un barrio residencial muy habitado a la noche para matar al líder de Hamas Slah Shehadeh.
En el primer ataque aéreo, se informó que hubo tanto como 23 heridos, pero sólo pudimos identificar a dos: Ihsan Bulbul, de 54 años, y su hija Iman de 33, ambas alcanzadas por esquirlas que volaron entre la casa deellas y el edificio bombardeado y que aterrizaron en su cocina. Pero las muertes pueden ser muchas más que las siete causadas en el cuarto ataque: un pedazo de concreto aplastado yacía en una cuna en una casa de familia: Na’ima Bulbul había arrancado de la cuna a su bebé de un año y medio cuando escuchó el misil, momentos antes de que la pared colapsara sobre la cuna. En la casa vecina, Huda al-Widiyeh llegó a arrastrarse de su cama justo antes de que pedazos de concreto cayeran sobre ella. Los israelíes afirman que la casa que fue el blanco era usada por los militantes para hacer cohetes Qassam. Los palestinos locales lo niegan. La casa a medio construir, que no tiene paredes, parecía un pobre escondite. Una casa vecina pertenecía al líder del Jihad Islámica, Abdullah Shami, pero este escapó ileso. El ejército israelí dice que no era el blanco. Quince personas de la familia Widiyeh terminaron sin techo, 17 de la familia Bulbul.
Posteriormente se sucedieron dos ataques más, y en el último de anoche, quizás el más sangriento de todos, hubo nuevas víctimas y cuarenta resultaron con heridas de diversa consideración. Algunos testigos lo calificaron de “masacre” porque los helicópteros bombardearon una multitud de civiles que se habían concentrado en torno a un vehículo atacado previamente en el campo de refugiados de Nuseirat. El número de víctimas mortales podría ascender vertiginosamente, ya que entre los heridos se cuentan algunos de mucha gravedad.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère