Al menos 50 personas fallecieron ayer y otras 52 resultaron heridas por una fuerte explosión en un mercado de una localidad del estado de Borno, en el nordeste de Nigeria, una de las regiones más azotadas por la violencia de Boko Haram, el grupo jihadista que busca imponer un califato islámico en el país africano.

La explosión en el mercado de Sabon Gari, en el distrito de Damboa, a unos 130 kilómetros al sur de la capital estatal, Maiduguri, se produjo al mediodía local, cuando el lugar se hallaba muy concurrido, dijeron fuentes de seguridad ciudadana y testigos del ataque. “Ha muerto mucha gente en la explosión que golpeó el mercado”, afirmó un miembro de las patrullas de vigilancia ciudadana, Abdul Isa, al diario local This Day. “Recibimos al menos 50 cadáveres y hay otros 50 heridos provenientes del mercado Sabon Gari, donde hubo una explosión esta tarde”, dijo una enfermera del Biu General Hospital de Borno. Y agregó que las heridas provocadas por la explosión son en su mayoría “graves”, por lo que se espera que el balance de muertos aumente.

“La explosión se registró en el interior del mercado, en la parte dedicada a telefonía móvil, ubicada muy cerca de la sección ganadera”, dijo Yuram Bura, un miliciano local que combate junto al ejército contra los jihadistas de Boko Haram. “La bomba fue introducida oculta en una mochila de las que se utilizan para los herbicidas y al parecer abandonada en el mercado. Sin lugar a dudas fue obra de Boko Haram”, añadió.

En apariencia, no se trata de un atentado suicida, como los que Boko Haram perpetró en las últimas semanas en la primera economía de Africa, sino de una bomba que estaba instalada en el centro del mercado.

Boko Haram atentó en Borno por última vez hace menos de una semana, cuando siete personas murieron en un ataque contra varias aldeas de Konduga, cerca de la ciudad de Maiduguri.

Boko Haram, que juró lealtad al Estados Islámico (EI) –el grupo jihadista que quiere imponer un califato en Irak y Siria– intensificó en las últimas semanas sus ataques contra la población civil, causando centenares de muertos tanto en el noreste de Nigeria como en los países vecinos: Chad, Camerún y Níger. En lo que va del año, Boko Haram asesinó a más de 2000 personas y puso en jaque al nuevo presidente nigeriano, el musulmán Muhammadu Buhari.