Dom 14.12.2003

EL MUNDO

La Desconstitución de la Unión Europea en marcha

La cumbre para aprobar una Constitución de la Unión Europea terminó en un fracaso. Francia llamó a un grupo de países a avanzar más rápido.

Por Stephen Castle y Andrew Grice *
Desde Bruselas

Francia encabezó anoche los llamados en pos de un “grupo pionero” de países de la Unión Europea que sirva de vanguardia a una integración mayor, mientras los conversaciones para acordar una nueva Constitución Europea colapsaban en el desorden. Después de una áspera cumbre de dos días en que los franceses y los polacos recibían la mayor parte de la culpa por la impasse, el presidente francés Jacques Chirac dijo que una UE expandida de 25 miembros necesita un nuevo núcleo duro de países que suministre “un motor” para el progreso. Sus comentarios serán recibidos con preocupación por Gran Bretaña, aunque Chirac formuló pocas sugerencias concretas sobre las nuevas áreas de cooperación para su propuesto “núcleo duro”. Debe tratarse de “un grupo que vaya para adelante, una minoría como la que tenemos con el euro y con Schengen (la zona de libre tránsito)”, dijo, citando también justicia y seguridad interior en forma más general, y defensa, el área donde el Reino Unido es central a la planificación de la UE. Hay muchas especulaciones de que al menos una docena de naciones se comprometerá a avanzar más rápido que el resto en una declaración la semana próxima, aunque Chirac dijo que esa cooperación tendrá que ser dentro de los tratados existentes y abierta a todos.
La amenaza apareció al final de una cumbre que terminó más abruptamente y en mayor desorden que lo que todos habían esperado y, crucialmente, sin aprobar un nuevo borrador de Constitución para la UE. Los líderes de los 15 Estados miembros de la UE y los 10 países que están por entrar habían estado desesperados para evitar una repetición de la maratónica negociación de cinco días en Niza hace tres años, que se convirtieron en un símbolo de las transas y presiones dentro de la UE. El presidente de la cumbre de Bruselas, el imprevisible premier italiano Silvio Berlusconi, dijo a sus colegas que necesitaba estar fuera de Bruselas a las 11 de la mañana porque el club de fútbol del que es dueño, AC Milan, debía confrontar con Boca Juniors en Japón. Chirac y el canciller alemán Gerhard Schroeder también habían hecho saber que no tenían ningún interés en una negociación estéril durante el sábado por la noche. Al final, los líderes se fueron al otro extremo: cuando la cumbre colapsó, sólo había transcurrido una hora y cuarto de negociaciones formales en la llamada conferencia intergubernamental. Casi dos años de negociaciones sobre una Constitución de la UE resultaron sólo en una declaración de dos frases afirmando que “no es posible” llegar a un acuerdo.
Las discusiones clave fueron entre Berlusconi, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la UE, y los protagonistas principales. Durante la noche del viernes, Berlusconi se reunió con una serie de líderes para “confesiones” individuales, intentando distintas opciones para impedir la crisis en ciernes. Los líderes debían acordar sobre un borrador de Constitución trazado por una convención presidida por el ex presidente francés Valery Giscard D’Estaing. El principal emblocamiento enfrentó a Alemania y Francia por un lado con España y Polonia por otro. Madrid y Varsovia defendieron un sistema de toma de decisiones aprobado en Niza que les daba 27 votos, en contraste de 29 para Alemania, que tiene el doble de la población de cualquiera de los dos países. Berlín y París respaldaron un esquema establecido en la Constitución de Giscard. Las decisiones tomadas bajo este plan de “voto por doble mayoría” requerirían el respaldo de la mitad de las naciones de la UE que representaran un 60 por ciento de la población de la UE.
Para ayer por la mañana, surgieron cuatro ideas de Berlusconi. Una habría retenido el sistema de Niza pero hubiera dado a Alemania dos votos extra en el decisivo Consejo de Ministros, para reflejar su tamaño. La respuesta de Schroeder fue un “no” enfático. Otras propuestas tenían pocas posibilidades de rendir frutos. Una era demorar el cambio a la doble mayoría hasta 2014, y condicionar su puesta en marcha a un voto en 2008 en que se necesitaría una doble mayoría a favor para seguir adelante. Pero tal vez la mayor esperanza de acuerdo fue un plan para subir los umbrales del voto por doble mayoría para ayudar a España y Polonia a bloquear las medidas a las que se opongan. Funcionarios españoles dijeron que el primer ministro José María Aznar estaba abierto a discutir una fórmula bajo la cual las leyes habrían requerido el respaldo de un 54 o un 55 por ciento de las miembros de la UE y de un 64 o un 65 por ciento de la población de la UE.
Hubo recriminaciones en todos los sentidos. Chirac culpó a España y Polonia, de quienes, según dijo, hubo poca flexibilidad. Aznar argumentó que “la posición española no pudo haber sido más abierta”, y que la falta de un acuerdo era la “responsabilidad de los 25 Estados sentados a la mesa”. De Alemania hubo ruidos de compromiso. Pero Chirac no estaba de humor para ceder ante Polonia, un país cuyo protagonismo ya ha provocado enojo en París. “Fue Chirac el que desenchufó el cable”, dijo un diplomático de la UE.
Funcionarios británicos se convencieron de que la cumbre estaba destinada al fracaso luego de una reunió de media mañana ayer entre el primer ministro de Polonia, Leszek Miller, y Schroeder. “Simplemente no había la menor conexión entre ellos”, dijo una fuente británica.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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