Por Phil Reeves *
Desde Tikrit

Momentos después de que las guerrillas iraquíes mataran a dos soldados ayer, una multitud de transeúntes se dirigió hacia su vehículo donde se vio que les robaban y les pegaban con pedazos de cimiento. Los testigos del asalto en el norte de la ciudad kurda de Mosul señalaron que la gente mutiló los cuerpos de ambos, les registraron sus bolsillos y sacaron los cuatro neumáticos del auto. Además, en Baaba (60 kilómetros al noroeste de Bagdad), un soldado de la cuarta división de infantería del ejército norteamericano (4DI) murió y otros dos resultaron heridos cuando su vehículo chocó contra un artefacto explosivo, anunció un portavoz militar.
El ataque en Mosul fue inusualmente con furia en siete meses de ocupación. Socava el mensaje de la fuerza estadounidense de que una mayoría de civiles está en el lado de los ocupantes y que hay un número chico de resistencia en armas. “Aquí odian la presencia de los norteamericanos”, comentó un testigo. “Han estado haciendo aquí varios allanamientos, no me extraña que los hayan atacado”, agregó. Los informes de los testigos iraquíes dijeron que los soldados fueron degollados. Un vocero de la 101 División Aerotransportada señaló que ambos recibieron disparos; otros testigos lo confirmaron. El vocero explicó que el ataque sucedió mientras viajaban de una base militar hacia otra.
Mientras, el Consejo Provisional de Gobierno iraquí, organismo bajo control de Estados Unidos, nombraba a una mujer, Rand Rahim Franky, su representante diplomática ante Washington.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.