Un atentado con coche bomba perpetrado en pleno centro de Ankara contra vehículos militares dejó al menos 28 muertos y 61 heridos (foto), anunció el portavoz del gobierno, el viceprimer ministro Numan Kurtulmus, quien prometió que el gobierno “echará toda la luz” sobre el hecho de violencia. El ataque tuvo como blanco un convoy de vehículos del ejército que se encontraba cerca de la plaza de Kizilay, precisó el gobernador. Y tuvo lugar en cercanías de la sede del estado mayor del ejército turco y del Parlamento. Densas columnas de humo podían verse en un amplia área y la fuerte explosión se escuchó en toda la ciudad, donde los residentes salían a los balcones de sus viviendas presas del pánico. El atentado se produjo a las 18.31 hora local (13.31 hora argentina) y su objetivo fueron vehículos de servicio que transportaban a personal militar, precisó el estado mayor castrense. “El ataque terrorista se desencadenó cuando los vehículos se encontraban detenidos ante un semáforo en un cruce de calles”, afirmó la fuente militar. El atentado aún no fue reivindicado. Un general jubilado, Erdogan Karakus, entrevistado en CNNTurk, señaló que “muy probablemente” el ataque fue perpetrado por el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), que en julio retomó la lucha armada contra el gobierno turco. Aunque la guerrilla actúa sobre todo en el sureste del país, de mayoría de población kurda, la detonación de bombas al paso de convoyes militares es un método habitual del PKK. Un responsable gubernamental, que se escudó en el anonimato, dijo que el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, suspendió una visita que debía realizar ayer a Bruselas para tratar la crisis de los migrantes, a causa de este atentado en Ankara. El jefe de gobierno islamo-conservador participó por la noche en una reunión de seguridad con el presidente Recep Tayyip Erdogan. Turquía vive en alerta permanente desde el verano boreal pasado, cuando empezó una serie de atentados que el gobierno atribuye al grupo jihadista Estado Islámico (EI). El más grave fue el doble atentado suicida del 10 de octubre, también en Ankara, en el que además de 103 muertos hubo 500 heridos. El ataque fue perpetrado contra manifestantes prokurdos reunidos frente a la estación de trenes de la ciudad y fue atribuido al EI.