Mié 03.02.2016

EL MUNDO  › EN ESPAñA, FELIPE VI PROPUSO AL LíDER DEL PSOE PARA EL DEBATE DE INVESTIDURA

El rey pide a Sánchez que forme gobierno

El dirigente socialista afirma “tenderle la mano a izquierda y derecha” para crear coaliciones, mientras Podemos y Ciudadanos se niegan a gobernar juntos. Se despeja el camino hacia un nuevo Ejecutivo en España.

› Por Flor Ragucci

Página/12 En España

Desde Barcelona

Se movió el rey y la partida avanzó. Ayer Felipe VI optó por no volver a proponerle a Mariano Rajoy la sesión de investidura –después de que éste se la rechazara la semana pasada– y le tendió la mano al líder de los socialistas, Pedro Sánchez. De esta manera se desencalla el proceso que las urnas abrieron el 20 de diciembre y, todo lo que hasta ahora eran elucubraciones, puede empezar a materializarse en formación de gobierno. Ahora sí que los partidos deberán sentarse, oficialmente, a hablar para buscar la fórmula capaz de obtener la mayoría absoluta necesaria para vencer en el primer debate de investidura, o la simple que se requeriría en el caso de llegar a un segundo debate. Ahora sí que el reloj activa una cuenta atrás de dos meses –a partir de la primera sesión de investidura– para evitar unas nuevas elecciones.

El monarca recibió ayer en el Palacio de la Zarzuela a los líderes de las dos principales formaciones, Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), como conclusión de la segunda ronda de contactos que llevó a cabo para conseguir un candidato dispuesto a someterse al trámite previo a la presidencia. Tras el plantón del actual presidente en funciones y número uno del PP, Mariano Rajoy, Felipe VI prefirió ir a lo seguro y hacerle la propuesta a Pedro Sánchez, quien había asegurado ya que, de ningún modo, lo declinaría. “Quiero agradecer al jefe de Estado su exquisita labor en las rondas de consultas y la confianza depositada en mí y en el Grupo Socialista. Vamos a asumir la responsabilidad de formar Gobierno”, explicó Sánchez luego de que el rey lo llamara personalmente para comunicárselo. “He criticado la espantada de Rajoy: ha renunciado la tarea por la que siete millones de españoles y españolas depositaron su voto. Ha sumido a España de una situación de bloqueo durante más de un mes”, recalcó el líder socialista.

En la rueda de prensa que Sánchez dio tras conocer el encargo del rey, el candidato remarcó que “desde el 20-D, Rajoy no ha hecho ningún esfuerzo para ganar estos apoyos” y que a partir de hoy mismo él sí que se sentará a hablar con todas las fuerzas políticas a las que pedirá que “abandonen sus vetos” para intentar llegar a un acuerdo”. Yo no soy Rajoy y, por tanto, voy en serio. Espero que el resto también vaya en serio”, declaró Sánchez, en su mentada apuesta por “un gobierno de cambio” para el cual pretende tenderle su mano “tanto a izquierda como a derecha”.

“Estamos llamados a entendernos para que ese cambio sea realidad”, explicó el socialista, a la vez que afirmaba que la regeneración “solo vendrá con el PP en la oposición” y que no van a buscar el apoyo de los independentistas, aunque promete que se sentará con ellos “al menos” para decirles que no están de acuerdo. “Vamos a buscar alianzas para crear más empleo” enumeró Sánchez en su lista de prioridades “para consolidar la recuperación económica y que llegue a la mayoría de los españoles; para recuperar la confianza en las instituciones y luchar contra la corrupción; y para recuperar la connivencia puesta en cuestión por el secesionismo en Cataluña”, este último punto, línea infranqueable para los socialistas a la hora de pactar con otras fuerzas.

El candidato del PSOE ya le comunicó al presidente del Congreso que necesitará entre tres semanas y un mes para llevar a cabo las negociaciones con el resto de formaciones y llegar a la sesión de investidura con los apoyos necesarios, cosa que Mariano Rajoy todavía espera que no suceda. El presidente en funciones no descarta intentarlo después de Sánchez, si el líder socialista fracasa, tal como lo declaró a la salida de su encuentro con el monarca. “El rey no me ha ofrecido formar Gobierno” –reconoció el candidato del PP– “sea cual sea la decisión que adopte su majestad el rey, la respetaré” y dejaba en claro, acto seguido, la vigencia de su propuesta haciendo gala, incluso, de “las posibilidades” con las que, según él, aún cuenta. “Estamos en la misma situación que el 20 de diciembre. El PP ha ganado las elecciones y en ningún caso vamos a traicionar su confianza por enjuagues, así que vamos a esperar cómo se suceden los acontecimientos, y no renunciamos a lo largo de este proceso a presentarnos si el rey lo estima oportuno”.

Rajoy nunca hace mención a su falta total de acuerdo con el conjunto de las formaciones políticas durante este período –todas las cuales, con excepción de Ciudadanos, le cerraron la puerta– y culpa completamente a los socialistas de su situación. “No puedo ser investido si no tengo entendimiento con el PSOE que se niega de forma sistemática no al acuerdo, que puedo entenderlo, sino al diálogo, que no puedo entenderlo”, manifestó indignado en la rueda de prensa. “Sin el PSOE, el PP no puede formar este Gobierno que es el mejor para la defensa de los intereses españoles”, expresó Rajoy e hizo, nuevamente, un llamamiento a lo que él considera la única posibilidad “sensata”: una coalición de su partido, socialistas y Ciudadanos. “Yo veo dos opciones, la que nosotros hemos propuesto, y la del radicalismo apoyada por partidos radicalmente contrarios a la Constitución”, profirió. “Creo que este gobierno tiene todo el sentido porque estas tres fuerzas políticas están de acuerdo en la unidad de España, la soberanía nacional, nuestra posición en Europa, en el euro, en la lucha contra el terrorismo y la creación de empleo”, declaró, contraponiéndolo a “la otra opción”, la de un pacto entre socialistas, Podemos, Izquierda Unida y partidos independentistas, lo que para el presidente en funciones es “una alianza experimental y no de progreso”.

La alternativa que Rajoy desprecia es la que Pablo Iglesias, no obstante, volvió a ofrecerle a Felipe VI el lunes durante la segunda ronda de contactos para la formación de gobierno y la que mantiene desde que –hace una semana– diera el primer paso y le tendiera la mano al líder socialista. “No gobernaremos con PSOE y Ciudadanos; que le quede claro a todo el mundo”, remarcó el candidato de Podemos en su rueda de prensa tras conocerse la oferta del monarca a Sánchez y el amplio abanico que éste contempla para los pactos. “A nuestro juicio llegar a un acuerdo con el PP y Ciudadanos contribuye a romper España”, e insistió en que, para él, sólo hay dos opciones de gobierno sobre la mesa: “O el PSOE se pone de acuerdo con el PP y Ciudadanos –lo que a su juicio supone pactar ‘en diferido con el PP’– o forma parte de un gobierno de progreso”, lo cual para Iglesias es su propuesta de coalición con los socialistas –que incluiría la vicepresidencia a su cargo y la presencia de Izquierda Unida.

Es al PSOE a quien le toca ahora el turno de palabra, y de acción. Los socialistas se mantuvieron cautos hasta conocer la decisión del rey, eludiendo tanto respuestas concretas a la oferta de Podemos como guiños cómplices a la formación de Albert Rivera. Pero a partir de hoy Sánchez tendrá que mover ficha si quiere lograr los apoyos necesarios para llegar a La Moncloa, jugada que no se le presenta nada fácil.

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