Lun 27.10.2003

EL MUNDO  › EL ELECTORADO COLOMBIANO OPTO POR LA IZQUIERDA E INDEPENDIENTES

Un fin de semana negro para Uribe

En las elecciones regionales de ayer, el candidato de la izquierda y ex rival de Uribe se quedó con la alcaldía de Bogotá.

El candidato del izquierdista Polo Democrático, Luis Eduardo Garzón, le arrebató la alcaldía de la ciudad de Bogotá al periodista mimado de Alvaro Uribe, Juan Lozano, en los comicios regionales que se celebraron ayer en Colombia. Los colombianos dieron un fuerte espaldarazo a los candidatos independientes o de izquierda al acudir a las urnas en la jornada electoral donde se eligieron 914 alcaldes, 30 gobernadores, 12.243 concejales y 398 diputados y miembros de juntas administradoras locales. Después de Garzón, el ex líder sindical que alcanzó uno de los cargos de elección, Argelino Garzón, ganó para gobernador del Valle del Cauca, segundo departamento en importancia en Colombia.
“Gobernaré para los ricos, para los menos ricos, para los pobres y para los más pobres”, dijo Luis Eduardo Garzón, vencedor de la contienda por la alcaldía de esa ciudad de 7 millones de habitantes. “Lucho”, como lo apodan, se convirtió en el primer representante de la izquierda en llegar a la alcaldía de la capital colombiana, logrando un 47 por ciento de los votos, dejando muy atrás al independiente Juan Lozano, un defensor a ultranza de las políticas del presidente Alvaro Uribe. Garzón compitió sin éxito con Uribe en las presidenciales del año pasado y se había convertido en el principal crítico de su gobierno actual.
El dirigente izquierdista advirtió victorioso que “es el momento clave y vamos a demostrar que somos capaces. No era fácil que se aceptara nuestra propuesta porque los niveles de tolerancia no están al ciento por ciento”. Garzón destacó que su propuesta triunfó pese al apoyo que tenía Lozano, periodista y ex consejero presidencial del mandatario Uribe y del ex alcalde Enrique Peñalosa. Como líder obrero, Lucho alcanzó su punto más alto en la presidencia de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el sindicato más importante del país, el cual dirigió hasta que hace un año y medio decidió iniciar un movimiento, Polo Democrático, por el que en mayo del año pasado consiguió un tercer lugar en la votación presidencial. Ayer Garzòn pidió a la guerrilla FARC que libere a la ex candidata, Ingrid Betancourt.
El triunfo de Garzón acabó de completar un fin de semana negro para Uribe, quien se había jugado entero por un referendo –ver nota aparte– y que a falta de escrutar un 2 por ciento de los votos parecía haber naufragado. Los analistas políticos habían señalado que el peor escenario posible para Uribe durante el fin de semana electoral era una derrota del referendo y una victoria de Garzón.
Apellidado igual, el ex ministro de Trabajo, el independiente Argelino Garzón, se constituyó en el segundo líder sindical en ganar en la elección de ayer, por la gobernación del Valle del Cauca. Con el 61 por ciento de los sufragios le ganaba con soltura al liberal Carlos Trujillo García (14%). La saga de los independientes se completó con el triunfo del matemático Sergio Fajardo en Medellín –segunda ciudad del país– y la tendencia favorable a Apolinar Salcedo en Cali, tercera ciudad en Colombia. Salcedo, ciego de nacimiento, participó por movimientos cívicos. Esta elección “va a marcar el renacimiento de nuevas fuerzas políticas territoriales, muy grandes y de mucha trascendencia y va a forzar una reorientación del mapa político electoral”, indicó el analista independiente Pedro Medellín.
Las elecciones regionales se realizaron en medio de un clima de intimidación de los grupos armados en varias regiones del país y tras una campaña electoral que dejó un saldo de 29 candidatos asesinados y más de una cincuentena de renunciantes. Las elecciones regionales estuvieron antecedidas por una ofensiva rebelde, que dejó 13 muertos, 20 heridos, 12 secuestrados –posteriormente liberados–, y cuantiosas pérdidas materiales. Ayer se registró una sensible disminución de los ataques atribuidos a las guerrillas, aunque fue denunciado el secuestro de 16 funcionarios electorales, cinco hostigamientos a la fuerza pública y el derribo de varias torres eléctricas.
Ayer se elegían alcaldes y concejales en 909 de los 1098 municipios del país. En 184 municipios no hubo elecciones porque sus mandatarios no terminaron todavía su período y en otros ocho –ubicados al sur y este del país– por problemas de orden público derivados de la intimidación de los grupos guerrilleros. En el desarrollo de la campaña, el gobierno denunció un plan de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para presionar y matar candidatos, lo que provocó que muchos de ellos renunciaran a sus aspiraciones políticas. Ante la imposibilidad de la fuerza pública de proteger a los más de 75 mil aspirantes a los distintos cargos, algunos debieron desarrollar su campaña proselitista casi en secreto y otros se limitaron a promover su nombre desde la casa, por teléfono o a través de intermediarios.
Incluso hubo quienes, en un hecho insólito, quisieron retirar sus nombres y ante la imposibilidad de hacerlo hicieron campaña para no ser elegidos. Las elecciones regionales se realizaron en un momento en que el país pasa por una enorme transformación política, marcada por el declive de los grandes partidos políticos, el Liberal y el Conservador, en favor de movimientos independientes.

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