La huelga nacional convocada el jueves en Ecuador, a la que el presidente Rafael Correa calificó de fracaso por su escasa adhesión, culminó con un choque de la marcha indígena en Quito con la policía. Los incidentes dejaron un saldo de 47 personas detenidas, 67 policías heridos igual que 32 manifestantes y anuncios de nuevas protestas.

El mandatario ecuatoriano, a quien, entre otros, apoyan organizaciones indígenas y sectores sindicales, aseguró ayer que no hubo una paralización de actividades en el país y rechazó la violencia en las protestas, así como el corte esporádico de algunas rutas. “El paro fue un fracaso total. Los manifestantes no tienen apoyo ni legitimidad”, señaló el gobernante en una conferencia de prensa en la localidad de Pimampiro, en la provincia andina de Imbabura. Ante el anuncio de radicalizar la protesta, apuntó que se responderá “con la ley en la mano” si hay actos de violencia. “Le hacen daño al país, no al gobierno. No podemos someternos a los abusos de una absoluta minoría. Todos a trabajar con más ahínco por la Patria Nueva. A rechazar el viejo país de palos, piedras y abusos”, escribió el gobernante en su cuenta de la red social Twitter.

Si bien se trató de la mayor medida de la oposición contra el gobierno de Correa en sus ocho años de gestión, la huelga nacional tuvo escasa adhesión en las actividades generales.

El viceministro de Seguridad Interna, Diego Fuentes, dijo que 25 de los 47 fueron detenidos en la capital ecuatoriana, y anunció que se iniciarán acciones legales contra todos ellos. “El país de los paros, de las huelgas, palos y piedras es un propuesta que los ecuatorianos han dejado atrás”, dijo. Fuentes señaló que ayer hubo una “agresión criminal” por parte de algunos de los manifestantes y apuntó que hay 67 policías heridos en todo el país, al menos seis de ellos con heridas bastante graves, sobre todo en la cabeza.

Por su parte, sectores indígenas opositores al gobierno mantienen cortadas varias rutas en el país y ayer anunciaron nuevas movilizaciones en Quito. El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Jorge Herrera, atribuyó a infiltrados los incidentes de ayer, y dijo que se registraron 32 heridos en las filas de los manifestantes, dos de los cuales se encuentran con pronóstico de salud reservado.

La medida fue convocada por organizaciones sindicales e indígenas contra nuevas legislaciones impositivas de herencia y plusvalía; contra una ley de aguas que designe una autoridad pública única de control de este recurso (lo que limitaría el manejo del agua a las comunidades campesinas e indígenas); contra una ley de tierras que, según los manifestantes, derivará en expropiaciones de grandes propiedades y, sobre todo, contra una reforma constitucional que permita la reelección presidencial indefinida. Al respecto, el gobernante, cuyo mandato finaliza en 2017, dijo ayer que no planea presentarse a la reelección.