EL MUNDO › ESTADOS UNIDOS Y TURQUíA ACUERDAN LANZAR UNA OFENSIVA PARA CREAR UN áREA LIBRE DEL ESTADO ISLáMICO
En la reunión de emergencia de la OTAN se discutirá la misión impulsada por Ankara y Washington para expulsar a los jihadistas del norte de Siria y sellar cien kilómetros de frontera. Mientras, Turquía continúa atacando a los kurdos.
› Por Kim Sengupta *
Estados Unidos y Turquía acordaron llevar a cabo una campaña militar para crear una zona libre del Estado Islámico dentro del norte de Siria, el primer paso que dan las potencias extranjeras para apoderarse de territorio en ese país desde el inicio de la guerra civil hace cuatro años.
En medio de la creciente tensión tras el lanzamiento de ataques aéreos por Ankara contra los combatientes kurdos y del Estado Islámico (EI), y las advertencias de que una guerra civil pudiera desatarse en Turquía, se discutirá el plan militar en una reunión de emergencia de la OTAN hoy en Bruselas. Sin embargo, ya comenzaron a surgir divisiones entre Estados Unidos y Turquía sobre la misión para expulsar a los jihadistas y la creación de un área de hasta 100 kilómetros desde el este de Alepo hasta el río Eufrates.
El gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha querido durante mucho tiempo una zona de exclusión aérea a lo largo de su porosa frontera con Siria, pero Washington insistió en cambio en una “zona de seguridad”. Como su nombre lo indica, una zona de exclusión aérea podría plantear la posibilidad de tener que derribar los aviones del régimen sirio, lo que podría arrastrar a Washington a un conflicto en dos frentes al mismo tiempo mientras todavía lucha contra los jihadistas del EI.
También existe preocupación en Occidente por los continuos ataques terrestres y aéreos de Turquía contra los kurdos. Los gobiernos de Estados Unidos y Europa han instado a Ankara a mostrar moderación y este mensaje será reforzado en la reunión de la OTAN. Se les pedirá a los turcos y a los kurdos que renueven su frágil alto el fuego.
Durante el fin de semana, la canciller alemana, Angela Merkel, llamó por teléfono al primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, para asegurar la “solidaridad y apoyo en la lucha contra el terrorismo” de Alemania, pero ella también le pidió que “no abandonara el proceso de paz con los kurdos a pesar todas las dificultades”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, hizo hincapié en que los estados miembros deben ofrecer “solidaridad y apoyo” a Turquía, que solicitó la reunión de consulta de la OTAN, pero también advirtió que la acción militar tanto por parte de los kurdos como de los turcos “ponen en peligro” el alto el fuego. Ambos lados deben negociar, dijo.
La posición pública del gobierno turco es que el EI, así como el PKK kurdo y, en Siria, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) son “terroristas” y serán tratados en consecuencia. Hay crecientes reclamos de Ankara de que las ambiciones kurdas de crear una patria independiente, parte de ella en territorio turco, están siendo reavivadas.
El ministro de Exteriores turco Mevlut Cavusoglu dijo: “No hay diferencia entre el PKK y el Estado Islámico. No se puede decir que el PKK es mejor porque está luchando contra el EI. El PKK está luchando por el poder, no por la paz, no para la seguridad. Esperamos solidaridad y apoyo de nuestros aliados de la OTAN”.
Fuentes diplomáticas de alto nivel dijeron, sin embargo, que los turcos habían tranquilizado en privado a los estadounidenses que la ofensiva contra el PKK y la milicia YPG fue una movida táctica para asegurarse que no entren en la “zona de seguridad” en Siria una vez que el EI haya sido expulsado. Los kurdos, dijeron las fuentes, ya controlan alrededor de 900 kilómetros de la frontera entre Siria y Turquía.
Pero el YPG es considerado por Occidente como el más combativo de los grupos que luchan contra el EI. Las represalias de los kurdos contra los turcos –mataron a dos miembros de las fuerzas de seguridad en los últimos días– podría comenzar a caer en la violencia que desestabilice la región.
Hay más preocupaciones sobre la seguridad. Los estadounidenses y los turcos enfatizaron que no iban a poner tropas en la “zona de seguridad”. El Ejército Libre de Siria, respaldado por Occidente, sigue siendo relativamente impotente y el esquema del Pentágono para entrenar combatientes resultó en sólo 50 hombres hasta el momento. Otro plan estadounidense, para crear un “despertar sunnita” utilizando combatientes tribales, según el modelo de una fuerza en Irak durante la ocupación estadounidense, se encuentra todavía en un estado embrionario.
Funcionarios occidentales temen que un vacío de seguridad podría llenarse por Al Qaida. Se dice que los turcos favorecen al Frente Islámico, una alianza de grupos islamistas que luchan contra el régimen de Bashar al Assad. Sin embargo, su principal componente, Ahrar al Sham, ha cooperado con Al Nusra y, hasta hace dos años, con el EI.
Mientras tanto la planificación de la misión continúa, con el objetivo de golpear simbólicamente y estratégicamente al EI. El área que se pretende tomar de ellos incluirían Dabiq, al norte de la ciudad de Alepo; Manbij, una de las primeras ciudades en caer a manos de los extremistas; y Al Bab, que luchó, primero con el régimen, luego a Al Nusra y el EI, por la que sus residentes pagaron un gran costo.
Abdulrahman, un activista de Al Bab, ahora exiliado en Turquía, dijo: “Hemos sufrido a manos de Assad y de los terroristas del EI. Los kurdos nos han ayudado en estos malos momentos. No queremos que ellos sufran ahora”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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