Mar 02.02.2016

EL MUNDO  › EN EL ARRANQUE DE LAS PRIMARIAS DE EE.UU., EL MAGNATE PERDIó FRENTE AL SENADOR TED CRUZ

Trump se quedó con las ganas en Iowa

El ultraconservador Ted Cruz venció al favorito Donald Trump en las internas republicanas. En la carrera demócrata, la contienda se definía voto a voto al cierre de esta edición: Hillary Clinton se ubicaba tan sólo a un punto por arriba del senador Bernie Sanders.

Los dos mayores partidos estadounidenses iniciaron ayer en el estado de Iowa las primarias para escoger a sus candidatos a las elecciones presidenciales de noviembre, en la hora de la verdad para los favoritos, Donald Trump y Hillary Clinton. Al cierre de esta edición, la competencia republicana estaba definida: el senador por Texas, Ted Cruz, venció al magnate por cuatro puntos (28 a 24 por ciento), escrutado el 99 por ciento de los recintos electorales. En tercer lugar se ubicó Marco Rubio (23 por ciento). Sin embargo, la contienda demócrata se medía voto a voto. El senador Bernie Sanders estrechaba diferencias con la ex secretaria de Estado. Con el 83 por ciento de los recintos electorales escrutados, Clinton solo aventajaba por un punto (50 a 49).

A las 19 hora local (22 de Argentina) decenas de miles de electores registrados en los partidos Demócrata y Republicano iniciaron las complicadas elecciones internas, dando de esa forma el puntapié inicial a un largo proceso en todo el país, que terminará recién a mediados de junio. Entre los republicanos el voto es secreto, mientras que los demócratas forman grupos por candidatos para adjudicarse delegados.

Desde el inicio de las interminables campañas electorales, Clinton dominó todos los sondeos en el campo demócrata, de la misma forma que Trump reinó en las encuestas entre los republicanos, aunque en esta hora de la verdad, nada indica que esté dicha la última palabra.

Se estima que poco más de 200.000 personas se presentaron a votar en las internas de Iowa, y un buen resultado de esta primaria puede decidir la suerte de un aspirante. En la próxima semana, las primarias partidarias continuarán en el estado de New Hampshire.

En el caso de los demócratas, Clinton tiene al experimentado senador Sanders pisándole los talones en los sondeos, al punto de que la ex primera dama no posee ya una ventaja suficiente como para estar segura de la victoria. Además, la ex secretaria de Estado precisa exorcizar los demonios que carga desde 2008, cuando llegó a Iowa como favorita pero sufrió una sorprendente derrota ante un entonces semidesconocido senador de Illinois llamado Barack Obama.

“Ya sé cómo hacer esto y estoy lista”, dijo Clinton ayer a la cadena de televisión CNN. “Hay mucho entusiasmo y mucha energía. Pido que todos salgan a votar en la interna y sean parte de este proceso típicamente estadounidense. Pido que salgan y voten por mí”, añadió.

El crecimiento lento pero constante de Sanders ya se tornó una preocupación evidente para la campaña de Clinton. Durante el último debate entre los aspirantes demócratas, el comité de Clinton disparaba correos electrónicos criticando a Sanders cada vez que el senador abría la boca.

El domingo, durante un acto público en Des Moines, Clinton volvió a la carga contra Sanders, al afirmar que “Estados Unidos no se puede permitir escoger ideas que suenan bien en el papel pero que no pueden aplicarse”.

Queda ahora por verse la respuesta de Sanders, quien critica ácidamente las relaciones de Clinton con Wall Street (ver aparte), luego de conocerse que el multimillonario George Soros donó 6 millones de dólares a la campaña de la ex secretaria de Estado.

El tercer contendiente demócrata, el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley, suspendió su campaña al lograr tan solo un uno por ciento del apoyo en los caucus de Iowa, según informó la cadena CNN.

Entre los republicanos, el multimillonario Trump rompió todas las reglas de campaña de su partido y llegó a la cima de los sondeos a fuerza de declaraciones explosivas y gestos de total desprecio hacia la conducción partidaria. Y sin embargo, llegó a la primaria de Iowa presionado por el ultraconservador senador Ted Cruz, otro aspirante distanciado de la conducción republicana pero con gran apoyo de la derecha evangélica estadounidense. Cruz anoche logró mantener una ventaja de cuatro puntos sobre el magnate inmobiliario, logrando la victoria clara de la noche.

Los conservadores de corte más religioso ven a Trump con desconfianza por sus tres matrimonios y los groseros errores que cometió al citar a la Biblia en un acto público, un recurso que Cruz maneja a la perfección. E incluso el magnate se confundió y durante una oración puso dinero en un plato de comunión.

De acuerdo con los sondeos, la ventaja de Trump sobre Cruz a nivel nacional es aún respetable, pero el hecho de tener ahora un adversario mella definitivamente la reputación del millonario de ser imbatible en la interna partidaria. El senador de Florida Marco Rubio se sitúa en un lejano tercer lugar en las encuestas, y en caso de una disputa apretada entre Trump y Cruz su caudal de votos –ayer obtuvo un nada desdeñable 23 por ciento de apoyo– se convierte en un arma extraordinariamente poderosa. A pesar de defender una política exterior muy agresiva, internamente Rubio es visto como un candidato capaz de atraer a los sectores más moderados del partido y a no pocos electores latinos, ya que es hijo de inmigrantes cubanos.

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