Por José Comas*
Desde Bochum

Los delegados del Congreso del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) dieron ayer un aviso al canciller federal Gerhard Schroeder y a su política de recortes sociales: sólo un 80,3 por ciento votó a favor de su reelección como presidente, un porcentaje bajo en votaciones de este tipo, donde se suelen producir las llamadas mayorías búlgaras, propias de los tiempos anteriores a la caída del comunismo.
Peor suerte corrieron otros, dos peones de confianza de Schroeder. El ministro de Economía y Trabajo Wolfgang Clement, considerado uno de los padres de las reformas, recibió sólo un 56,71 por ciento de los votos para una de las vicepresidencias. Al secretario general del SPD Olaf Scholz, una de las figuras más controvertidas del partido, lo votó un 52,58% de los delegados.
Schroeder encajó con deportividad el resultado y dijo que se explica a la luz del fuerte debate interno en el SPD con motivo de las reformas sociales. Calificó de “serio y honesto” el resultado y dio las gracias a los delegados. Casi 100 de los 506 votos válidos no fueron para el canciller: 409 a favor, 77 en contra y 20 abstenciones. El año 1999 Schroeder logró un 86,30 % y el 2001 llegó al 88,58 por ciento.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.