Tres funcionarios clave que negociaron con Grecia un nuevo acuerdo en nombre del resto de los países de la Eurozona ofrecieron en los últimos días su versión sobre la agitada cumbre que el fin de semana pasado estuvo a punto de sellar la salida de los griegos del euro. El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble; el titular del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, detallaron qué fue lo que pasó en Bruselas.

–Wolfgang Schäuble. El semanario alemán Der Spiegel publicó el sábado una entrevista con el ministro alemán de Finanzas, señalado como el hombre que buscó empujar a Grecia fuera del euro. “Nunca dijimos que Grecia debía irse de la Zona Euro, sólo advertimos sobre la posibilidad de que Atenas por sí misma pueda decidir tomarse un tiempo afuera”, aseguró.

–En las negociaciones, pareció un padre estricto intentando que sus hijos malcriados entren en razón –le preguntó Spiegel.

–Se trata del equilibrio. En casa éramos tres hermanos, y cuando peleábamos mi padre siempre decía que el más fuerte debía retroceder. Y así es como fue en las negociaciones con Grecia. El que está en una mejor posición debe intentar ayudar al más débil. Yo intenté hacer eso.

Luego le preguntaron a Schäuble por qué ahora funcionarían las mismas recetas de ajuste que Grecia aplica desde hace cinco años. “El problema es que en los últimos cinco años la medicina no fue tomada como se prescribió. Por eso ahora es importante que aquellas medidas acordadas hace tanto tiempo sean implementadas”, agregó.

–Jeroen Dijsselbloem. En una entrevista con The Wall Street Journal, el presidente del Eurogrupo dijo que fue Alemania la que pidió que a Grecia se le exigiera conformar un fondo con activos públicos por 50 mil millones de euros para ser vendidos. “Schäuble propuso tener este fondo (...). La estimación del gobierno alemán es que ellos necesitan este reaseguro extra para obtener el apoyo en casa, lo cual es justo porque, como usted sabe, esto no es sólo acerca del apoyo político en Atenas”, afirmó. También dijo que fue Schäuble quien pidió incluir la posibilidad del Grexit, aunque finalmente los presidentes lo descartaron. “Para Grecia hubiera sido desastroso seguir el camino de salida. El efecto sobre la sociedad griega, en términos económicos y sociales, hubiera sido devastador, y creo que mucha gente lo ha subestimado”, sostuvo Dijsselbloem.

–Donald Tusk. El presidente del Consejo Europeo aseguró el viernes al diario español El Mundo que Europa no humilló a Grecia. “No puedo aceptar este argumento de que alguien ha castigado especialmente a Tsipras o a Grecia. Todo el proceso ha sido para proporcionar asistencia a Grecia. (...) El primer ministro negoció un programa de ayuda de 80.000 millones de euros para su país. Y con éxito. Cuando discutimos con hechos y números en la mano esto es lo que sale: 80.000 millones de euros. Y con condiciones bastante suaves”, sostuvo. El polaco luego fue más allá y aseguró que Alemania no triunfó de la cumbre. “Hay una evidente falta de entusiasmo por el acuerdo, nadie está satisfecho. Estoy seguro de que Alemania no es la ganadora en términos de poder político. Al final del día, tuvo que sacrificar mucho más que otros países a la hora del dinero, que era el tema principal del proceso”, agregó. Por último, reveló que el acuerdo estuvo a punto de fracasar a las 7 de la mañana del lunes por una diferencia de 2500 millones de euros vinculada al fondo de activos griegos en un encuentro donde sólo estaban la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande; el primer ministro, Alexis Tsipras; el ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, y el propio Tusk. “Les avisé que si no había entendimiento saldría a decir al público que fracasó por diferencias de apenas 2500 millones de euros. (...) Se dieron cuenta de lo absurdo. Y de hecho bastaron 10 minutos para redactar el último texto”, concluyó.