Mié 26.11.2003

EL MUNDO  › LA ECONOMIA VUELVE A FAVORECER LA REELECCION DEL PRESIDENTE

Business is Bushness en Washington

El Departamento de Trabajo de EE.UU. revisó al alza el crecimiento del PBI en el tercer trimestre, que se ubica en un 8,2 por ciento.

De seguir las cosas así, George W. Bush puede tener asegurado su triunfo el próximo 4 de noviembre. El crecimiento de Estados Unidos fue aún más espectacular de lo previsto en el tercer trimestre, en lo que podría ser una prueba de que la mayor economía del mundo se recuperó plenamente tras las incertidumbres post-recesión. Adicionalmente, la confianza del consumidor experimentó este mes una mejora y se colocó en la posición más alta del año, animada por las perspectivas de reactivación del mercado laboral. La duda es sobre si este crecimiento podrá sostenerse; muchos economistas piensan que no a estas tasas, aunque quizá sí para que las cifras macroeconómicas se traduzcan finalmente en generación de empleos.
El Producto Bruto Interno (PBI) estadounidense progresó un 8,2 por ciento en ritmo anual en el tercer trimestre, mucho más que la primera estimación de un crecimiento de 7,2 por ciento. Es más del doble que el crecimiento en el segundo trimestre (3,3 por ciento) y también la progresión más fuerte registrada desde el primer trimestre de 1984, cuando la economía salió de una profunda recesión justo a tiempo para asegurar la reelección del ídolo político de Bush Jr.: Ronald Reagan. Los mismos analistas recibieron el anuncio con sorpresa, ya que esperaban un alza de 7,6 por ciento del PBI, que mide el conjunto de la riqueza producida en el país.
“Estas cifras son extraordinarias. La economía avanza en todas las direcciones”, aseguró Sal Guatieri, del grupo financiero BMO. Mientras los consumidores siguen impulsando el crecimiento, las empresas también han mostrado mejoras. “El PBI contiene el embrión de una recuperación sostenida en dos frentes: primero porque la inversión sigue muy fuerte y por otra parte porque las exportaciones se aceleraron, lo que significa que los otros países contribuyen con esta recuperación”, estimó Guatieri. Del lado de las empresas, las inversiones siguieron mejorando (en un 14 por ciento), contrastando con la morosidad que caracterizaba a la economía desde fines de 2000. Esta mejora es crucial ya que las inversiones de las empresas son un eje fundamental de la reactivación. Las exportaciones aumentaron un 11 por ciento luego de tres trimestres de retroceso. Pero los hogares también invirtieron (+22,7 por ciento), impulsados por la euforia inmobiliaria, cuando sus gastos de consumo subieron 6,4%, sobre todo debido a compras de bienes duraderos, como por ejemplo automóviles.
Ciertamente hay factores excepcionales en todo esto, como las devoluciones de impuestos o el bajísimo nivel de las tasas de interés. Un crecimiento de esta magnitud “sin duda no podrá reproducirse”, advirtió John Lonski, de Moody’s Investors Services. La desaceleración de la venta de viviendas usadas en octubre (-4,9 por ciento), anunciada ayer, es una prueba de este previsible enfriamiento. El crecimiento debería, según los analistas, desacelerarse a un 3 o un 4 por ciento en el cuarto trimestre. Pero las perspectivas a mediano plazo son alentadoras: para 2004 la Asociación Estadounidense de Economistas de Empresas espera un crecimiento de 4,5 por ciento.
Ayer, el alza de la confianza de los consumidores en noviembre (que subió 10 puntos, a 91) dio una nueva señal positiva. Pero “la clave de la recuperación será el retorno del crecimiento del empleo”, estimó Lonski. “Una vez que el empleo progrese sin ambigüedades entonces habrá una progresión de los gastos de consumo que generará gastos de las empresas en equipamiento”, añadió. Los analistas estiman que es necesario que se creen 150.000 empleos por mes para permitir una baja del desempleo. La economía estadounidense creó 125.000 puestos en septiembre y en octubre, lo que significa que es demasiado pronto para celebrar, aunque eso revela un cambio alentador. Para noviembre, los analistas esperan 150.000 creaciones de empleos y una tasa de desempleo sin cambios, en 6,0 por ciento. Las cifras serán esperadas con impaciencia el 5 de diciembre.
A medida que se acerca la elección presidencial, el gobierno de George W. Bush asiste en efecto con satisfacción y alivio a la mejora de la economía. “Las rebajas de impuestos del presidente permitieron a nuestraeconomía crecer más rápidamente de lo previsto”, celebró este martes el secretario de Comercio, Donald Evans.

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