El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, destituyó al jefe de la misión de paz de la ONU en la República Centroafricana (Minusca), en medio del escándalo de abusos sexuales contra menores. El funcionario del organismo internacional señaló que el destituido general senegalés, Babacar Gaye, le presentó la renuncia luego de que él se la solicitara.

Ban brindó una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York para ofrecer una disculpa pública en nombre del organismo. “No puedo poner palabras a lo angustiado, enojado y avergonzado que estoy por las repetidas informaciones a lo largo de los años de explotación y abusos sexuales por parte de fuerzas de la ONU”, manifestó. El máximo responsable del organismo anunció además que convocó a una reunión con todos los responsables de operaciones de paz para abordar el problema de los asaltos sexuales y otros crímenes cometidos por uniformados que operan bajo la bandera de Naciones Unidas. Ban insistió en que toda denuncia debe ser investigada a fondo y dijo, además, que espera recibir pronto las conclusiones de la comisión independiente puesta en marcha para estudiar los supuestos abusos sexuales cometidos en la República Centroafricana. “Creo que el alarmante número de acusaciones que hemos visto en muchos países, pero particularmente en la República Centroafricana en el período anterior al despliegue de las fuerzas de paz de la ONU y desde entonces, hablar sobre la necesidad de actuar ya”, señaló.

La renuncia de Gaye, que también comandó una de las misiones más polémicas de la ONU por las continuas denuncias de abusos, la Monuc, en Congo, se produce un día después de que la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) denunció un nuevo caso de violación y el asesinato de dos civiles. Según esta ONG, efectivos de la Minusca estuvieron implicados en la violación de una niña de 12 años y el supuesto asesinato de un adolescente camerunés de 16 y de su padre por cascos azules desplegados en la República Centroafricana a principios de este mes. Esto habría ocurrido cuando estaban llevando a cabo una operación para detener a un presunto delincuente en el enclave musulmán PK5, cerca de la capital del país africano. La asesora general de respuesta a la crisis de AI, Joanne Mariner, señaló que debe iniciarse con urgencia una investigación civil independiente y los implicados deben ser suspendidos inmediatamente durante la investigación. “Nuestra evidencia sugiere fuertemente que un casco azul de la ONU violó a una niña y que las fuerzas de paz del mismo organismo mataron indiscriminadamente a dos civiles”, afirmó. AI basó la denuncia en entrevistas a 15 testigos que participaron de los incidentes, así como a la niña violada y a miembros de su familia.

Por su parte, la oficina de Ban mantiene abierta una investigación sobre la gestión hecha por la Minusca de denuncias de abusos sexuales a menores desplazados al campo de M’Poko, en la capital del país africano, Bangui.

Las vejaciones se habrían cometido entre diciembre de 2013 y junio de 2014, y afectarían a una docena de niños de entre nueve y 16 años. Entre los presuntos autores de las violaciones estarían soldados del contingente francés, de la Operación Sangari, que no está bajo el paraguas de la ONU, y también militares de la Minusca.

No obstante, el escándalo vio la luz pública después de que un funcionario de la ONU, Anders Kompass, ante la pasividad de la organización y contraviniendo las normas internas, hiciera llegar meses atrás a la Justicia francesa un informe preliminar de los hechos. Ese escrito fue el puntapié para que la fiscalía de París abriera diligencias para investigar a los militares galos involucrados en el escándalo.

Las tropas extranjeras, lideradas por Francia, llegaron a la República Centroafricana para descomprimir la tensa situación que se vivía en el país en 2013, producto de la guerra civil. Por ese conflicto, que se cobró miles de vidas, fue derrocado el entonces presidente centroafricano, François Bozizé.

Respecto de la presencia extranjera, el máximo funcionario de la ONU dijo que quiere que los líderes de todo el mundo sepan que son responsables de lo que hacen sus tropas, policías y civiles que deben asegurar que todo ese personal reciba una adecuada formación en materia de derechos humanos. Además, insistió en que la ONU hará todo lo posible para que los supuestos criminales –que en el caso de los militares son repatriados y responden bajo las leyes de sus propios países– sean llevados ante la Justicia. “A las víctimas les digo que estamos con ellos. Por favor, denuncien. Por favor, siéntanse seguros sabiendo que haremos todo lo que podamos para responder a estos intolerables crímenes.”